Hoy, más que un artículo esto bien podría ser una esquela. Y es que compartir noticias como esta es casi dar el pésame a la sociedad. La sierra de Lújar arde, y con ella importantes elementos de gran valor ecológico. No es la primera vez. En varios años consecutivos han ardido zonas cercanas a Castel de Ferro, declaradas Lugar de interés Comunitario y dentro de la red Natura 2000, sin causas ni culpables…
Ayer nos encontrábamos la triste noticia de que las llamas estaban devorando una de las zonas más importantes medioambientalmente, «El arcornocal de Lújar». Un enclave que desde hace tiempo, junto con la sierra en su conjunto, algunas asociaciones como «Buxus motril» estaban detrás de que fueran protegidas bajo la figura de Parque Natural. Y las casualidades de la vida, que más que pena dan rabia, justo cuando Lújar ardía, a 500km, en el Congreso de los Diputados, la protección que muchos reinvincamos para nuestro patrimonio era pisoteada, aprobando definitivamente la nueva ley de montes, que permite el cambio de usos en las zonas quemadas. En otras palabras, podría darse la macabra casuística de que mientras algunos todavía guardamos el duelo por esta gran pérdida, otros reclasifiquen estos suelos por «interés público».
Desde este humilde altavoz que es nuestro blog «La Ciudad Comprometida» queremos que nuestros gobernantes entiendan que el mayor interés que tenemos es la protección de nuestro patrimonio natural. Que no sirve de nada declarar una zona LIC si no se llevan a cabo medidas de protección eficientes, y por supuesto una legislación acorde. Con una lágrima en un ojo y el puño apretado queremos decir que cuando un bosque se quema, estamos todos de luto, que queremos más protección para nuestros bosques, y que se tomen medidas, más cuando son una muerte anunciada.
Desde la aparición del primer borrador de la reforma de la actual Ley de Montes, (Ley 43/2003, de 21 de noviembre), la polémica no ha ido más que creciendo a medida que los sucesivos textos proponían nuevas modificaciones de la legislación vigente.
En una época gris en la que los recortes, las nuevas leyes o las modificaciones de las existentes y casi cualquier cosa se justifican con el pobre argumento del que “no hay más remedio”, o «hay que hacerlo mas rentable o aumentar los rendimientos» , parece que le viene tocando el turno a nuestro campo.
De este modo, en los últimos meses, tanto en la prensa como en las redes sociales, se han destacado propuestas que hacen temer por los ciertos éxitos que las leyes y planes de protección de ámbitos o recursos naturales han conseguido desde hace relativamente poco tiempo.
Leíamos, por ejemplo, que se proponía en el artículo 50, contemplar la posibilidad de reclasificación de los montes arrasados por el fuego. “Con carácter excepcional las comunidades autónomas podrán acordar cambio de uso forestal cuando concurra un interés general prevalente el cual deberá ser apreciado mediante ley, siempre que se trate de terrenos de titularidad pública y que se adopten las medidas compensatorias necesarias que permitan recuperar una superficie forestal equivalente a la quemada. Tales medidas compensatorias deberán identificarse con anterioridad al cambio de uso”. De sobra conocemos como se ha aplicado en este país el concepto de “excepcionalidad” en las disposiciones, con usándolo con total arbitrariedad o convirtiéndolo en norma.
El ultimo “ataque” ha puesto de pie de guerra a cazadores y el resto de usuarios que utilizan el monte como alternativa de ocio (senderistas, ciclistas, seteros…), al dar prioridad de uso a los primeros cuando estén organizadas batidas de caza. En otras palabras, cuando esté programada una cacería en un determinado monte tendrán exclusividad los cazadores. El argumento utilizado es el de la seguridad, pretendiendo de este modo evitar accidentes.
Ante la intención del Gobierno de prohibir a senderistas, ciclistas y buscadores de setas transitar por caminos públicos cuando se celebren cacerías, el colectivoSenderismo por España ha iniciado una campaña que consiste en una recogida de firmas a través de la web Change.org, ante la posibilidad real de que se de prioridad a las actividades cinegéticas en los montes públicos frente a otras formas de ocio.
La petición, que podéis firmar en el siguiente enlace, dice asi:
MINISTRO DE ALIMENTACIÓN AGRICULTURA Y MEDIO AMBIENTE: NO PROHIBA A SENDERISTAS Y CICLISTAS LA CIRCULACIÓN POR CAMINOS PÚBLICOS
El monte y la naturaleza es de todos los ciudadanos, es un derecho universal el disfrute de la misma y así también está amparado en la Constitución en su articulo 45.
Por ese motivo, los senderistas, ciclistas y demás deportistas que hacemos uso correcto de los caminos públicos con nuestras actividades, no queremos que se apruebe la futura Ley de Montes en las que se presume, podrán coartar esa libertad. No queremos que los cazadores utilicen el monte como algo exclusivo y nos prohiban el paso por caminos públicos. Queremos que se respete la ley actual y que se puedan compatibilizar las distintas actividades.
Somos muchos los que hemos vivido situaciones desagradables o simplemente nos hemos tenido que ir a otro lugar, después de caminar varios kilometros porque había una actividad cinegética. Muchas de ellas sin señalizar.
Sr Ministro le pedimos que cumpla la Constitución. Tenga en cuenta la actividad de millones de españoles que salen de excursión al campo a caminar, correr, montar en bici etc… El argumento de la seguridad no nos convence. Al menos no debería ser excluyente para privarnos de nuestro derecho a disfrutar de la naturaleza y al tránsito por esos caminos públicos.
Por todo ello, reiteramos nuestra total oposición ante cualquier intento de privarnos de nuestro derecho al disfrute de la naturaleza como reza el artículo 45 de la Constitución, en sus puntos 1 y 2. Entendemos que por el contrario deben fomentarse estas actividades por ecológicas, sociales, garantizando el derecho de todos a disfrutar del medio ambiente, y por estas razones les pedimos que retire del borrador ese concepto de prohibir el paso cuando se produce una montería o batida.