EL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO COMO ESTÍMULO, ALTERNATIVA O COMPLEMENTO AL DESARROLLO RURAL

“El Territorio Comprometido”

Desde La Ciudad Comprometida siempre hemos defendido el valor, en su sentido más amplio, de todo aquel patrimonio, material o inmaterial, que hemos recibido como herencia del pasado. En esta ocasión, queríamos dedicarle una reflexión al patrimonio arqueólogico, que junto al histórico, artístico, monumental y natural, demuestran que en Andalucía somos unos privilegiados y que este enorme legado conlleva una gran responsabilidad.

La semana pasada, nuestro colaborador en temas patrimoniales, Miguel Angel Sorroch,e nos habló de la transversalidad entre arquitectura e historia . En el siguiente artículo del blog de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía hemos encontrado un articulo que  nos habla de los 5 pilares básicos para que cualquier iniciativa de protección o puesta en valor del patrimonio tenga visos de tener éxito. Estos serían el pilar institucional, el político, el económico, el científico y el social. El articulo al que nos referimos se titula “El patrimonio arqueológico como estímulo, alternativa o complemento al desarrollo rural”

Yacimiento de la Necrópolis Iberica de Tútugi. Fuente: Elaboración propia.
Yacimiento de la Necrópolis Iberica de Tútugi en Galera. Fuente: Elaboración propia.

El primer pilar que hace referencia el articulo seria el apoyo institucional, que existe puesto que la Ley del Patrimonio Histórico de Andalucía, recoge de manera clara y concisa las normas que se consideran necesarias para la protección, conservación y puesta en valor de los bienes culturales, sean éstos del tipo que sean. Pero los bienes culturales en Andalucía son innumerables -de hecho, existen más de 17.000 BIC declarados, así como otros muchos bienes que no lo están-, y, muchos de ellos, ya sean BIC o no, están desvirtuados, abandonados, desprotegidos y, lo que es peor, en muchos casos destruidos. La realidad se impone y diariamente la prensa pone el dedo en llaga: edificios catalogados que se declaran en ruina y que deben ser demolidos mediante actuaciones de emergencia; castillos y murallas que se desploman

En el caso de que no exista un claro apoyo político al patrimonio arqueológico, resulta casi inviable garantizar su protección y su conservación. Asimismo, es poco más o menos que imposible poner en marcha iniciativas, inversiones o financiación que permita no solo poder llevar a cabo las obras necesarias de excavación, conservación, restauración, urbanización y difusión de los yacimientos, sino que garantice su mantenimiento y la continuidad de los trabajos y de los estudios, cuando las urnas decidan los cambios que la ciudadanía estime convenientes.

Si por otro lado lo que falta es el apoyo económico, los bienes están abocados, incluso, a su desaparición. No se trata únicamente de procurar inversiones, sino que se trata, sobre todo, de asegurar la financiación continua que permita la perdurabilidad de los bienes protegidos y que en algunos casos ya están expuestos. La conservación debe y tiene que ser constante, puesto que su exposición a, entre otros muchos agentes, las inclemencias metereológicas y a la  contaminación atmosférica, al no estar, en muchísimos casos, bajo ningún tipo de protección, los deteriora y destruye de manera implacable y sistemática.

No debemos dejar de lado, ni por asomo, el apoyo científico. No se puede trabajar en los espacios arqueológicos si los que están a su frente no son garantes de la verdadera significación de los espacios y sino no cuentan con apoyo arqueológico de otras instituciones. La metodología arqueológica, el estudio constante y honesto de los espacios arqueológicos, garantiza la personalidad de cada uno de los sitios, huyendo de tópicos y, en algunos casos, de leyendas y/o falsedades instaladas en el subconsciente popular que banalizan los yacimientos y que les confieren una imagen pueril que los aleja completamente de su realidad. Es el trabajo científico lo que diferencia los sitios, el que los hace únicos y el que les confiere personalidad y singularidad.

Estudios del yacimiento de la Necrópolis Iberica de Tútugi en Galera. Fuente: Elaboración propia.
Estudios del yacimiento de la Necrópolis Iberica de Tútugi en Galera. Fuente: Elaboración propia.

Y por último y no por ello menos importante, se debe contar desde el principio con el apoyo social. La difusión de los bienes culturales es necesaria para que la sociedad que vive junto a ellos se enorgullezca de los mismos, los cuide, los valore y los hagan suyos. Sin su apoyo, el bien se verá abocado a su expolio y a su destrucción. La entrada en la vida de una comarca de un espacio arqueológico otorga al territorio en el que se inscribe una “cultura patrimonial” que le imprime un carácter específico al entenderse, por parte de sus habitantes, que esos yacimientos pueden ser un acicate no solo cultural, sino también laboral y económico.

Muestra de ello son las posibilidades para el desarrollo rural de comarcas enteras que tiene la puesta en valor de restos arqueológicos.  GRarquitectos ha tenido la oportunidad de participar en este desarrollo a través de proyectos como la Restauración y puesta en valor de la Necrópolis Íbera de Tútugi, en Galera, Granada. (Pincha aquí para acceder mas información)

Plano del proyecto elaborado por GRarquitectos de Recuperación y Puesta en Valor del yacimiento de la Necrópolis Iberica de Tútugi en Galera. Fuente: Elaboración propia.
Plano del proyecto elaborado por GRarquitectos de Recuperación y Puesta en Valor del yacimiento de la Necrópolis Iberica de Tútugi en Galera. Fuente: Elaboración propia.

El artículo finaliza con una reflexión, con la que no podíamos estar más de acuerdo…

Son muchos los espacios arqueológicos, no solo de Andalucía, sino también del resto de España, en los que se han paralizado las inversiones. Evidentemente la crisis ha puesto de manifiesto, aún más, lo frágil que es la cultura y lo fácil que es aniquilarla.

Para acceder al articulo completo, Pincha aquí.

PAISAJE RURAL ANDALUZ

«El Territorio Comprometido»

Cultivos de Cádiz.
Cultivos de Cádiz.

El paisaje rural se diferencia de otros tipos de paisaje en el hecho de que el territorio que ocupa se desarrolla una actividad rural, esto es, básicamente agrícola, ganadera o forestal, implicando por lo  tanto una presencia activa del hombre. Esto representa por un lado un elemento alterador del paisaje (no necesariamente negativo), pero por otro lado aumenta la importancia del mismo. La relación existente entre el hombre y el medio natural en el que desarrolla sus actividades le convierte no sólo en usuario del entorno, sino también en encargado de modelarlo y adaptarlo a sus necesidades. Continuar leyendo →

Debate con motivo del 20º Aniversario de los Espacios Naturales Protegidos de Andalucía

“La Sociedad Comprometida” (1)

Con esta reseña de un Foro de Debate iniciamos una nueva serie de reflexiones que se enmarcarán dentro de un bloque temático que denominaremos: LA SOCIEDAD COMPROMETIDA y que tendrá por objeto informar y ¿por qué no? debatir las conclusiones de los principales foros nacionales e internacionales que aborden temáticas relacionadas con el objeto de este blog, que no es otro que incentivar la arquitectura, las ciudades y los territorios comprometidos… Continuar leyendo →

Discurso de Juan Carlos García de los Reyes en el 28º Festival de Música Tradicional de La Alpujarra

«Noticias y Actualidad»

Intervención durante el homenaje. Mairena, a 9 de agosto

Queridísimos amigos de La Alpujarra:

Fue en el verano de 1986, hace ahora 23 años, cuando realicé mi primera visita profesional a esta hermosa tierra andaluza, que se sitúa entre la Vega y el Cielo, entre la Sierra y el Mar… y ya desde entonces, mis lazos con esta comarca y con todos vosotros, han sido tantos y tan numerosos que, en ocasiones, me descubro ejerciendo de «alpujarreño total», a pesar de que yo soy de Guadix… (hasta la médula). Continuar leyendo →

El desarrollo rural en la Vega

«El Territorio Comprometido»

Por Sandra Álvarez Muñoz. Geógrafa ambientalista

La actividad agrícola de la Vega se encuentra actualmente en los límites de un modelo económicamente obsoleto, estancado (sólo se justifica en espacios profundamente rurales), así como social y ambientalmente insostenible. Desde una situación donde comenzaba a difundirse un barbecho agrícola, por causa de la baja rentabilidad de la mayor parte de los cultivos puestos en explotación, una vez agotados los sucesivos ciclos productivos de fuerte impacto económico y social (lino, remolacha azucarera, patata, tabaco…), y donde la mayor competitividad en el mercado unida a la reducción drástica de la fuerza de trabajo (tanto por efectivos como por edad: la media actual es superior a 60 años y resulta crítica la continuidad generacional),  se ha pasado en las últimas décadas a un barbecho urbanístico, en espera de recalificaciones o, en otros casos, a una producción parcial y de autoconsumo (actividad meramente complementaria), o bien, multitud de parcelas de claro origen agrícola han sido adquiridas para nuevos usos de ocio, desvirtuando el carácter originario (si bien estos procesos constituyen en la práctica unas nuevas formas de aprovechamiento del espacio de vega que, paradójicamente, puede garantizar la pervivencia de parte de su carácter originario). Continuar leyendo →