Para seguir con nuestra serie basada en el «Manual de buenas prácticas boiclimáticas para Vitoria-Gasteiz», hoy queremos hacer un breve repaso a la rehabilitación de uso industrial. Como se puso de relieve en artículos anteriores de esta serie, el principal objetivo es poner de manifiesto y compartir con nuestros lectores cómo deben ser los fundamentos de las construcciones bioclimáticas y con la finalidad de lograr una máxima eficiencia, con un menor consumo, reduciendo la contaminación ambiental de las zonas urbanas.
Por tanto siempre es primordial estudiar el microclima de las áreas que queremos rehabilitar. En este caso las zonas industriales, suelen por los común, formas conjuntos o polígonos, lo que hace más fácil cuantificar efectos como el calor o el viento. No sólo para lograr un confort climático y la máxima eficiencia en las industrias en sí, que también, sino para poder cuantificar en qué medida afectan al núcleo urbano, sobre todo en cuestiones de humos, olores o sustancias tóxicas que pudieran desplazarse a las zonas residenciales por acción del viento. Además, como bien se pone de manifiesto, los polígonos industriales pueden ser zonas muy interesantes para la generación de energía solar fotovoltáica, y así mejorar el balance urbano.
Una vez estudiados los condicionantes climáticos y las necesidades, se extraen una serie de estrategias urbanas como el diseño de cubiertas (aislamientos, cubiertas verdes, o fotovoltáias), soluciones diferenciadas según la orientación de fachadas, soluciones para evitar los contaminantes o el control del microclima, tanto de verano como de invierno, evitando el viento y la humedad, o proporcionando sombreado y vegetación en las zonas exteriores.
De igual modo que unas soluciones arquitectónicas que se centran en la captación solar y el control del sobrecalentamiento, mediante el acondicionamiento de cubiertas, huecos y cerramientos. Esto se lleva a cabo a través de fachadas y patios acristalados, fachadas y cubiertas vegetales, ventanas aislantes y reflectantes, reflectores solares, aislantes térmicos, etc… Además se determinan unas pautas para la ventilación, iluminación, elementos ornamentales, pérgolas, y toda una serie de soluciones bioclimáticas que no solo ayudan a minimizar el consumo de energía y mejorar el confort, sino que mejoran las condiciones generales de la ciudad produciendo energía y minimizando contaminantes y efectos climáticamente negativos.
Hace unos días os presentamos la serie de Urbanismo Bioclimático, que hoy queremos continuar con este primer artículo sobre Clima, microclima, estrategias urbanas generales. Como ya explicamos uno de los fundamentos de este tipo de concepción urbana es la eficiencia energética, para minimizar los impactos que genera la ciudad sobre el medio, y fomentar, con estrategias sostenibles, el confort y la calidad de vida.
Por ello partimos de la base de que hay que conocer el medio y el clima urbano para poder plantear las estrategias y gestionar los recursos de una manera sustentable.
En primer lugar es necesario realizar estudios previos pormenorizados de las condiciones del microclima urbano, analizando factores como la captación de energía solar, de forma activa y pasiva, las coordenadas solares, que engloba varios factores entre ellos por ejemplo la altura solar en los diferentes meses del año; la cuantificación de necesidades térmicas, el estudio de las cartas bioclimáticas, las temperaturas y la isla de calor urbana, el viento y sus direcciones, la humedad y calidad del aire, y un largo etcétera. El análisis de estos elementos nos conducirá a una serie de conclusiones para poder realizar un diagnóstico preciso y determinar que estrategias se han de seguir.
Así el diseño bioclimático de Vitoria-Gasteiz se basa en dos fundamentos: El diseño por sol, donde se engloba en primer lugar soleamiento de edificaciones y sus condicionantes urbanos, como la orientación de las calles, la tiología edificatoria, el ángulo de obstrucción solar, etc ; y en segundo lugar el soleamiento en los espacios urbanos, donde se estudia las zonas de solana y umbría y la acción de la vegetación sobre la radiación solar; y el diseño por viento, sobre las edificaciones y los espacios públicos.
Las estrategias urbanas que de todo esto emanan son de muy diversa índole. Van desde las diferentes tipologías edificatorias y soluciones constructivas (huecos de fachadas y su orientación, terrazas, elementos de protección no opacos, etc..), integración de sistemas de captación solar, utilización de la vegetación de hoja caduca como protección y captación solar, la planificación de los espacios públicos y la importancia de evitar la obstrucción solar a los mismos por parte de edificios próximos…
Todas estas estrategias tienen como fin lo expresado al comienzo de este artículo: generar unos espacios urbanos donde prime la eficiencia energética y el bienestar social, haciendo un uso responsable de los recursos disponibles. Utilizar los conocimientos de los factores climáticos y orientarlos hacia una concepción urbana respetuosa, como medio para mejorar la calidad de vida de las personas. Esta concepción de urbanismo no solo beneficia a los habitantes de la propia ciudad, sino a una escala más amplia, ya que los principales problemas ambientales afectan a escala global, pero tienen solución a escala local, y este es el camino.
Tras haber repasado en este verano que ahora termina las 10 ciudades con los centros con mayor calidad urbana, hemos encontrado esta otra lista que pone en su punto de mira en aquellas urbes que destacan cualitativa y cuantitativamente por sus áreas verdes:
Vecinos que se unen para hacer comunidad, ayuntamientos concienciados, ciudadanos que apuestan por la sostenibilidad, social y ambiental. Algunas ciudades del mundo, pocas aún, empiezan a dar destellos de verdor. Proponemos un recorrido por 10 de ellas.
01 Curitiba: el sueño de Lerner (Brasil)
El urbanista Jaime Lerner ha impulsado la transformación de su Curitibia natal, en el estado de Paraná, al sur de Brasil, en una ciudad más sostenible. Una red integrada de autobuses, 30 parques y bosques municipales, más de 50 metros cuadrados de zona verde por habitante, un jardín botánico de inspiración francesa. Y el Museo Oscar Niemeyer, uno de los mayores de América Latina.
Meca verde de Canadá, moderna, con fama de ofrecer una excelente calidad de vida e impulsora del concepto de ecodensidad: a menor dispersión, menor uso de recursos y de vehículos para desplazarse. Vancouver, definida por The New York Times como un «Manhattan con montañas», impulsa un turismo sostenible.
03 San Francisco 1 – Bolsas de plástico 0 (Estados Unidos)
Considerada una de las urbes más verdes de Norteamérica, San Francisco tiene la tasa de reciclaje más alta de Estados Unidos, ha prohibido las bolsas de plástico y promueve el transporte público y la construcción de edificios más sostenibles. Un aliciente más para visitar una ciudad abierta y viva que, por cierto, celebra el 75 aniversario de su famoso Golden Gate. Con fiesta, claro.
04 Los reparadores urbanos de Portland (Estados Unidos)
Los activistas voluntarios organizados en torno a City Repair transforman creativa y ecológicamente los lugares en los que viven. El movimiento nació en Portland, donde actualmente desarrolla unos 40 proyectos consistentes en plantar y cuidar jardines, pintar o acondicionar espacios públicos para la comunidad. Hasta el 3 de junio celebra su Village Building Convergence.
Vitoria, European Green Capital 2012, ha fomentado su transporte público y se ha rodeado de un anillo verde. Su oficina municipal de turismo propone green weekends con entrada al Artium (Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo) y visita guiada que incluye las obras de restauración de la Catedral de Santa María. Recomienda no irse sin probar los pintxos y conocer el entorno vinícola de la Rioja alavesa.
La ciudad austriaca de Linz, al noroeste del país, atravesada por el Danubio y famosa por su Ars Electronica Center (con su Festival), ha planteado un desarrollo urbanístico basado en energías renovables: Solar City es un nuevo espacio para unos 3.000 habitantes, convertido en ejemplo internacional. Linz fue Capital Europea de la Cultura en 2009.
Cuando Hamburgo (www.visit-hamburg.es), Capital Verde Europea 2011, abordó la recuperación de unos terrenos de su Puerto para urbanizar un nuevo barrio desde cero, decidió hacerlo bajo criterios eco. El resultado se llama HafenCity, a orillas del Elba. Promueve ecoetiquetas que certifican la sostenibilidad de sus edificios, diseñados por lo más granado de la arquitectura internacional.
A esta localidad de menos 6.000 habitantes al pie del Matterhorn, en los Alpes suizos, se accede en tren, y no se permite el tráfico rodado. Solo se puede circular a pie, en bicicleta o en vehículo eléctrico. Senderos, ciclismo, pistas de esquí y alpinismo a elegir entre las 39 cimas de más de 4.000 metros de altura que la rodean.
La isla de Chongming se alza en la desembocadura del río Yangtsé, a las afueras de Shangai (China), a la que está conectada por un puente y un túnel. Aquí está previsto que vaya la futura eco-ciudad de Dongtan. Por ahora hay mucho sobre el papel y apenas nada construido pero, salga o no, el proyecto puede ser un buen reclamo para conocer los atractivos de la isla, sus humedales -refugio de aves migratorias- o su área forestal central, donde montar a caballo, ir en bici, acampar o hacer una barbacoa.
10 Un prototipo en el corazón de Adelaide (Australia)
Christie Walk es un proyecto de 27 viviendas sostenibles en el corazón de Adelaide, Australia Meridional, famosa por su arquitectura colonial en piedra, sus parques y sus festivales. Los vecinos, de todas las edades y condiciones socio-económicas, se responsabilizan de los jardines y de la zona comunitaria: cocina, salón de uso general y lavandería. Se plantea como prototipo para replicar en otros entornos urbanos
Hemos encontrado en la prensa digital un artículo que traza el mapa de algunas capitales españolas en la búsqueda de su modelo de centro urbano en relación con la movilidad. Según reza el post, “La recuperación de las calles para el peatón se convierte en uno de los objetivos”. Y en la Ciudad Comprometida nos preguntamos.a..¿Hacia donde debe ir el modelo de Granada?
CATÁLOGO DE MODELOS PARA UN CENTRO DE MADRID PARA LOS PEATONES
Según el informe de 2010 sobre la calidad del aire de Ecologistas en Acción, en España hay 34,6 millones de personas (el 74% de la población) que están expuestos a niveles que superan el máximo recomendado por la OMS de partículas PM-10 (polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento o polen). Las ciudades españolas necesitan de un nuevo modelo para reducir sus niveles de contaminación y buscan formas urbanísticas para convertir las ciudades en lugares más habitables. Madrid ha anunciado que peatonalizará cuatro zonas (Carretas, Cava de San Miguel, plaza de Celenque y entorno de Conde Duque) y que subirá el precio del aparcamiento en el centro de la ciudad. Esta medida contra la contaminación que pone en marcha el Gobierno de Gallardón le permitirá pedir la moratoria a la Unión Europea después de superar los límites de contaminación, y así evitar que le sancione. Pero otras ciudades ya se le han adelantado en la búsqueda de un urbanismo más sostenible. Estos son sus modelos.
Sevilla: la ciudad conservadora ante la cruzada contra el coche Sevilla es una ciudad a la que le cuesta asimilar los cambios. Cuando Alfredo Sánchez Monteseirín llegó a la alcaldía de Sevilla en 1999 (estuvo hasta las pasadas elecciones) uno de sus objetivos y lemas fue hacer de Sevilla «la ciudad de las personas». El Ayuntamiento presentó un plan para reorganizar el centro de la ciudad apostando por la peatonalización de las grandes plazas y calles. El plan era «convertirse en una ciudad más humana, más habitable, mas de todos».
Sevilla peatonalizó la vía más importante de la ciudad, la Avenida de la Constitución, para salvar la piedra de la fachada de la Catedral, muy afectada por la contaminación provocada por el tráfico. Sánchez Monteseirín ideó un plan de peatonalización que vetaba al coche, además, la calle San Fernando, la Puerta de Jerez y la plaza Nueva, donde está el Ayuntamiento. Para recorrerlo, el Consistorio construyó un polémico tranvía: un kilómetro y medio de recorrido que costó a las arcas municipales 83 millones de euros. La capital andaluza ha peatonalizado desde 2006 una veintena de calles, entre ellas lugares emblemáticos del centro como la plaza de la Encarnación, ahora irreconocible por el proyecto Metropol Parasol o la arteria comercial del barrio de Triana, la calle San Jacinto. «Sevilla está mejorando la habitabilidad de sus mejores espacios. Las actuaciones que se están realizando en la ciudad son muy adecuadas», explica José María Ezquiaga, arquitecto y Premio Nacional de Urbanismo. A estas peatonalizaciones se sumó la creación de una serie de anillos concéntricos para el tráfico unidireccionales siguiendo el modelo del ring vienés y el Plan Centro, un dispositivo municipal de cámaras de vigilancia por el que se limitaba el acceso al casco histórico y se enviaban multas a los propietarios de vehículos que excedieran los 40 minutos con el coche en el interior del casco histórico. El plan fue derogado por el sucesor de Sánchez Monteseirín, Juan Ignacio Zoido (PP) el pasado 29 de julio.
Bilbao: la recuperación de la ría que cambió la urbe industrial Bilbao vio en la recuperación de la ría la oportunidad para transformar la ciudad. Atrevida y estudiada es la renovación de Bilbao por el proyecto Bilbao Ría. «Fue el paso para dar el paso a la ciudad postindustrial. El casco histórico mira a la ría, pero el crecimiento de Bilbao en el siglo XIX hizo que el río fuera la arteria de actividades industriales y portuarias», explica Ibon Areso, teniente de alcalde del Ayuntamiento bilbaíno. La idea es que dentro de un anillo que incluye el centro y el ensanche (el casco histórico de Bilbao ya era peatonal) solo circulen peatones y transporte público. «El 60% de los viajes que se hacen en la ciudad se hacen andando, y en coche solo un 14%», explica Areso.
«En los años setenta la industria de la siderurgia entró en crisis, y tuvo un impacto social y urbano. Hubo un 25% de paro en el área metropolitana. Ante esa situación el Ayuntamiento tuvo que reaccionar para crear empleo», explica el teniente de alcalde. Así comenzó la aventura de la transformación de la ría de Bilbao. Luego llegó el icono del Guggenheim y el paseo de Abandoibarra, las amplias zonas verdes y los miradores en escorzo sobre el agua, que le valió a la ciudad el primer premio de la Bienal de Venecia en la categoría de Ciudades frente al agua. Y con estos cambios, regresó el tranvía. «El proyecto de Bilbao es complicado. El norte de España históricamente tiene una tradición de diseminar o dispersar. Ese disperso que en un principio era rural, ahora es un trozo de ciudad, y es muy difícil de reconvertir», explica José Fariña, profesor de Urbanismo de la ETSAM. Ezquiaga no opina lo mismo.
Barcelona: un proyecto faraónico que se mira en Vitoria Las llaman supermanzanas. Son un conjunto de manzanas y calles en las que las grandes vías que la enmarcan son ejes de circulación para los coches y las calles menores e interiores pasan a ser un espacio para residentes, ciclistas y peatones, con anchas aceras y más arbolado. Es el proyecto del Ayuntamiento barcelonés (CiU), aunque aún es solo un proyecto. «No somos enemigos del tráfico, pero dentro de años tendremos un coche eléctrico. Lo que tiene sentido es generar espacios en la ciudad en los que es más cómodo y rápido ir a pie», explica Antoni Vives, tercer teniente de alcalde de Barcelona. Por poner un ejemplo: el Ayuntamiento calcula que, en el distrito de Gracia, las proporciones entre calzada y acera son de 54%-46%. Con las supermanzanas, habría un 75% de espacio para el peatón y un 25% para los coches. Se apoyan en el concepto de «hábitat urbano», en el que suman conceptos como reciclaje, urbanismo, arquitectura, infraestructura, vivienda o medio ambiente. «Lo que se está haciendo en Barcelona, se está haciendo en una zona fácil, la del ensanche. Lo que me gustaría es que eso se intentara en la periferia fragmentada, que desde el punto de vista social es terrible», explica Fariña. En cuanto a esa periferia y mirando al monte, el Ayuntamiento ha creado el proyecto de las Puertas de Collserolla en el Tibidabo. 16 espacios en los que se crearán párkings para que la gente deje el coche, y desde ahí se muevan en dirección a la ciudad a pie, en bicicleta y a caballo, según el Consistorio.
¿Y Madrid? El Retiro es un bello ejemplo de convivencia, ¿por qué no van a convivir en Sol o en la Gran Vía?», explica Ezquiaga. El Ayuntamiento de Madrid le encargó el Proyecto Madrid Centro, un plan para Madrid que incluía las supermanzanas de Barcelona, y que propone una alternativa a medio camino entre la peatonalización radical y las áreas de residentes. «El Ayuntamiento está estudiando su viabilidad y en su momento lo esgrimieron como bandera los ciclistas, porque les beneficia», explica Ezquiaga.