En política, como en la vida, es conveniente cuidar las formas si no se quiere tocar fondo -salvo que ya no te quede crédito ni en los bancos, como es mi caso-.
Y con lo de las formas no me refiero a que el concejal de Economía, Curro Ledesma, escogiera para presentar el presupuesto una corbata azul chillón decorada con números del uno al cuatro, que bien podrían ser los cuatro duros que le quedan al Ayuntamiento para el año que viene.
Hay que tener cuidado, por ejemplo, con no fumar en los restaurantes y, sobre todo, procurar que no te vean.
Como le sucedió este fin de semana a un alcalde en un hotel de Granada donde se celebraba una cena benéfica. Me cuentan que al ser descubierto el protagonista argumentó que tenía permiso.
Están de moda los rumores gastronómicos. Igual que siempre, los políticos conspiran con la mesa puesta y, desgraciadamente, últimamente no me invitan -anótese la indirecta-.
Pero esto no significa que no me entere.
Por ejemplo, se habla, pero no sé por qué, de una comida en un céntrico restaurante a la que acudieron dos dirigentes de la cúpula provincial de un partido, alguien que fue alcalde y un cuarto que intentó serlo.
Desconozco si llevan corbata.
Deja una respuesta