La consejera Adelaida de la Calle ha sugerido a los profesores andaluces que empleen un lenguaje con distinción de género, como si las palabras -igual que ocurre con los ángeles- no tuvieran sexo.
Así, la exrectora plantea que se distinga entre alumnos y alumnas y, en lugar de hablar de políticos, se utilice la ‘clase política’; aunque eso de suponer ‘clase’ de forma genérica a nuestros dirigentes sea un pelín pretencioso.
Según estas recomendaciones, el apellido de la consejera también podría resultar un tanto discriminatorio y quizás fuese más apropiado sustituirlo por Adelaida de la Vía Pública. Lleva razón la titular de Educación, porque hay palabras que en su tránsito del masculino al femenino cambian radicalmente su significado. Ya se sabe que no es lo mismo ser un ‘cargo público’ que una carga.
Sin embargo, quizás los políticos -incluso alguna política- tendría que preocuparse menos de adoctrinar al alumnado y enseñar a los propios políticos algo de ‘letras’ para que no terminen montando el ‘número’.
Alguien todavía debe pensar que la diéresis es una enfermedad de la familia de la psoriasis.
Para muestra este cartel que la Diputación ha instalado a la entrada del pueblo de Güevéjar. Según el actual gobierno provincial, fueron sus antecesores los artífices. Aunque no les debe desagradar el resultado cuando así luce todavía.
(Al final resultará que lo ha puesto el periodista).
Hasta ahora se había dado el caso de quien prescindía por error de la tilde sobre la ‘e’. O el que olvidó los dos puntitos encima de la ‘u’. Pero no se había detectado una grafía de este tipo. Con tres faltas de ortografía en una sola palabra.
Al menos, no escribieron Gúevejar y Gúevejor.
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