El 29 de marzo de 1967 fue un día importante para la Universidad de Granada y la Facultad de Medicina. Los premios Nobel Severo Ochoa y Carl Cori, junto con el científico argentino Luis Leloir (que también recibiría el galardón en 1970), fueron investidos doctores Honoris Causa en un acto académico, presidido por el rector Muñoz Fernández, que llenó el claustro del Rectorado y al que no faltó el alcalde Manuel Sola. Leloir tuvo como padrino al catedrático de Medicina Carlos Osorio, mientras que los Nobel fueron defendidos el joven Federico Mayor Zaragoza. Durante su intervención, Carl Cori, checo ganador del premio en 1947 por sus trabajos sobre el metabolismo de los hidratos de carbono, dijo: «Granada es una ciudad tan hermosa, que aquí no es posible pensar siempre en la Ciencia». Durante su estancia en la capital , los científicos participaron en un Congreso Nacional de Bioquímica y el profesor Ochoa fue nombrado académico de honor de la Real de Medicina e impuesta una beca en el colegio mayor de San Bartolomé y Santiago. Una agenda complicada que seguro no les dejó tiempo para acudir a la conferencia sobre Rubén Darío ofrecida por Gerardo Diego un día después, el día 30 de marzo en el paraninfo de la Universidad.

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