LA BATALLA VERDE SE JUEGA EN LA CIUDAD

«La Ciudad Comprometida»

Que el desarrollo sostenible y ciudad es un binomio inseparable es algo incuestionable en la actualidad. Más si cabe cuando la población que vive en entornos urbanos experimenta un crecimiento exponencial. Para mediados del presente siglo, el 40% de las personas vivirán en una metrópolis. Pero por países, China es sin duda el que más peso tendrá: Se prevé que aumente su población en 300 millones. Por esta razón es lógico pensar que el gigante asiático tendrá un papel fundamental en los modelos de ciudad para las próximas décadas.

A día de hoy, China es el país donde mayor cantidad de ciudades diseñadas con criterios sostenibles se estén planificando e incluso llevando a la realidad. La realidad es que se están construyendo aisladas, entendidas como pruebas o ensayos y no como modelos de desarrollo urbano a nivel global, sin prestar por tanto atención  a la ciudad existente y consolidada. Y mucho menos entendiendo el crecimiento en su doble vertiente,  hacia el exterior en nuevos desarrollos y  hacia el interior a través de la rehabilitación y actuaciones en el espacio público.

En el artículo siguiente que hemos encontrado en la prensa digital se repasan algunos de los ejemplos de estas nuevas ciudades creadas de cero con criterios sostenibles. Unas ya son un fracaso antes de ni siquiera nacer, como Dongtan, al norte de Shangai, y otras están en proceso, como Tianjin Eco-city, en China:

Tianjin Eco-city. FUENTE: elpais.com
Tianjin Eco-city. FUENTE: elpais.com

En medio de ese escenario, Tianjin Eco-city quiere cambiar el panorama. Ha habido estrepitosos fracasos como Dongtan —al norte de Shanghái, ideada para ser inaugurada durante la Expo de 2010—, que se postulaba como la ciudad-solución para el futuro chino y ha visto cómo su promotor, el líder del partido comunista de la ciudad, Chen Liangyu, terminaba encarcelado por fraude. Pero en Tianjin, a 150 kilómetros de Pekín, están yendo más despacio. Y son más modestos. Esta primavera llegaron allí los 60 primeros habitantes de la que, cuando alcance 350.000 vecinos en 2020, será la mayor ciudad ecológica del mundo. Y, como es natural, un lugar grande nunca puede ser un gueto. A 45 kilómetros de la actual Tianjin, los pioneros de la futura urbe llevan una dosis de realidad a una fórmula que ha fracasado ya demasiadas veces por resistirse a pasar de las ideas a los hechos. En Tianjin Eco-city habrá mezcla de personas y pisos de varios tipos, tamaños y precios, pero en una cosa será igualitaria: todos sus habitantes tendrán que aprender a administrarse. El 60% de los desechos deberá ser reciclable y la recogida de basura será siempre selectiva. Habrá disponibles 120 litros de agua al día por habitante. Ni uno más. La lluvia se recogerá y se reciclará para riego o aguas grises —para lavado y aseo—, se fomentará la vida de barrio —con colegios y hospitales en todos los vecindarios— y el transporte rodado quedará reducido un 90% respecto a una ciudad de ese tamaño.

La idea es ser realista y crear lugares habitables en vez de utópicos escenarios de una perfección que además, por definición, también es insostenible. Así, el principal valor de Eco Tianjin es ese: la normalidad de la propuesta no la hace parecer ciencia ficción. ¿Su mayor contribución? Quiere ser una ciudad modelo y, por tanto, exportable y repetible. Se ofrece como conejillo de indias en un país, China, que es líder mundial en instalación de acumuladores de energías renovables, pero en el que, con el 70% de los ríos contaminados, los cambios en las políticas medioambientales pasan por transformaciones urbanísticas.

El Gobierno chino y el de Singapur están detrás de las finanzas para levantar esta ciudad. Pero también figuran empresas como General Motors —ensayando medios de transporte no contaminantes y a partir de energías limpias— y la holandesa Philips —a cargo de la iluminación nocturna—, conscientes de que para salvar sus negocios deben hacerlos necesarios, esto es: contribuir con ellos a la sostenibilidad del planeta.

Asia es el terreno abonado para las ecociudades —una escala urbanística que parece tener más fácil partir de cero que reparar—. Por eso, el profesor de Geografía de la Universidad Autónoma de Bellaterra Francesc Muñoz está convencido de que “en China está pasando lo que sucedió en EE UU en los años veinte y treinta: es un lugar de experimentación tan brutal que lo que salga de allí puede tener capacidad de ser un modelo de futuro”. La experiencia europea de los ecobarrios alcanza en China dimensiones brutales. Tal vez por eso, en la pasada Bienal de Arquitectura de Venecia Singapur propuso que el mundo siguiera su modelo.

Al ser más fácil partir de cero que reparar, las ecociudades del planeta buscan acomodo en los pocos lugares que permanecen vacíos junto a las grandes metrópolis. Estos terrenos son, por definición, territorios con pasados difíciles. Así, se da la paradoja de que son los peores lugares los que se están transformando para convertirse en los mejores. La japonesa Fujisawa se levanta en los antiguos solares de una zona fabril y Treasure Island, en San Francisco, ocupa una isla junto al puente Golden Gate azotada por el viento y cubierta habitualmente por una niebla que los arquitectos Skidmore, Owings y Merrill pensaban vencer combinando planificación urbanística y plantación de árboles.

Fracasos como Dongtan, o como Huangbaiyu —que el gurú del cradle to cradle, o diseño capaz de evitar el impacto ecológico, William McDonough, abandonó cuando las autoridades chinas decidieron recurrir a la construcción rápida para rentabilizar la inversión—. O irrealidades como Masdar en Abu Dhabi —donde no se pueden permitir vivir los obreros que la construyen— convierten Tianjin en verosímil. De momento, lo que la hace posible es, precisamente, que no es perfecta. Pero, como sucede con los avances tecnológicos, “es fundamental comprobar si las ecociudades son, o no, un nicho de mercado. Cuando eso suceda, las empresas y las grandes economías apostarán por ellas”, advierte Francesc Muñoz. Solo entonces podrán convertirse en modelos de ciudad a imitar. Con todo, la llegada de los primeros habitantes a una Tianjin en construcción añade humanidad al proyecto. Uno aprende a cuidar lo que ayuda a construir. Esa es la idea. Evitar los escenarios y conseguir que Tianjin sea, como cualquier ciudad, un imperfecto y cambiante lugar de encuentro y mezcla para una población heterogénea con ganas de contribuir a salvar el lugar en donde vive

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5 Comentarios

  1. Quizás Tianjin sea la ciudad más sostenible del mundo, pero nadie le quitará la vitola de estar a unos 50 km. de una de las ciudades más contaminadas del planeta, Beijing, la capital del país, donde según noticias de ayer mismo tienen que sortear las matrículas de vehículos para evitar el colapso. Por eso me planteo si crear nuevas ciudades «verdes», próximas a las existentes «negras» es la verdadera solución, o simplemente se trata de un nuevo fenómeno especulativo. A lo mejor la solución va más por arreglar lo existente más que en desplazar la población mediante la reproducción de fenómenos de gentrificación que reiteradamente se muestran insolventes e irresolubles.

  2. Yo veo estas experiencias mas en la linea que plantea el articulo: experiencias piloto o experimentos de «laboratorio». Por lo tanto, no son una alternativa real al modelo actual. Lo que veo preocupante es que a la altura de siglo que nos encontramos, con todas las predicciones mas que superadas sobre agotamiento de los recursos que nos permitían mantener el actual modelo de crecimiento, todadavía estemos en pañales en la busqueda de alternativas…

  3. Jesús María y Juan tiene razón en sus reflexiones, pero vamos a ser un poco optimista y quizás de muchos de estos experimentos se puedan poner en práctica en nuestras ciudades en un futuro a primera escala. Lo que si es muy acertado es el título del artículo, desde luego que la batalla verde empieza en la ciudad, es la única forma que las ciudades sean habitables y sostenibles en el futuro.

  4. Saludos desde Guama, Estado Yaracuy, Venezuela.
    En realidad no se trata solamente de crear ciudades con tecnologías ambientalmente amistosas en el marco del sistema de valores económicos imperante, sino de dar un vuelco total a nuestra manera de pensar.
    Después de más de 30 años de investigaciones, reflexiones y vivencias relacionadas con el tema de convertir al Planeta Tierra en un lugar sostenible, he llegado a la conclusión de que lograr esa meta antes de que acabemos con la humanidad ya sea por la vía la destrucción de la biosfera o a causa de las guerras, requiere de la transformación radical de nuestras sociedades. Mi idea inicial consiste en el diseño de una ciudad experimental factible y realista que proporcione elevados niveles de vida y que reúna las características correspondientes a una sociedad sostenible, entre las que estarían el uso exclusivo de las más avanzadas tecnologías verdes; el fin de la manipulación económica, política y religiosa; la ausencia del dinero en efectivo; la limitación del crecimiento económico y poblacional; el verdadero respeto a la libertad; y una democracia real. Esta ciudad sería presentada en forma de maquetas, animaciones, producciones fílmicas, parques temáticos y hasta una urbe experimental, con la finalidad de que sirviera de modelo para lograr el cambio de mentalidad que condujera a las rectificaciones necesarias. No olvidemos que “una imagen vale más que mil palabras”, y la presentación de un modelo perceptible por los sentidos sería mucho más convincente que cualquier cantidad de textos teóricos, más aun cuando se trata de persuadir a una humanidad que durante miles de años ha sido engatusada por los intereses egoístas de minoritarios grupos de poder.
    En vista de que no poseo habilidad alguna en materia de diseño gráfico y producción cinematográfica, apelo a la participación en esta propuesta de personas sensibles a este tema que posean habilidades en ese sentido, o capacidad logística para lograr dar vida a esa urbe imaginaria.
    Si estás interesado en conocer sobre esta iniciativa o participar en ella, puedes visitar mi sitio web https://elmundofelizdelfuturo.blogspot.com/ en el cual (muy especialmente en el capítulo 5) ya tengo adelantadas algunas ideas respecto a las características físicas y organizativas que pudiera presentar esa ciudad modelo que se pretende construir.
    Gracias.
    César Emilio Valdivieso París

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