LA CIUDAD DE LOS DESEOS

“La Ciudad Comprometida”

Hoy compartimos un articulo bastante interesante que fue publicado recientemente en “La Ciudad Viva”, iniciativa de la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía, donde se reflexiona sobre la ciudad a través del concepto del urbanismo moderno, su traslación a nuestra legislación urbanística y la aparente ruptura debido a la coyuntura actual.

FUENTE: laciudadviva.org
FUENTE: laciudadviva.org

El origen de la planificación urbanística, tal como hoy la entendemos, tiene su origen en la década de los años 30 con la celebración del Congreso Internacional de Arquitectura Moderna, y la posterior redacción en 1941 de la Carta de Atenas, documento en el que se sientan las bases del urbanismo contemporáneo, basado principalmente en el modelo de ciudad zonificada desarrollado por el arquitecto y urbanista Le Corbusier.

En este documento se plantea una contraposición entre la denominada ciudad tradicional, caracterizada por la mezcla de usos urbanos; y la ciudad moderna donde, para resolver los problemas de salubridad e higiene originados en las ciudades industrializadas, se implantan los principios de la zonificación, que localiza en zonas diferenciadas de la ciudad las cuatro funciones urbanas básicas (habitar, trabajar, esparcimiento y ocio, y movilidad).

Maqueta para una ciudad americana / Plan Voisin de París (Le Corbusier). FUENTE: laciudadviva.org
Maqueta para una ciudad americana / Plan Voisin de París (Le Corbusier). FUENTE: laciudadviva.org

No obstante, a pesar del tiempo transcurrido, casi un siglo, este modelo sigue siendo la base de la planificación urbana actual, que encuentra en el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) su principal herramienta de trabajo.

La planificación urbanística de nuestros municipios ha atendido durante las últimas décadas a intereses productivos y especulativos, que han dado como consecuencia la construcción masiva de viviendas que no se ha visto correspondida con el crecimiento poblacional real, sino más bien, con la imparable ambición de los promotores y especuladores, que han encontrado en el urbanismo un negocio altamente lucrativo.

Este urbanismo expansivo, fundamentado en un modelo económico de crecimiento, se ha visto truncado por la actual crisis económica, hasta quedar obsoleto.

Ante esta nueva situación, consideramos necesario replantear la planificación urbanística desde una apuesta clara y contundente por la calidad de vida de los ciudadanos y de las ciudades, así como por un desarrollo sostenible, objetivos todos ellos contemplados en la exposición de motivos de la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA). Es el momento de resolver los problemas reales de la sociedad actual, que reclama una mayor calidad  de vida en sus ciudades, con mejores viviendas, servicios y equipamientos.

“El urbanismo del siglo XXI tiene, pues, como principal reto atender a la conservación, rehabilitación y recualificación de la ciudad existente, frente a la imperiosa demanda de más suelo para urbanizar que ha sido su rasgo más característico a lo largo del siglo XX” (LOUA. Exposición de motivos. Objetivos de la Ley)

En este nuevo contexto, la figura de PGOU está en entredicho, siendo necesaria su adaptación hacia nuevas fórmulas en consonancia con los nuevos objetivos de la planificación, que viabilicen la intervención sobre la ciudad consolidada, así como la puesta en marcha de mecanismos que permitan trabajar a una escala urbana más cercana en la detección y resolución de problemas.

FUENTE: laciudadviva.org.
FUENTE: laciudadviva.org.

Entre los nuevos objetivos y valores a los que el planeamiento debería dar respuesta, mencionamos a continuación, aquellos que por su importancia directa en la calidad de vida de los ciudadanos, consideramos más relevantes a la hora de intervenir en el diseño y construcción de la ciudad:

  • Ciudad en clave de Igualdad
  • Ciudad ACCESIBLE
  • Ciudad PRÓXIMA
  • Ciudad SEGURA
  • Ciudad PARTICIPATIVA
  • Ciudad CON PERSPECTIVA de GÉNERO

Para ver el articulo completo, PINCHA AQUÍ.

4 Comentarios

  1. Entre los nuevos objetivos y valores a los que el planeamiento debería considerar has omitido la sostenibilidad y dentro de ella la creación de edificios muy eficientes energeticamente. A propósito de esto último y dada la gran contaminación de Granada,me gustaría comentar un artículo que versaba sobre los edificios construidos con estandar passivhaus que ahorran un 80 por ciento en energia. La contrapartida es que su coste es casi un 10% mayor. Creo que tanto el IVA de los edificios como otros impuestos como el IBI deberían rebajarse a los edificios que se construyeran con materiales muy eficientes y usasen energías renovables.

  2. Totalmente de acuerdo con Manuel, pero considerando que buena parte de esos edificios, a los que habría que reducir el IVA el IBI y demás exenciones, deberían ser los que vayan a ser rehabilitados, sean históricos o no, con o sin valor patrimonial. Todos éstos ahorran mucha energía, muchos materiales y mucho suelo (ahorro nada despreciable).

  3. Coincidiendo con los comentarios anteriores, las desgravaciones o compensaciones a la vivienda (o más precisamente a los edificios) deberían hacerse bajo criterios de contraprestación (si tu cedes tal para la sociedad, la sociedad te exime de tales cargas). Este dilema ya fue abordado en la UE para las explotaciones agrícolas de determinados productos, así se dudaba si subvencionar a la producción o a la superficie, pero al final, gracias al criterio de países mucho más adelantados, se consideró que se subvencionaría al que siguiera unas adecuadas prácticas, entre las que destacaban las ambientales. Ese mismo criterio es el que creo que hay que seguirse con las edificaciones para beneficiarse de exenciones, valorar la sostenibilidad del edificio, su carácter patrimonial, su alineación con los criterios de ciudad compacta mediterránea, su conexión a los servicios urbanos fundamentales, su integración paisajística en el contexto urbano y ambiental, sus medidas de seguridad y accesibilidad, etc., deben ser premiados.

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