¿Y yo qué tengo que ver con mi ciudad?

«La Ciudad Comprometida»

En una reciente mesa redonda celebrada en Lima: “¿Y yo qué tengo que ver con mi ciudad?” con motivo de la Convención de las Naciones Unidas LIMA COP20, se analizó el concepto de ciudades sostenibles y, en particular, su situación frente al cambio climático. Aquí le presentamos seis ideas que nos ayudarán a pensar cómo cuidar las nuestras.

Fuente: google earth

1.- Se necesita una agenda de gestión local para lograr ciudades sostenibles: más del 50% de la población mundial vive en ciudades y que, en el caso de Latinoamérica, llega al 70% (75,8% en el Perú). En la actualidad las ciudades consumen las dos terceras partes de la energía mundial y son responsables del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

“Vincular las ciudades sostenibles con el cambio climático permitirá una adecuada gestión local que mejore la calidad de vida de sus habitantes y propicie la mitigación y adaptación de los efectos de este fenómeno global”, dijo Barandiarán, para quien no debemos mirar sólo a las grandes ciudades, sino también a las ciudades intermedias, que tienen sus propias características. Indicó que el mayor reto para el Perú en la implementación de un programa de adaptación y mitigación para ciudades es mejorar la gobernanza a nivel local.

2.- Un mejor planeamiento urbano minimiza el riesgo de las ciudades frente a desastres naturales: la falta de un planeamiento urbano conlleva al desarrollo de zonas urbanas inadecuadas que son más expuestas a los desastres naturales y en particular a los eventos climáticos extremos. Es más que cuestionable el hecho de proveer servicios como luz o agua, u otorgar títulos de propiedad, a los habitantes de estas zonas inadecuadas, por el hecho que fomente el ánimo a quedarse, y sugirió encontrar otras soluciones. “Es momento de empezar a considerar la ciudad como parte del territorio”, resaltó Neyra.

Formación de embalses en el asentamiento humano Señor Cautivo de Ayabaca, Lima. Fuente: conexióncop.com

3.- Promover la lentitud y reapropiarse el espacio público: Debemos repensar el ideal de ciudad. “Hoy soñamos una ciudad moderna y rápida, pero el resultado es una ciudad peligrosa, contaminada, impersonal, ineficaz y mecánica. Deberíamos preguntarnos de nuevo: ¿Qué ciudad queremos? Una ciudad para sus habitantes, que busca el desarrollo”, sostuvo Carlos F. Pardo, quien propuso invertir la visión clásica de la ciudad y promover la lentitud en lugar de la rapidez.

  1. Arrué reforzó la idea de rehumanizar la ciudad y de hacer de ella un espacio menos exclusivo y agresivo, y más inclusivo. Hoy las ciudades ofrecen espacios muy reducidos para poder caminar y desplazarnos, y los habitantes no se sienten cómodos sus ciudades. El espacio público no son sólo los parques o las plazas, como solemos imaginar, aunque en realidad la calle es el principal espacio público. “Hay que pensar la ciudad como un gran espacio público -agregó-. Se debe pensar en la personas primero, invertir en ellas antes de invertir en las vías”.

4.- Un sistema de transporte integrado que incluya estos tres niveles de decisión del ciudadano:  EVITAR: Evitar los viajes gracias a la proximidad de los servicios; CAMBIAR: Cambiar los modos de transporte, es decir, poder tomar la bicicleta o el bus en lugar del auto; y MEJORAR: Si acabo se debe usar el auto de todas formas, mejorar la tecnología de los vehículos.

También se promovió el desarrollo de más espacios peatonales que resulten en una mejora social, mayor sensación de comunidad, mejor seguridad, activación de los comercios, y por supuesto menores emisiones de GEI. “Los carros deben quedarse en periferia de la ciudad”.

5.- El arte como medio de concientización en las ciudades: M. Esquivel, mostró cómo el arte puede generar conciencia ciudadana y en particular conciencia medioambiental, con varios ejemplos de creaciones artísticas realizadas con familias y comunidades por su asociación. “Las acciones concretas vienen primero de una conexión más espiritual con la naturaleza”, dijo.

Y 6.- El ciudadano como actor de su ciudad: Hubo consenso general sobre la importancia del rol del ciudadano como motor de cambio en su distrito -a través de la formación de  junta vecinales, presionando a los alcaldes sobre proyectos medioambientales- y como tomador de acciones a nivel individual para bajar su impacto personal sobre el planeta.