He tenido la suerte por mi trabajo, de ver decenas de exposiciones de fotografía en Granada, una de las últimas es la del fotógrafo chileno Sergio Larrain, que he tenido la suerte de poder disfrutarla en varias ocasiones en el Centro José Guerrero (@centro_guerrero). Sin duda es una de las mejores exposiciones de fotografía que ha pasado por Granada, y seguro que es la mayor muestra fotográfica de Larrain fuera de Chile, fué una gozada disfrutar de más de 300 fotografías separadas por etapas.
Larrain entró como fotógrafo en la agencia Magnum de la mano de Cartier-Bresson, fue la época que más reportajes realizó, tenía una mirada entre fotoperiodística y artística, mostraba con sus fotografías una realidad que aunque existente, era difícil de ver, jugaba con las sombras de una forma muy especial, dándole sentido a esa falta de luz. También dominaba como pocos la composición, se ve la escuela de Cartier-Bresson y otras monstruos de la época.
Son muchas las fotografías de Larrain con las que me identifico, pero hay una especialmente por la historia que lleva detrás, la imagen en cuestión es Passage Bavestrello. Valparaiso. Chile. 1952, en ella se ve una chica bajando unas escaleras y otra chica detrás que se dispone hacer lo mismo, tiene una composición espacial en tres niveles, dándole la joven ligeramente desenfocada en primer plano una gran profundidad.
Pero lo verdaderamente digno de mención de esta fotografía, es como describe el propio Larrain el momento decisivo en el que disparó su cámara. “Estaba de Vagabundeo por Valparaiso (fotografiando todo lo que se ponía a tiro, como hacía muy a menudo) cuando ví a una chica con un vestido a lunares bajando unas escaleras, la imagen me gustó y encuadré, en el instante preciso de disparar, entró en escena otra chica que parecía su sombra, en ese instante irrepetible, disparé”, Larrain reconoce que fue fruto de la casualidad que apareciera la chica en el mismo momento que hizo la foto, pero como decía Picasso, la inspiración te tiene que llegar trabajando.
Por ese motivo me identifico tanto con el trabajo de Segio Larrain, porque a mi también me pasa en ocasiones, cuando me dispongo ha hacer la foto, todos los elementos que tengo en el encuadre se alinean y causan ese efecto mágico, llámalo casualidad o saber estar en el lugar apropiado en el instante preciso, pero sucede.
Para terminar os hago una reflexión, la fotografía que realiza un fotoperiodista tiene que dar respuestas y la fotografía que hace un artista hace preguntas. Las fotografías de Larrain son una mezcla de las dos, al final ganó su faceta como artista.