Comedia en tres actos que se desarrolla entre Sevilla y Madrid con parada en Huelva en la que Javier Arenas, Mariano Rajoy, Juan Ignacio Zoido y Fátima Báñez se curran un sudoku para evitar un nuevo harakiri en su reto por llegar a la Presidencia de la Junta de Andalucía.
En Madrid ya han nombrado ministro a Javier Arenas, aunque él diga que no. Será en septiembre y servirá para una maniobra en tres actos en la que primero se amortizará a Fátima Báñez, onubense y ministra nombrada para ser icinerada en la hoguera de la más alta tasa de desempleo de la historia.
La segunda movida es recuperar a Javier Arenas como ministro del Gobierno de Rajoy. Al menos, mi tocayo dará la cara, no se dará media vuelta en los pasillos ante los periodistas, o desconvocará el debate del Estado de la Nación.
La tercera es parar a Zoido en sus aspiraciones. Magistrado y alcalde de Sevilla, es decir, con poder, con partido y con formación, es incontrolable; nombrar a Báñez al menos candidata a la Presidencia de la Junta de Andalucía para el año 2016 y, en esta nueva versión de Teófila, y con la gestación del tapado del PSOE para sustituir a Griñán (esto da para todo un señor post, por cierto), esperar habano en mano su derrota, fardar de gestión en Moncloa como ministro y volver por aclamación a su querida Andalucía como jefe del PP andaluz, candidato a presidente de la Junta en 2020 y ganar, en su quinto intento, no ya las elecciones, que ya sabe lo que es, sino llegar a ser presidente dela Junta de Andalucía.
Javier Arenas, nacido el 28 de diciembre de 1957, apenas luce 55 tacos y se podrá presentar con tan solo 62 y por esta quinta vez a estas elecciones autonómicas andaluzas de 2020. Recuerden que José Antonio Griñán ha ganado estas elecciones autonómicas andaluzas con 66 años o que Rubalcaba disputó la presidencia del Gobierno español con 61 años.
Si volvemos la vista atrás, recordaremos la llamada ‘legislatura de la pinza’, cuando Chaves adelantó elecciones en 1996, ganó por goleada y provocó la derrota de Javier Arenas ysu marcha como ministro de Trabajo de Aznar. Si en estos años venidores cambian los vientos, se cumplen los chascarrillos que se dan por sentados en los cenáculos madrileños, y el paro comienza a desaparecer, la jugada, en su versión 2.0, será de libreto.
¿O es que alguien se pensaba que alguien ha derrotado a Javier Arenas?