El barrio del Zaidín celebró ayer su Junta Municipal de Distrito en el mismo escenario acostumbrado de pancartas y miseria de Santa Adela.
De repente algo hizo click y el curso cambió.
Antonio Ruiz, el presidente de la Asociación de Vecinos, tendió la mano y ofreció paz social al Ayuntamiento tras un año plagado de agrias disputas, algunas de ellas incluso en los tribunales, caso de las licencias para celebrar el Festival de Rock de 2012.
Antonio Granados, el presidente de la Junta Municipal de Distrito, recogió el guante y se congratuló de la promesa del nuevo tono.
Parece así terminar 2013, que acaba con un número que menta a la bicha y es 13 y deja paso al 2014, la Casa del Loco, donde todo va a desbarrar, o no.
De momento quedará 2015, la Niña Bonita y las elecciones municipales, esas que el Zaidín sabe que pone y quita alcaldes y equipos de gobierno e, igual, resulta que los tiros que ayer no se escucharon van directamente por ahí, por la reivindicación del músculo del Zaidín y por la necesidad de arreglar los problemas que tiene este barrio, causados por una tensión vecinal con el equipo de gobierno, de signos políticos encontrados.
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