Todos los periodistas nos hemos comido de niños un escritor. Todos. Incapaces de mirar por encima de la realidad para sopesar la espuma de los días, publicamos en nuestros medios las historias de la vida del día. Esto se llama Periodismo. Y es muy bueno. Hasta que algún día, muerto de envidia, te enteras de que un compañero de la Redacción presenta una novela negra como el demonio y condenadamente bien escrita. Esto se llama Literatura. Y también es realmente bueno.
El tipo que no ha dormido en tres años para conjugar Periodismo con Literatura, dirigir la sección de Granada de mi periódico con acierto y parir la novela ‘A la Izquierda del Padre’ se llama Quico Chirino y para la presentación en Granada de su novela reunió a algo más de un centenar de personas en el Cuarto Real de Santo Domingo. La velada se desarrolló entre viejos adagios periodísticos, técnicas de redacción, scoops de hemeroteca y de portada, y recuerdos a Chandler, don Raymond; y a Umbral, don Paco.
Quico Chirino, Flanqueado por Jesús Lens, director entre otras cosas del más potente festival cultural dedicado al género Noir; y Eduardo Peralta, director de IDEAL, flanqueaban al ya novelista mientras el alcalde de la city, Paco Cuenca, dedicaba unas palabras a modo de presentación, muy bien traídas.
No hubo ni medio segundo para el buen rollo, aunque el acto estuvo envuelto en una atmósfera de cariño, ya que Quico recordó así como para entrar en faena lo que Pablo Rodríguez le comentó en la entrevista publicada en las páginas de IDEAL sobre ‘A la Izquierda del Padre’: “Es una novela de derrotados”. “Y en efecto -comentaba Chirino, es una novela de gente a la que la vida le ha dado un metro cuadrado y ahí viven, mueren o se autodestruyen. Es una novela dura”.
Eduardo Peralta certificó que “es un gran relato que nos sorprende, estremece y conmociona”, y leyó en voz alta textos entresacados de la novela, que justifican estas tres reacciones. También indicó que “es una denuncia social. No hay un texto amable sino un texto descarnado de gente que busca la felicidad y solo encuentra las drogas”.
En efecto, prosiguió, “la crónica describe las miserias sociales de la época”. Y vuelve a entresacar una frase de la novela: ‘Siempre solía beber cuando estaba de servicio’, dice por ejemplo del policía”. Igual sucede a juicio de Eduardo Peralta, con los periodistas. De ellos se escuchan frases lapidarias como que “el público prefiere la mentira”, que dirá uno de ellos. O aquello de “mucho peor sería tener que trabajar”, sobre el viejo oficio de contar que es el Periodismo que le responderá el otro, antagónicamente.
Y, por supuesto, “hay autocrítica de su propia profesión a lo largo de las páginas”, describe Peralta. Y con sus ejemplos de la novela, los ilustra: “Hay que diferenciar el Periodismo de una verdulería, como cuando por ejemplo se debate sobre las reglas que sirven para distinguir una coliflor de un buen reportaje”. Reportaje-coliflor, el vocablo servirá para describir mucho trabajo periodístico pretencioso.
El director de IDEAL, que trató de hablar largo “sin reventar la novela”, destacó “el lenguaje directo que deslumbra” que utiliza Quico Chirino en su novela: “‘Te dejaré marchar si me comes a besos’, dice la protagonista de una novela llena de soledad”.
Y claro, lo de las pes, “es una novela de pes, de Periodismo Putas y Policías, pero no hay Políticos”.
Jesús Lens recomendó por su parte “no dejar la novela en manos de críos porque querrán ser periodistas” mientras que Quico Chirino, en su intervención, explicó que “esta novela la he hecho por diversión y por provocación. A la crítica me someto a diario. Y si no os gusta la novela me da igual. Pero en el periódico tengo la obsesión de que los textos queden cerrados, desde que leí una columna de Umbral”. Y entonces, también apareció el gran maestro Noir de la mano de Lens: “Es una novela canónica Noir con más Chandler que en muchas novelas americanas”.
Añadió que “la reflexión de esta novela es qué capacidad tenernos de escapar al destino”. Dijo de los protagonistas que “son personajes que tienen una poética. No tienen instinto criminal, solo delinquen por necesidad”. Y su ejemplo fue que “la poética es el bocata que les daban de críos a los protagonistas en la iglesia como excusa para que aprendieran a leer y quizá así, el que aprendiera a juntar algunas letras podría firmar el día que entrara en la cárcel”.
Quico Chirino terminó sincero: “Me he sentido cómodo porque es la mejor manera de enfrentarse a la realidad. Y una provocación. Y algo de hipérbole. Pero lo que cuento es realidad”. Esa realidad-espuma de los días a la que hay que asomarse pero con una precaución: “Cuando terminas de escribir, los personajes saben más de ti que tú de ellos”.
Os dejo con una entrevista a Quico Chirino en Cadena SER de la que destaco unas frases que me han gustado especialmente:
-“Mi única patria es una Redacción, pero que nací en Osuna. Soy un niño de Osuna que quería ser escritor”.
-“Para saber de qué va el título, hay que llegar hasta el final”.
-“No me podía permitir algo sin criticar algo, sin llamar la atención”.
-Y algo que sinceramente me ha maravillado: “¿Cuál esa gota de hipérbole que tiene la novela?. El Vacie está a un paseo del Parlamento de Andalucía y pared con pared del cementerio, que separa los muertos de los vivos”.
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