El Tapia, Juan Luis Tapia, compañero en Ideal, estaba en Los Altramuces en el Campo del Príncipe. Carlitos Morán se quedó aquí en la Redacción del periódico con Quico Chirino y alguno más. Yo decidí irme donde mi socio, Alfonso el del bar Antonio de la calle Santiago, donde coincidí con mis amigos y vecinos.
Cuando David Cortés (todos te apoyamos, que conste) metió en propia puerta y el Granada CF perdía ante el Madrid tras rozar el sueño de la victoria y de paso de la permanencia, «entramos en fase REM». Granada y el mundo se congeló. El silencio, helador. El cerebro, en plan encefalograma plano. El miedo, en el cuerpo. La ilusión, por los suelos.
Al día siguiente, es decir, durante todo el día de hoy, he esquivado todas las conversaciones sobre el fútbol. He llegado por la tarde a la Redacción y nadie hablaba del partido. Estamos desfondados. La bicha no se menta. Guardamos fuerzas para la semana que viene, la Gran Final de Vallecas.
Pero el bicho del fúrbol es voraz, y he encontrado uan foto de González Molero para la historia, tomada en Los Cármenes. La he bautizado ‘El tanguita’, así en plan cariñoso y picarón. Porque lo bueno que tiene el deporte, este juego verde, es su intrascendencia absoluta.
Y, al final, me voy a casa con una sonrisa.