Después de demasiados meses de caída en picado, el sector automovilístico español ha recibido como un bálsamo el plan PIVE, una medida que llevaba muchos meses solicitándose. Una ayuda que puede hacer que el mecanismo de la industria del automóvil se mueva y haga que entre dinero en todos los compartimentos estancos que conforman el sector.
En Andalucía, esta medida puede traer buenas noticias, ya que según Ganvam, entre el 75 y el 90 por ciento de los concesionarios de automóviles andaluces han cerrado con pérdidas el primer semestre de este año. Por provincias, una de las más afectadas ha sido Jaén, donde los números rojos han llegado al 90 por ciento de los concesionarios. En Granada y Almería, los datos superan el umbral del 75 por ciento.
En esta situación, se calcula que en los primeros días del Plan PIVE, la intención por comprar un coche nuevo se ha disparado hasta un 35 por ciento, una cifra nada desdeñable si se atiende a la situación económica general y a las malas perspectivas económicas.
Y es que aunque comprar un coche no es en la mayoría de los casos una inversión, es una decisión que puede hacer que nos ahorremos dinero y más de un susto. Cuando un vehículo cumple años, se suman las reparaciones, revisiones, desgastes de las piezas… a lo que hay que añadir la falta de los sistemas de seguridad actuales. El Plan Pive llega entonces para animar a potenciales clientes a buscar un coche que se adapte a sus necesidades, porque no puede ser cualquier coche. La ayuda del gobierno solo se puede aplicar en la compra de un vehículo nuevo o de hasta un año de antigüedad, por lo que la mayor parte de la segunda mano queda fuera. El vehículo nuevo tiene que ser un turismo o un comercial ligero, por lo que quedan fuera los empresarios que se dedican al transporte, un sector que acumula muchos kilómetros en sus vehículos. La tercera condición de la ayuda es que hay que entregar a cambio un automóvil con 12 o más años de antigüedad, por lo que el círculo se reduce aún más.
Es verdad que muchas marcas ofrecen descuentos saltándose algunos puntos de la ayuda del Gobierno, e incluso se ofrecen ofertas que pueden hacerte ahorrar un buen dinero. Aunque hay que mirar la letra pequeña de esas ofertas, ya que pueden estar asociadas a una financiación con unas condiciones determinadas.
En caso de no cumplir las condiciones el Plan PIVE puede parecer menos atractivo, aunque los clientes pueden aprovechar la situación que crea la ayuda de forma colateral. En estos años, el sector de la segunda mano ha ido acumulando vehículos. El estímulo del Plan PIVE puede hacer que los precios de muchos coches de segundo uso se ajusten para competir con los precios de los nuevos. Si el cliente no cumple con las condiciones que se exigen, puede que la segunda mano sea una opción a tener en cuenta.