La compañía presenta un concept car espectacular
Toyota es una gran marca. A los millones de coches producidos hay que sumar su comprobada calidad por más kilómetros que pasen. Las estadísticas están para algo, y está demostrado que desde hace años, estos japoneses son de los vehículos que menos pasan por el taller. Pero una de las peores cosas que le puede suceder a una gran marca es acomodarse en su sillón y aburrir coche tras coche. Esto pasó durante un tiempo. Hubo modelos de Toyota que despertaban confianza, poca deportividad, poca pasión y poca emoción. Muchos añoraban los años del Toyota Supra o del Celica, que se hizo famoso por sus motores, su fiabilidad y sus éxitos en los rallies.
Hasta que llegó hace unos años el Toyota GT86. No se ven muchos por la calle, pero parece que este modelo despertó a Toyota de su letargo de coches ‘grises’ y le dió la emoción que le hacía falta. Y después de renacer ha llegado el momento de afianzarse. Y esto lo puede hacer Toyota con el FT-1, que desde la marca conciben como «el vehículo deportivo defnitivo». Tendrá que ser con el permiso de Ferrari o McLaren, pero no hay quitarle méritos. El FT-1 es muy atractivo, es un gran coche del que no se sabe mucho más de lo expuesto hoy. Tendrá propulsión trasera y por dentro se parece y mucho a un Fórmula 1.
Toyota no se descuelga así de la competición de calle y apuesta por un coche espectacular que, al menos, dé una imagen de fortaleza a la marca. No es la única que ha tomado esa decición. Alfa Romeo ha inverido mucho dinero en el 8C y en el 4C. La razón es que las marcas tiene que haber vehículos para todos los gustos y Toyota no podía desprenderse de su pasado así como así.