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Por Carolina Minola Fotti. Arquitecta de GRarquitectos

Es una herramienta que nos sirve para conocer en forma profunda el consumo energético de la edificación,  que afectan al consumo de energía y así poder identificar, evaluar y organizar las diferentes oportunidades de ahorro de energía dependiendo de la rentabilidad.

Una auditoria energética es una acción puntual llevada a cabo en un sistema consumidor de energía, mientras que el plan de ahorro será una puesta en acción de las conclusiones obtenidas en la auditoría energética.

Los objetivos principales son:

• Recopilar información sobre: el diseño del edificio, industria, materiales de construcción, sistema de calefacción y de aire acondicionado.
• Recopilar datos sobre las diferentes fuentes de energía utilizadas en el sistema, cómo y para qué se usan de una determinada forma.
• Conocer los balances de energía que entran en los diferentes procesos.
• Identificar los puntos en que se pierde y los posibles procesos y puntos en los que se puede ahorrar energía.
• Aplicar las diferentes técnicas para conseguir el ahorro.
• Calcular el volumen de ahorro posible.
• Rediseñar procesos que mantengan el nivel de confort, reduciendo el consumo de energía.
• Diseñar sistemas de producción de energía o sistemas que pueden reemplazar a los existentes ahorrando en los procesos.

En la Directiva 2006-32-CE se hace referencia a los servicios energéticos y eficiencia en el uso final de la energía, en donde se define el concepto de Auditoría Energética en el Art.12 que expresa que los estados miembros tendrán la obligación de asegurar la existencia de sistemas de auditoría energética de gran calidad y eficiencia.

A su vez, la Unión Europea ha comunicado a todos los países miembros sus exigencias sobre energía en la edificación a través de la Directiva 2002-91-CE en el Art.10 en donde se establece que los estados miembros asegurarán que la certificación de los edificios se realice por expertos cualificados o acreditados. Los mismos, deberán de conocer los procesos físicos y los equipos utilizados en la industria y la edificación, debiendo dominar las últimas técnicas concretas de auditoría. Además deben poseer la habilidad y los conocimientos necesarios para realizar cálculos económicos y técnicos. Para auditar edificios es imprescindible conocer a fondo la legislación vigente.