GR entre barrancos y acequias…

«La Ciudad Comprometida»

El pasado miércoles el equipo de GRarquitectos se trasladó hasta la localidad de Ferreira para su ya tradicional excursión de corpus. Madrugón este miércoles de tarasca para disfrutar de un día de convivencia con los compañeros.

El lugar elegido para la excursión, Ferreira (llamada así por la abundancia del mineral de hierro en la zona) perteneciente al Marquesado del Zenete, y se ubica en la parte suroriental de la comarca de Guadix, limitando con municipios granadinos como el de La Calahorra, Aldeire o Dólar, entre otros.

La ruta elegida iba a consistir en un paseo entre los barrancos de Ferreira y las antiguas acequias que regaban sus bancales. A continuación, se muestra un plano con la ruta seguida:

Partiendo a las 9 de la mañana del molino de San Antonio, o también conocido como el molino «del arquitecto”, comenzamos nuestra incursión en la naturaleza tomando el “Camino del Castañar”, una pista de asfalto donde, paseando junto a las parcelas linderas, fuimos identificando especies de árboles según sus hojas y frutos, descubriendo la abundancia de castaños, almendros, nogales y serbales de este paraje perteneciente al Parque Natural de Sierra Nevada.

A pocos metros caminando nos encontramos con la Ermita de la Virgen de la Cabeza, el primer hito que bien mereció un alto en el camino para observar su interior y refrescarnos en su fuente antes de abandonar el camino asfaltado e  internarnos en el terreno.

Ermita Virgen de la Cabeza. Fuente: .turgranada.es

Al pasar la ermita nos desviamos hacia el “Barranco del Alamillo”, donde comenzamos una ligera ascensión siguiendo el cauce de la rambla por la que baja el agua en épocas torrenciales. Parando junto a una pequeña construcción abandonada, observamos el límite entre el bosque mediterráneo, caracterizado por árboles como la encina y un sotobosque leñoso y aromático (tomillo, zarzaparrilla, lentisco, etc.),  y la reforestación de pinos a nuestra izquierda.

Parada en el Barranco del Alamillo. Fuente: Elaboración propia
Contraste del bosque mediterráneo y el bosque de pinos. Fuente: Elaboración propia

Caminando por el antiguo trazado de la acequia bordeamos el bosque de pinos por su cara norte hasta llegar al “Molino de Mariano”, donde cruzamos el barranco para hacer una breve parada a la sombra, aprovechando para probar algunas cerezas y observar la construcción del molino y su salto de agua.

Siguiendo el trazado de la acequia. Fuente: Elaboración propia

Retomamos nuestra ruta atravesando unos bancales junto al molino que nos devolvían al “Camino del Castañar”, a la altura del “Cortijo de la Huertezuela”, donde confluyen varios caminos para arrancar la subida de Ferreira a las Alpujarras por el sendero de Gran Recorrido del GR-7 (Atenas-Tarifa). En este sendero, paralelo al “Arroyo Hondo”, observamos varias edificaciones destinadas a almacén o cuarto de aperos, cuya integración en el paisaje tradicional de Ferreira es muy cuestionable.

Caminando por el GR-7. Fuente: Elaboración propia

Caminamos por este sendero, nuevamente en el bosque mediterráneo, hasta llegar a la “Venta de Natalio”, una parada habitual en el camino no sólo para los senderistas actuales, sino también para los arrieros que históricamente paraban en este lugar cuando viajaban camino de la sierra y necesitaban recuperar fuerzas antes de comenzar la dura ascensión hacia el Puerto de la Ragua. En este punto, donde confluyen el “Arroyo Hondo” y el “Arroyo Chico”, decidimos hacer nuestra parada para el bocata, donde pudimos refrescarnos a la sombra con agua fresca de la acequia y ricas cerezas.

Repostando en la Venta de Natalio. Fuente: Elaboración propia

Iniciamos nuestra vuelta retomando el sendero GR-7 junto al “Arroyo Hondo”. Esta vez en la primera bifurcación tomaremos el sendero superior dirección Ferreira, un camino carretero que bordea la ladera oeste del monte en una suave bajada y que nos lleva hasta el depósito de agua municipal de la localidad, donde nos desviamos por el camino que pasa junto a la piscina municipal para volver al molino.

La ruta, de unos 7 km, duró alrededor de 3 horas, por lo que después de este bonito pero caluroso paseo (la ola de calor de estas fechas también se notó en Ferreira),  el equipo de GR se relajó con un merecido refrigerio a base de zumo de cebada mientras que nuestro jefe preparaba y relataba su ya famoso arroz con conejo y alcachofas. Entre charlas y risas se nos pasó el mediodía y la tarde de esta jornada de desconexión de ordenadores, partes e informes, lo que nos permitió recargar las pilas para volver con fuerza al trabajo este lunes.