LUCES Y SOMBRAS EN VILLA DE LEYVA

Había oído hablar mucho y bien de Boyacá (Colombia) y sobretodo de Villa de Leyva, seguramente la ciudad colonial más visitada del país. Y felizmente pude hacer mi primera incursión al lugar durante el pasado fin de semana y, claro, aquí me tenéis para narraros lo que vi, lo que percibí y lo que sentí…
Tengo que deciros para empezar que esta región se inicia en el famoso “Puente de Boyacá”, donde se libró hace casi dos siglos la batalla decisiva para la independencia colombiana, cuando el general Santander, uno de los grandes personajes latinoamericanos, venció a las tropas reales, un hecho histórico que llena de orgullo a los colombianos. Y para llegar a mi punto de destino transité previamente por el Valle de Socama, cuya percepción me evocó bastante al Valle Sagrado del Urubamba, camino de Machupicchu, con leves pinceladas de los suaves paisajes alomados de la Toscana… de modo que cuando llegamos al anochecer a Villa de Leyva, esta tierra ya me tenía totalmente entregado, soñando ya con recorrerla a pie, en bicicleta o trotando al día siguiente a fin de hacerme con el lugar y captar verdaderamente su esencia. Así que al amanecer decidí combinar los tres modos durante cuatro horas maravillosas.
La ciudad, relativamente pequeña, gira en torno a un centro histórico majestuoso, en el que se percibe un gran esfuerzo colectivo, de por años, para mantener su armonía de modo que hoy está considerado como uno de los iconos patrimoniales del país, con una impresionante actividad turística que es el principal recurso económico local. Quisiera decir que me asombró la sencillez de su traza urbana, su arquitectura y sus técnicas constructivas, el más que razonable estado de conservación general de los edificios, la peatonalización casi generalizada de sus calles centrales, la autenticidad de los pavimentos y la bella sobriedad de sus plazas, la sutil presencia de arbolado y vegetación, la efectividad de su señalética, o el encanto de sus hoteles, tiendas y restaurantes… Aunque también percibí que deben tener una errónea o insuficiente regulación urbanística dada la preocupante concentración de actividades terciarias en el centro, más propia de una especie de “parque turístico y cultural” que de una ciudad viva, habitada por sus tradiciones y sus gentes… pero ya sabemos que ese es uno de los peligros de exagerar el turismo…
También me llamó la atención que en el resto de la ciudad se simula mediante falsos históricos la manera de construir y de diseñar de los siglos pasados, un criterio que me parece un error, pues creo que mientras que en la ciudad colonial debe actuarse con el máximo rigor para defender la autenticidad cultural de su urbanismo y de su arquitectura, sin embargo en los nuevos barrios habría bastado con regular exclusivamente los elementos que garantizasen la armonía general del paisaje urbano de la ciudad… En fín!
Además me pareció muy negativa la dispersión con que se ha producido su expansión urbana, lo que habla a las claras de la gran relajación municipal que ha existido al respecto, con una nula gestión urbanística de los crecimientos, apoyada seguramente en un plan de ordenamiento territorial demasiado expansivo…
Pero sin duda lo más frustrante fue mi recorrido por su entorno rural que, precisamente por ser tan bello y exuberante, está lamentablemente contaminado por centenares de edificaciones y parcelaciones rústicas, además de por la proliferación de decenas de urbanizaciones en condominios cerrados dispersas por cualquier lugar…
Colombia a través de su novedoso Programa POT Modernos tiene un gran reto por delante a fin de poner límites en esta lacra que bajo la excusa de favorecer la ruralidad supone una de las más fatídicas costumbres que destruyen sus paisajes y sus recursos rurales.
Abrazos desde Florencia (Caquetá) a donde acabo de llegar!

LAS PERSONAS IMPRESCINDIBLES

En buena hora he decidido volver a leer NUESTRA FELICIDAD, un precioso ensayo de Luis Rojas Marcos en el que entre otras cosas describe cómo diversos personajes y acontecimientos históricos han favorecido el progreso y el bienestar, sintetizándolo de una bella manera al describir cómo con el final de las glaciaciones se inició una era de progreso:

“Desde el instante en que el sol alumbró la Tierra con más ardor, floreció el conocimiento, se multiplicaron las oportunidades y el horizonte de la felicidad se expandió al reino casi infinito de la imaginación, las ilusiones y los sueños. Lo que comenzó como un obsequio de la estrella más cercana a la humanidad, no tardó en transformarse en un regalo de la humanidad al universo.”

Pero ese progreso ha requerido en demasiadas ocasiones que los sabios o los intrépidos hayan vivido con la incomprensión de sus contemporáneos, o incluso hayan sido objeto de persecuciones como consecuencia de “sus ideas sospechosas y descubrimientos. Pero nada ni nadie pudieron detener el progreso”.

Y por aquello de las casualidades, coincidiendo con esta lectura, al escuchar la radio mientras viajaba hacia el aeropuerto camino de Colombia, uno de los tertulianos expresó con solemnidad que a lo largo de la historia, en todas las generaciones y en cada lugar, siempre ha habido personas que han aportado, sin duda alguna, a la prosperidad y al avance de sus comunidades. Es cierto que la mayoría de manera modesta, pero cada uno de ellos importantes por igual. Y, claro, ya fue inevitable que recordase ese bello y sobrecogedor poema de Bertolt Brecht:

“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles.”

Y esta superposición de pensamientos me hizo reflexionar sobre mi vida y sobre los difíciles retos que he asumido a lo largo de los años. Y no pude evitar tampoco el coste personal que para mí y los míos ha requerido muchas veces… Pero, la verdad es que en ese momento preciso en el que con más, mucha más, pereza que ganas viajaba a la otra parte del mundo a desarrollar mi tarea como urbanista, me dije:
“Oye, adelante, que tú tienes que ser de los que suman”

Y reconozco que me sentí reconfortado al recorrer de una manera fugaz toda mi vida, porque a pesar de todos los esfuerzos y las servidumbres, uno no puede evitar ser de la condición que su familia le ha transmitido…

 

EL VERDADERO RETO DE SOACHA

En todas las partes la realidad es tozuda, digan lo que digan los datos oficiales, y os cuento esto a raíz de la polémica que vive SOACHA (Metrópoli de Bogotá, Colombia) al reivindicar que su población real es de un millón de habitantes a pesar de los datos oficiales del departamento estadístico nacional solamente reflejan la mitad. Pero, ¿Qué importancia tiene esto? Pues más de la que os pensáis… Os cuento:

Resulta que Soacha, el más populoso y a la vez el más pobre de los “distritos” de la capital, ha sido la tradicional puerta de llegada a la gran ciudad de aquellos que huían sea de la violencia sea de la miseria, con la esperanza de empezar una mejor vida. Y esto se ha traducido en un índice de crecimiento tremendo pero también desordenado, haciendo prácticamente inservibles hasta el momento los esfuerzos planificadores de su alcaldía. Y es que la mitad de su población vive hoy en “barrios informales”, un eufemismo con el que se refieren en América Latina a los barrios inmundos que fueron creados al margen de toda lógica y en los que confluyen toda clase de riesgos naturales y carencias de servicios… Y en los que es fácil adivinar la virulencia de los conflictos sociales que afectan a sus gentes, y su frustración a sabiendas de que difícilmente saldrán de su miseria.

Pero demás se da otra realidad, ya que su inmediatez con Bogotá hace que asimismo se estén desarrollando otros megaproyectos “organizados” de modo que ya hay licencias aprobadas de aquí a 2020 para más de 120.000 viviendas, con lo que Soacha se habrá triplicado en apenas 20 años. Sin embargo la rigidez de los datos oficiales no sabe recoger esta dinámica y, como os decía, el municipio reivindica que se reconozca esta realidad, a fin de que pueda recibir fondos del estado para afrontar sus terribles déficits en servicios urbanos, transportes, equipamientos o en medioambiente.

Y es por ello que su alcalde (Eleazar González) ni corto ni perezoso, le pidió hace unos meses a su Secretaria de Planeación (Mª Andrea Rozo) que saliera con sus funcionarios a la calle a preguntar, puerta a puerta, cuántas personas viven en cada casa, con la idea es hacer un censo por su propia cuenta, algo inédito para una población de este tamaño, que demuestre que en Soacha viven al menos un millón de habitantes. Lo que se situaría a Soacha entre las ciudades de mayor tamaño de todo el país.

imagen de ProBogotá

Y por otro lado, como ya habréis imaginado, contar con unos datos de población razonablemente fidedignos es esencial para abordar con el rigor necesario la transformación progresiva de Soacha en una ciudad que posibilite que sus habitantes se puedan desarrollar como personas.

En fin, este es el contexto en el que mi equipo, con el apoyo de la alcaldía y coordinado por el Departamento Nacional de Planeación, va a diseñar su Plan de Ordenamiento Territorial, con criterios innovadores y comprometidos… Y, como podréis imaginar, constituye un compromiso profesional y personal de la mayor magnitud…

¡Así que ahí estaremos!

RECONSTRUYENDO EL QHAPAQ ÑAN

Hoy es un buen día para fijarnos en el Qhapaq Ñan, que en quechua significa Gran Camino Inca, un complejo sistema de caminos prehispánicos y sitios arqueológicos que recorre los países andinos. Hace poco tiempo se conoció internacionalmente gracias a una singular iniciativa de cooperación entre Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú para conseguir su nominación como patrimonio mundial de la UNESCO.
Y hoy lo traigo a mis pensamientos porque el colectivo peruano “Ciudadanos del Día” acaba de premiar como buenas prácticas públicas las tareas del Mº de Cultura para consolidar el Qhapaq Ñan en este país. Y es que han dado forma a un proyecto donde convergen desde los diplomáticos, autoridades y expertos hasta los pobladores locales, asumiendo las tesis que explora la Dra. Malú Rendón en sus estudios “Reconstruyendo el Qhapaq Ñan en Ecuador y Perú”.
https://www.academia.edu/33848175/Reconstruyendo_el_Qhapaq_%C3%91an_en_Ecuador_y_Per%C3%BA

Machupicchu
Machupicchu

A mí me parece que esta iniciativa es del máximo interés porque enriquece un debate de la máxima actualidad: ¿turismo versus desarrollo? “al incorporar a los pobladores locales como supuestos protagonistas y beneficiarios del desarrollo, a la vez que son convertidos en objetos que conforman el patrimonio… que demandan participar en el proyecto y usar sus recursos” culturales para alcanzar mejores condiciones de vida…

Ya hace dos años reflexioné sobre la maravillosa restauración de uno de los puentes que conformaba esta red, el famoso Q’eswachaka, que permite cruzar el rio Apurimac, a unos 3.700 m.s.n.m. con una longitud aproximada de 28.67 metros y más de (y se dice pronto) 500 años de antigüedad y me alegra comprobar como el Qhapaq Ñan va a seguir dando mucho de qué hablar…
http://granadablogs.com/gr-arquitectos/2015/05/18/construyendo-puentes-hacia-la-historia-viva-de-peru/

¡Feliz día!

UN PASEO POR LOS DÍAS DE TU VIDA

Qué hermoso gozo, en un momento de tu vida, poder levantar la mirada, ya serena, y realizar un paseo por los días de tu vida, deteniéndote en esas personas que de alguna manera te marcaron y te ayudaron a crecer… y reconociendo también esas “circunstancias que te hicieron, ayer y hoy, abrazar la esperanza y cuestionar el tiempo que te ha tocado vivir”.
Y qué hermosa dicha poder deleitarte en las palabras, cargadas de esencia, de quien ya ha realizado ese viaje interior y lo ha expresado para ti, porque “Los poetas ya recorrieron los caminos que hoy transitamos y sembraron la semilla”.
Todo eso encontré en el poeta Antonio Morillas Jiménez, antmorillas@telefonica.net  por cuya obra vitalista transitan los pensamientos y los retos de toda una vida, en los que he querido reconocerme, y con los que he podido conocerlo. Y es que en su PASEO POR LOS DÍAS enfrentándose a su pasado se pregunta: “¿Por qué preferí caminar a volar?”
Por eso, he sentido la necesidad de contaros, entresacados, algunos de estos versos que más hondo me han calado… todos ellos llenos de lirismo pero también, más aún si cabe, de honestidad:

 “En la vida de las personas se producen cataclismos que recolocan los elementos que la conforman. Se altera el lugar que ocupan las cosas, la intensidad de los sentimientos, el afecto hacia quienes te rodean y que, tras el vaivén, unos te ahogan y otros te sirven de acomodo para la esperanza.”

“Ella es así, y la quiero… Pero nunca calla. Jamás la palabra necesaria se le pudrió en la garganta.”

“La vida no habría tenido sentido sin aquellos que me acompañaron para hacerme fácil el camino o para poner aviesas piedras que advirtieran sobre el futuro…”

Gracias por compartirnos todo eso… Yo también espero que sea el principio de una larga amistad.

Fotografía de Nuria Hernández