EL VALOR CULTURAL DE LOS BALATES

Hoy os presentamos un artículo publicado en el diario El País, que nos ha parecido bastante interesante, donde Grupos y especialistas defienden los muros que preservan los cultivos en Almería. Esperamos que lo disfrutéis como nosotros:

«El Territorio Comprometido»

Los muros de mampostería de piedra seca son parte del paisaje almeriense y su utilización ha sido fundamental para el desarrollo y supervivencia agrícola en tierras áridas, pedregosas y con pendientes; de clima seco y precipitaciones irregulares y torrenciales. La provincia, una de las más montañosas del país, exhibe más que ninguna otra estos muros -los balates- que descansan en sus distintos niveles sobre las laderas y las peinan, como las olas al mar.

Balate en Nijar (Almeria). Foto: Jose Francisco Garcia
Balate en Nijar (Almeria). Foto: Jose Francisco Garcia

Se calcula que, desplegados en hilera, tan solo los balates de Níjar formarían una muralla que llegaría hasta Girona (900 kilómetros). En total, existen unos 4.000 kilómetros de este tipo de construcciones rurales, que han sido utilizadas desde el Neolítico por todas las civilizaciones y que en Almería se resisten a desaparecer. Por varios motivos.

Los balates suponen un importante freno de la dinámica erosiva. Las cabeceras de las cuencas áridas y cortas de la provincia se convirtieron en escalones que impedían el paso de un sedimento a la red hidrográfica. Es una manera natural de regulación forestal como sucede, por ejemplo, en las presas para evitar que se colme de sedimentos.

En la medida en la que avanza su erosión «habrá un cambio en la dinámica sedimentaria» y habrá cuencas que funcionarán como lo hubieran hecho naturalmente de no existir una labor de corrección cultural, como los balates. Así, estudiosos como el geólogo Rodolfo Caparrós, prevén que la cota de los cauces subirá al entrar los sedimentos en la red y podría provocar inundaciones en cortijos. El bucle de destrucción que comenzaría a formarse con la desaparición de los balates, sobre todo, en determinadas cuencas, ha sido también advertido por colectivos conservacionistas. El Grupo Ecologista Mediterráneo (GEM) ha solicitado a la Consejería de Medio Ambiente y a la Diputación Provincial de Almería su intervención.

Apuestan por que se reconozca lo que supone esta técnica y su «demostrada utilidad» para preservar y retener el suelo y reclaman un plan global de intervención donde se vincule el mantenimiento de los balates a factores como el fomento de la agricultura tradicional y del turismo rural, la lucha contra la desertificación, creación de empleo, mantenimiento de ecosistemas y de la biodiversidad, entre otros.

Las zonas que, presumiblemente, se verán más afectadas son el litoral de Gádor, la sierra de Cabo de Gata, Sierra Cabrera y Sierra Almagrera, señala Rodolfo Caparrós, al estar asociadas a los secanos, a las zonas más áridas y pedregosas. Los balates no servían solo para fijar el terreno. Los agricultores quitaban el excedente de piedra para poder cultivar y lo empleaban en la construcción de la mampostería.

La edificación de balates también se mantiene viva. El aspecto cultural es otro de los motivos por los que se defiende la preservación de estas construcciones rurales. Existen talleres de estudio y rehabilitación de balates que redundan en potenciar la identidad almeriense. «Si no reivindicamos una continuidad de nuestra tradición y cultura territorial, estaremos expuestos a todo tipo de excesos y abocados al desequilibrio y a la pérdida de competitividad y eficacia«, augura el geólogo almeriense, que en 2011 trabajará en una guía de lectura del paisaje de Almería que editará el Instituto de Estudios Almerienses.

El reconocimiento a la labor realizada por la población rural a lo largo de los siglos también se tiene en cuenta desde el GEM. Recomiendan que muchas soluciones a los problemas medioambientales actuales «se inspiren en las prácticas y el profundo conocimiento de la naturaleza que siempre ha tenido la gente del campo«, caso de los balates, de importancia simbólica, paisajística y territorial.

Marta Soler. diario El Pais 

AGRICULTURA ECOLÓGICA Y PAISAJE

«El Territorio Comprometido»

Destaca la contribucion de cultivos ecologicos en la agricultura.
Destaca la contribucion de cultivos ecologicos en la agricultura.

Los problemas ecológicos creados por las prácticas de cultivo convencionales originaron la aparición de diferentes propuestas de diversa naturaleza y responsabilidad que pretendían aminorar o eliminar estos problemas. De ahí, surgió la agricultura ecológica. Definirla brevemente no es fácil ya que si algo la caracteriza es la diversidad, por tenerse en consideración, no sólo aspectos agrarios, sino también medioambientales, económicos y sociales. Continuar leyendo →

LA ECO-AGRICULTURA EN BANCALES DE LA ALPUJARRA

«El Territorio Comprometido»

Bancales de Pórtugos junto al casco urbano.
Bancales de Pórtugos junto al casco urbano.

El ámbito de La Alpujarra Media se circunscribe a las laderas de la vertiente meridional de Sierra Nevada, entre sus cumbres y la hendidura del río Guadalfeo. Así el relieve de este espacio es consecuencia, sobre todo, de la disposición de la red hidrográfica, de la conformación hidrográfica y de la conformación tectónica del macizo nevadense. En general, se caracteriza por el predominio de las formas pesadas, alomadas y escasamente hendidas en las zonas altas. El clima de montaña mediterránea determinó el desarrollo de la vegetación natural y estableció los condicionantes en la ocupación humana en el territorio, muy especialmente respecto a la ubicación y forma de los núcleos de población, a la creación de aterrazamientos para el cultivo y a sabia regulación de los recursos hídricos. Por tanto, La Alpujarra, ubicada en un medio agreste y montañoso, es ante todo un conjunto agrario característico, a pesar de que  los cultivos aparecen en áreas concretas y aisladas, precisamente, por hechos físicos; habiendo sido dicha superficie agrícola el fundamento de la vida económica alpujarreña hasta hace unos lustros. En conjunto, se trata de una actividad agraria extensiva en relación al total de la superficie ocupada, pero muy intensiva si se tiene en cuenta el trabajo desarrollado en relación a un medio relativamente hostil. Continuar leyendo →

EL VALOR DE LOS PAISAJES AGRARIOS

«El Territorio Comprometido»

Agricultora de Zimbabue.
Agricultora de Zimbabue.

 El paisaje agrario es el tipo de paisaje más antiguo (se remontan a la Revolución Neolítica, casi diez milenios atrás) de los atribuibles al ser humano, al menos en gran parte, al introducir una serie de cambios y transformaciones en los elementos que componen el entorno natural, tales como flora, fauna, suelos, topografía e incluso, en algunos casos, clima. En muchas ocasiones, estas modificaciones han provocado problemas ambientales de diversa índole. Entre otros, puede mencionarse el desencadenamiento o, al menos, la intensificación de procesos erosivos, la contaminación de suelos y la alteración, cuando no destrucción, de hábitats naturales y especies vegetales y animales. Como factores que han contribuido en tal sentido se pueden indicar los modelos económicos imperantes y una tecnología inadecuada en la búsqueda de la máxima productividad de las explotaciones agrarias, olvidándose de una forma voluntaria o inconsciente las leyes ecológicas.  Continuar leyendo →

Transformaciones

 «La Ciudad Comprometida»

Por Ana Belén Herruzo García. Arquitecta

Parece que el hombre desde siempre ha actuado en su medio de una forma diferente a la mayoría de los animales. Se ha creado casi la necesidad de modificar su entorno para “facilitar” su vida. Desde los primeros instrumentos como lanzas, hachas, martillos, palancas, hasta las más modernas herramientas como los ordenadores, han sido creados por éste con el mismo fin. La consecuencia directa de la actividad del hombre es la modificación del medio que le rodea. Este proceso, en el que no vamos a entrar en mayores detalles, fue dando lugar a lo largo del tiempo a un desarrollo muy complicado de interconexión entre el hombre (sus necesidades) y su entorno (el medio físico). No podemos olvidar esta pequeña reflexión a la hora de plantearnos qué entendemos por medio rural y qué entendemos por medio urbano. Si bien la primera idea que tenemos de cada una, es que una se traduce a ciudad y la otra como el resto o medio natural, debemos ahondar en cual es el fondo y el sentido de tales afirmaciones a priori tan sencillas. Continuar leyendo →