La próxima semana tendrá lugar el “II Congreso Internacional sobre Ciudades Históricas del Patrimonio Mundial”. Se celebra en la Ciudad de Córdoba, en España, entre los días 23 y 26 de Abril.
En esta ocasión 7 ciudades más la anfitriona estarán presentes para mostrar las particularidades de sus centros históricos: Tetuán (Marruecos), Puebla (Méjico), Matera (Italia), Évora (Portugal), Lyon (Francia), y San Cristóbal de la Laguna, Santiago de Compostela y Córdoba (España).
Las casi 250 ciudades que tienen en su territorio un sitio inscrito por la UNESCO en la Lista del Patrimonio Mundial están agrupadas enLa Organización de las Ciudades del Patrimonio Mundial(OCPM), entra las que se encuentra Granada en España o Lima y Arequipa en Perú, ciudades donde hemos trasladado los principios de La Ciudad Comprometida a través del trabajo y dedicación del equipo de GRarquitectos, mediante, de entre otros, trabajos como el Plan Especial de la Alhambra (Granada) o el Plan de Acondicionamiento Territorial y el Plan de Desarrollo Metropolitanode la Provincia de Arequipa y su capital.
Granada tiene el honor de pertenecer a la OCPM desde 1984, con la inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial del sitio de la Alhambra y del Generalife. En 1994 se extendió al barrio del Albaicín. La UNESCO declaró el centro histórico de Lima en 1991 y en el 2000 el casco antiguo de Arequipa, que se extiende principalmente entre los distritos de Yanahuera y el propio Arequipa.
Se trata de un encuentro en el que administraciones locales y universidades, expondrán sus experiencias e investigaciones, los esfuerzos y las ventajas que conlleva vivir en estas zonas especialmente protegidas, así como las estrategias que se siguen para trasladar su imagen al resto del mundo.
Esta iniciativa pretende vitalizar las redes de Ciudades Históricas ya existentes y el acercamiento de las mismas a la ciudadanía, dedicando especial atención y voz a los colectivos que la habitan.
El programa consta de cuatro sesiones de trabajo que tratarán sobre temas de:
– La gestión local
– La investigación aplicada
– Vivir las ciudades históricas
– Difundir la ciudad
En «La Ciudad Comprometida» hablamos bastante, como sabéis, sobre la necesidad de reciclar los edificios. Y lo hacemos desde una triple perspectiva: primero desde el punto de vista de la sostenibilidad, ya que la rehabilitación permite alargar la vida útil de los edificios y reducir por tanto su huella ecológica; segundo porque la rehabilitación nos permite conservar y revitalizar los mejores ejemplos de la arquitectura heredada (sea de interés monumental, tipológico o ambiental, y ya se trate de bienes culturales de valor histórico, defensivo, industrial, o etnológico), a modo de pequeñas joyas que con su presencia cualifican nuestros entornos urbanos y rurales; y tercero porque en el caso de los centros históricos las estrategias de rehabilitación urbana son imprescindibles para garantizar su autenticidad cultural, como alternativa a la práctica lamentablemente utilizada en tantas ciudades que consienten la sustitución progresiva de sus inmuebles lo que suele llevar a una transformación tipológica y también social, que los despoja de valor cultural y de vida…
Pero en el presente artículo querría centrarme en la polémica que muchas veces suscitan algunas intervenciones «supuestamente rehabilitadoras» en los círculos profesionales o en los colectivos más sensibilizados con el patrimonio histórico, sea por la excesiva transformación arquitectónica que proponen, sea por proponer un cambio de uso del edificio original, sea por propiciar la transformación del carácter del entorno originario…. Es decir, ¿Hasta dónde debemos llegar con la rehabilitación de los edificios?
Y para ilustrar este tema propongo rescatar una polémica que cíclicamente se abre en mi ciudad de Granada (Andalucía, España) sobre la rehabilitación/transformación para uso hotelero del antiguo Convento de Jesús del Valle, en las riberas del río Darro, y a la sazón en el entorno territorial de La Alhambra, que siempre suscita una fuerte oposición por parte de los sectores sociales relacionados con la defensa del patrimonio o los de corte ecologista… Recordaremos que se trata de un conjunto conventual inscrito recientemente en el Catálogo General del Patrimonio de Andalucía pero que tras años de abandono (y, porqué no decirlo, de expolio) hoy sufre un alto deterioro físico y patrimonial que amenaza incluso a la integridad de sus estructuras… y que ha supuesto la «desaparición» de la práctica totalidad de sus bienes muebles (carpinterías, armaduras, rejería, etc) y de su valor cultural arquitectónico. Y recordemos asimismo que se encuentra ubicado en un contexto rural de alto valor cultural al estar relacionado con la captación de la Acequia Real de La Alhambra y por constituir un memorable paisaje lleno de matices históricos y ambientales.
Pero mientras que se dirime el larguísimo debate sobre todas esas cuestiones que sin duda son esenciales para definir las características de la intervención, tales como la definición de los valores patrimoniales de este conjunto arquitectónico, si debería expropiarse o no, a que uso o usos podría destinarse, sobre la mayor o menor compatibilidad para ampliar su superficie construida, o incluso si su recuperación podría afectar negativamente a su entorno paisajístico…. La realidad es entre tanto y tanto debate sobre qué hacer finalmente con este inmueble, sus valores patrimoniales van degradándose paulatinamente tanto por la inacción de sus propietarios (que ya sea por dificultades económicas, sea por la indefinición sobre su destino final, sea por intereses especulativos, están incumpliendo el deber por imperativo legal de su conservación); como, obviamente, también de las administraciones (en este caso la municipal, Granada, y la regional, Andalucía) que subsidiariamente podrían intervenir acometiendo al menos obras de consolidación y de conservación, ya que la legislación cultural así lo prevé, pero… está claro que ya sea porque no se trate de una actuación prioritaria para una u otra administración, o ya sea porque los recursos económicos y la capacidad de gestión de las administraciones públicas en general son limitados y por tanto insuficientes para atender desde lo público a tanta riqueza patrimonial existente, la realidad es la que es y cada vez nos queda menos edificio y menos patrimonio, y por tanto menos necesidad de rehabilitar… Y como este caso, decenas de situaciones en todas las ciudades y en todos los países, por supuesto. De modo que junto a las dificultades económicas y/o de gestión de las administraciones que ni tan siquiera cuentan con recursos suficientes para atender a las necesidades de conservación de sus propios edificios, nos encontramos una y otra vez con tediosos debates en los que muchas veces se sobreactúa, y que se vuelven irracionales, ineficaces y, por qué no llamarlo así, perniciosos para la defensa del patrimonio que supuestamente buscan.
Por tanto, difícil panorama para la preservación y la puesta en valor de este bien patrimonial (como podría ser de cualquier otro ejemplo), porque a todo lo anterior habría que añadir la notable dificultad, y esta si que es real, para conciliar los puntos de vista de los tres agentes implicados: propietario (empresarial), municipio (urbanístico y social) y administración cultural (tutela patrimonial).
En fin, os he narrado uno de tantísimos ejemplos que demuestran una gran ineficiencia social, atribuible desde mi punto de vista a todas las partes, fruto de la dificultad/incapacidad de concertación entre las administraciones públicas, de sistemas de toma de decisiones claramente mejorables, y con seguridad de déficit en la planificación urbanística y patrimonial de nuestras ciudades y territorios, lo que impide que ciertas cuestiones esenciales sobre el alcance de la intervención en este tipo de bienes, ya esté predeterminado en lo posible de antemano. Por tanto, en general, y no solo en este caso que nos sirve de ejemplo, se necesario exigir a los tres agentes implicados que actúen con responsabilidad, claro, pero también con flexibilidad: ya que corresponderá a los propietarios y a sus arquitectos (y demás asesores claro) intervenciones ejemplares; como corresponderá a las administraciones claridad en sus planteamientos de protección de modo que una vez establecidos sus criterios no se modifiquen y que sean estables, racionalidad a la hora de establecer las exigencias específicas de protección, eficacia para evitar la superposición de competencias de unas y otras, capacidad de concertar soluciones con otros organismos, y agilidad, toda la agilidad posible, porque no hay actuación empresarial que soporte varios años de tramitación… (¡Con la que está cayendo!) Y porque, en definitiva, el daño del abandono, de la rigidez, o de la demora en la intervención lo sufre en última instancia el patrimonio.
La experiencia nos dice que los mejores edificios históricos suelen ser además magníficos contenedores para usos bien diversos, y que incluso muchos de ellos ya lo han experimentado a lo largo de su vida útil. De ahí que, sin negar que en muchos casos pueda ser conveniente que diversos edificios patrimoniales se destinen a usos equipamentales, no deberíamos obcecarnos con esta medida dado que ni los recursos públicos son ilimitados, ni está claro que el mejor destino para dotar de nueva vida a todos los inmuebles que han quedado obsoletos pase por su uso público. Mas bien al contrario, porque no es tan fácil dotar de nuevo uso a los edificios cuyas funciones originales quedaron obsoletas, sobre todo si se trata de complejos de cierta envergadura. Y, claro, no es posible destinarlos todos a usos museísticos o culturales…
De ahí que, desde mi punto de vista, la clave estaría en determinar, a ser posible a priori, los parámetros específicos que garantizarían la bondad de una intervención futura, obviamente dando prioridad a las cuestiones patrimoniales, y dejar lo más abierto posible el uso final en la medida en que su implantación pueda ser compatible con las necesidades de protección y de conservación de sus valores específicos. Es decir, controlar las intervenciones arquitectónicas y funcionales que los vuelvan a llenar de vida, y no tanto en perdernos en los debates que a la postre impidan su regeneración…
Junto a buenos ejemplos de buenas intervenciones de recuperación y cambio de uso, tenemos lamentablemente otros menos ejemplares, pero sobre todo tenemos innumerables casos de edificios abandonados, sin uso, degradándose a marchas forzadas, en lo que sin duda es un pecado por inacción o por rigidez que no deberíamos permitirnos….
Para ello, la experiencia demuestra que los planes específicos para la protección de los centros históricos, los planes directores de los monumentos y bienes más complejos, junto con la elaboración de los catálogos de protección del patrimonio, constituyen adecuadas herramientas para la tutela y también para el impulso de la revitalización del patrimonio heredado.
Los doce leones que flanqueen la fuente del palacio más famoso de la Alhambra retornarán en breve a la que fue su ubicación durante siglos. Hace más de 4 años fueron retirados para un largo proceso de restauración para conseguir que las figuras recuperasen su esplendor.
En los primeros meses de 2012 se espera que se abra de nuevo al público la zona central del Palacio de los leones con sus elementos originales, la fuente y sus doce leones.
Desde 2007, las esculturas solo se han podido ver en la exposición que ha tenido lugar en Cripta del Palacio de Carlos V. El visitante ha tenido la ocasión de contemplar estos ejemplos únicos del arte nazarí junto a recreaciones virtuales, realizadas por la empresa granadina “Tecforma”, con la cual Grarquitectos ha colaborado en varias ocasiones.
Esta muestra permanecerá mientras finaliza la intervención arqueológica que se está terminando de ejecutar en el patio. La retirada de los elementos ha permitido por primera vez intervenir en este espacio con metodología arqueológica. Se han observado vestigios de construcciones anteriores (Palacio del Riyad Al-Saíd o Jardín feliz), sobre los que se asienta el actual palacio, así como el descubrimiento de la cimentación de la Sala de los Reyes.
El estudio de la documentación histórica ha podido determinar que el patio estuvo en algún momento recubierto por solería, probablemente enlosetado de mármol. La nueva imagen del patio recuperará este acabado y permitirá de nuevo acercarse al centro del mismo como hace algunos años.
Asimismo, se ha aprovechado para emprender toda una renovación del sistema hidráulico del patio. Se han restaurado las restantes fuentes del Palacio y canales de retorno y la renovación de la red de acometida.
Desde la Ciudad Comprometida queremos felicitar al Patronato de la Alhambra, y en particular al Servicio de Conservación, por esta estupenda labor que lleva darnos cuenta por un lado, que los Palacios Nazaries encierran todavía muchos tesoros por descubrir y por otro a Grarquitectos, como equipo redactor del Plan Especial, a recordarnos la importante labor que tenemos entre manos.
El diario El mundo en su edición digital se hace eco de una evocadora exposición en el Jardín Botánico de Nueva York sobre la Alhambra. Transcribimos a continuación algunos párrafos del artículo:
Washington Irving, a quien debemos la leyenda del cortador de cabezas de Sleepy Hollow, fue de los primeros, o el primer, andariego estadounidense en referirse a la belleza de la Alhambra. Digamos que unos cuantos años antes que Bill Clinton. Lo hizo en un libro, publicado en 1832 y revisado veinte años más tarde, que reforzó la imagen colorista, sensual y un punto inexplicable de España y lo español.
Sus ‘Cuentos de la Alhambra’, fantasía policromada escrita tras visitar el palacio nazarí con un guía local, difundieron la idea de Granada como escenario entre Las mil y una noches y el exasperado romanticismo que tanto gustaba entonces. Algunos textos de Irving, rescatados de los archivos de la Hispanic Society of America, fastuoso museo, hogar de la apabullante serie de Sorolla que nadie visita por estar lejos de las rutas evidentes, aupado a Washington Heights, pueden contemplarse en la exposición, Paraíso español: jardines de la Alhambra, que ha preparado el Jardín Botánico de Nueva York.
El viajero que llegue al Bronx encontrará fotografías y daguerrotipos, viejos bocetos de artistas de paso en sus cuadernos grises, acuarelas y legajos relacionados con el palacio rojo. Sin embargo lo sustancial está fuera de las salas donde pasean los eruditos mezclados con los turistas, incluso lejos de los, pocos, turistas eruditos. Nos referimos a la imaginativa reproducción que los expertos del Botánico han hecho de los jardines de la Alhambra y el Generalife.
Cartón piedra en los materiales, claro, porque tampoco era cuestión de copiar pieza a pieza un conjunto de mamposterías, arcos peraltados, yeserías y cerámicas que hubiera resultado costosísimo. Algo hay, lo justo para contextualizar la exposición, pero dado que era impracticable levantar los cuarenta metros de la Torre de Comares o el juego arquitectónico de la Escalera del agua, por no hablar de las salas de los Abencerrajes o de las Dos Hermanas, mejor recurrir a su doble misterioso y vegetal.
Homenaje al genio musulmán del siglo XIV espoleado por Ibn Alhamar, Yúsuf I o Mohamed V. Sirve, de paso, para que España abandone por un día su eterno y lamentable vagabundeo por las páginas económicas de los diarios. Diversas conferencias, recitales de flamenco y degustaciones de alimentos y vinos españoles alicatan el perfil último de una original y delicada exposición.
El articulo completo lo podéis encontrar a través del siguiente enlace: PINCHA AQUI
Hoy Lunes comienza el curso del Centro Mediterráneo titulado “ARQUITECTURA, PAISAJE Y MEDIO AMBIENTE”, en cuya pasada edición tuvo el placer de participar como ponente el fundador de la Ciudad Comprometida, Juan Carlos García de Los Reyes. Entre la completa programación de cursos de que siempre dispone el Centro Mediterraneo, la Ciudad Comprometida se alegra de que la preocupación por la integración de la arquitectura en el paisaje, con respeto del medio ambiente, sea una tematica de cabecera para formar a estudiantes y profesionales que intervienen en estos campos. Recordamos, por ejemplo, la serie «Paisajes Culturales», como muestra de la manera de intender para este blog el paisaje y la huella humana que deja en el.
Se va a celebrar en el incomparable marco del Salón de Actos del Palacio de Carlos V. del 18 al 22 de julio de 2011,con una duración de treinta horas y está dirigido por Ángel Gijón y coordinado por Ricardo Hernández Soriano. Esta desarrollado dentro de la programación del Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada y en colaboración con Sociedad: Marina y Desarrollos Portuarios de Motril, S.L
El curso está orientado especialmente, a arquitectos, aunque también a estudiantes de últimos cursos de arquitectura, historiadores del arte, medioambientalistas, ingenieros de caminos y geógrafos.
La colina de la Alhambra es el marco inigualable donde se desarrolla un Curso que profundiza en la comprensión del paisaje como hecho asumido y consolidado de nuestra cultura patrimonial. Desde el planteamiento de la escala y del rumor del paisaje como argumentos inevitables del proyecto, el Curso se adentra en arquitecturas que transforman el paisaje, en paisajes que determinan arquitecturas, en arquitecturas pensadas para ser vistas, en paisajes contemplados por arquitecturas.
Interpretando el territorio como un manto continuo, el Curso despieza una suma de fragmentos que configuran diferentes lecturas del paisaje: desde el reconocimiento de la
manifestación actual de los valores paisajísticos de la Alhambra y su proyección futura, se analiza la relación con el paisaje cambiante de la costa, las acciones que deben incorporar los procesos naturales en los puntos de borde ciudad-vega, el patrimonio construido y el peso de la memoria, hasta concluir con provocativos modelos de ocupación del territorio.
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