LA CIUDAD SIN ESFUERZO. 4º Aniversario de La Ciudad Comprometida (V)

«La Ciudad Comprometida»

En relación con la publicación «Urbanism Without Effort«, compartiamos algunos pensamientos acerca de los 5 principios que el autor proponia como ejes del debate para las ciudades. Nos referimos al articulo «LA CIUDAD SIN ESFUERZO«, que recordamos hoy dentro de esta relación de articulos a modo de resumen de lo mas destacado que hemos publicado este año en el blog:

 

En relación con el artículo publicado el pasado lunes en La Ciudad Comprometida, (“Urbanismo sin esfuerzo”) nos restaba alguna reflexión a las ideas planteadas por Chuck Wolfe en su libro “Urbanism Without Effort”. Por comentar algunas cuestiones al magnífico y profundo análisis que de las ciudades del mundo hace Wolfe a través de su obra, nada más sugerente que empezar por el título. Y es que una de las mejores maneras de hacer urbanismo es hacerlo sin esfuerzo, dejando que la deriva del lento latir de las ciudades vaya perfilándolas; el problema está en que a veces esas ciudades sufren de arritmias (por ejemplo a la llegada de una nueva infraestructura), cuando no de infartos que obligan a su planificación, y en algunos casos hasta a implantarles un marcapasos (recordemos el caso de Marbella). Por tanto, laissez faire, pero controlado.

En cuanto a los cinco principios que propone como motivo de debate, discusión y consideración,  el primero, el placemaking, es sin duda un estimulante horizonte hacia el que deberíamos dirigir algunas de nuestras ciudades, pues hay otras que no juegan este papel (por ejemplo las ciudades dormitorio, que a su vez es lo que permite que algunas ciudades sean precisamente vivideras). No obstante hay que advertir que Lisboa no es una ciudad compacta en la que los desplazamientos habituales son no motorizados, sino que una importante parte de éstos se efectúan a través de los ríos, caso de la estación fluvial de Cais do Sodré, que es la que permite expandir la ciudad por la otra margen del río y concentrar las actividades de la población en el centro de la capital a través de la PraÇa do Comércio. Por consiguiente no sólo hay que mirar si la ciudad se hace así misma desde sus posiciones centrales, sino que también hay que considerar las sinergias que este centro tiene con su periferia, la cual permite en muchos casos su cohabitación.

Terminal Fluvial Cais do Sodre. FUENTE: commons.wikimedia.org
Terminal Fluvial Cais do Sodre. FUENTE: commons.wikimedia.org

 El segundo postulado, que versa sobre la identidad, el carácter de los sitios, es algo que por muy manido nunca viene mal recordar. Que los sitios se presenten diferentes a sus semejantes es clave para ejercer de atractivo, por ejemplo ante el turismo, de ahí que los sellos de autor deban ponderarse en un grado siempre menor que el sello del colectivo. Y aunque es cierto que hay determinadas ciudades que se vienen a conocer por algún elemento constructivo singular (Guggenheim en Bilbao), éste no sería lo mismo sin su particular localización (ría del Nervión). Sólo advertir que para ello no hace falta que suceda un accidente, un desastre natural o una guerra, pues a veces basta con pequeñas intervenciones, casi de cirugía urbana, para que una ciudad parezca remodelada en el sentido que traza su devenir.

Museo Guggenheim-Bilbao.FUENTE: guggenheim-bilbao.es
Museo Guggenheim-Bilbao.FUENTE: guggenheim-bilbao.es

El tercer aspecto tratado, la reconversión urbanística de las ciudades integrando los elementos fisonómicos precedentes aunque estos no fueran los idóneos para los nuevos usos, es un hecho ante el que cada vez más hay que ir acostumbrándose. Muchos de estos espacios ocupan lugares privilegiados para los nuevos usos y en consecuencia deben ir trastornándose al son de las crecientes necesidades. Pero uniéndolo con el punto anterior, esto habrá de hacerse sin perder del todo la huella de lo que un día fue la ciudad, pues el ciudadano, así como su visitante, debe ser capaz de leer en todo momento la historia socioeconómica de la ciudad a través de sus elementos (por ejemplo, dejando algún elemento fabril, caso de una antigua chimenea, en mitad de un nuevo parque localizado sobre un antiguo polígono industrial).

Del cuarto punto, aprender de los simples casos de adaptación al medio, que decir. Hoy en día el ser humano es capaz de superar las más adversas condiciones ambientales, pero a largo plazo sus costes lo hacen tan inviable que es preferible seguir una estrategia de adaptación al más puro estilo ancestral. El reto es combinar aquellos modos de habitación con los requerimientos de confort actuales, para lo que ya existe la suficiente técnica aunque no el suficiente bolsillo, de ahí que la mira deba estar puesta en abaratar y perfeccionar dichas técnicas, lo que sólo se puede hacer desde tres frentes: la inversión, la regulación y la concienciación (un caso podría ser la revegetación de las edificaciones de Mónaco para crear una cierta mejora bioclimática en una de las ciudades más densificadas de Europa, lo que se ha logrado mediante la regulación normativa, la concienciación vecinal, aunque también, sea dicho de paso, por la solvencia económica de sus habitantes).

Finalmente, la búsqueda de iconos urbanos parece ser una constante, a camino entre el ego de gobernantes y/o constructores y la necesidad identitaria y orientativa de sus moradores. Y es que el tótemismo está fuertemente arraigado en el ser humano. Por tanto, hay que buscar esos puntos de referencia, crearlos cuando no existan, lo que no quiere decir que haya que hacerlos, que edificarlos, pues puede valer con darlos a conocer y concienciar a la población de su interés. Además habría que contar con el valor que adquiere la cuarta dimensión en la constitución de un icono, el paso del tiempo puede hacer que un elemento en su día abominado resulte comúnmente aceptado al cabo de los años (la Torre Eiffel es el caso paradigmático de lo que se dice). En cualquier caso, creo que antes de crear iconos siempre habría que realzar los existentes, y en caso de poder ser, erigirlos de entre los naturales del entorno (el Pao de AÇucar de Río do Janeiro sería un buen ejemplo a seguir).

Con estas palabras sólo espero haber contribuido a esa intención de crear debate que Wolfe pretende con su tesis. Ahora está en otros continuar con la labor de reflexión y contrastación abierta en este Urbanismo sin Esfuerzo.

Juan Garrido Clavero, Geógrafo de GRarquitectos

EN MOVIMIENTO: “La Ciudad Jubilada”

“La Ciudad Comprometida”

Comenzamos una nueva serie en la que de manera más o menos periódica compartiremos material audiovisual que en nuestra opinión merezca la pena ser difundido, pues, de una u otra forma, entroncan con todos aquellos temas que tratamos en La Ciudad Comprometida.

Para inaugurarla os dejamos el enlace a un video titulado “La Ciudad Jubilada”, que complementa la publicación «La Ciudad Jubilada: Breve diccionario sobre los huertos informales en los ríos de Barcelona”, que podéis consultar aquí.

Pincha en la imagen para acceder al video
Pincha en la imagen para acceder al video

El día a día de uno de los muchos jubilados que autocultivan sus propios huertos en tierras residuales que no les pertenecen, entre los ríos, las autopistas o las vías de tren de la periferia de Barcelona. Explorar y conocer estos huertos es un modo de aproximarse a una de las muchas prácticas autónomas que, desde su ‘desobediencia’, también dan forma a la ciudad contemporánea. Prácticas que, lejos de ser anecdóticas, nos dan muchas pistas sobre lo que ocurre detrás del supuesto orden urbano. El trabajo se centra en la dimensión social de estos huertos autoconstruidos, entendidos aquí como una lección de autonomía en una sociedad que insiste en asimilar ‘Jubilación’ a inutilidad y dependencia.

LA CIUDAD SIN ESFUERZO

«La Ciudad Comprometida»

En relación con el artículo publicado el pasado lunes en La Ciudad Comprometida, (“Urbanismo sin esfuerzo”) nos restaba alguna reflexión a las ideas planteadas por Chuck Wolfe en su libro “Urbanism Without Effort”. Por comentar algunas cuestiones al magnífico y profundo análisis que de las ciudades del mundo hace Wolfe a través de su obra, nada más sugerente que empezar por el título. Y es que una de las mejores maneras de hacer urbanismo es hacerlo sin esfuerzo, dejando que la deriva del lento latir de las ciudades vaya perfilándolas; el problema está en que a veces esas ciudades sufren de arritmias (por ejemplo a la llegada de una nueva infraestructura), cuando no de infartos que obligan a su planificación, y en algunos casos hasta a implantarles un marcapasos (recordemos el caso de Marbella). Por tanto, laissez faire, pero controlado.

En cuanto a los cinco principios que propone como motivo de debate, discusión y consideración,  el primero, el placemaking, es sin duda un estimulante horizonte hacia el que deberíamos dirigir algunas de nuestras ciudades, pues hay otras que no juegan este papel (por ejemplo las ciudades dormitorio, que a su vez es lo que permite que algunas ciudades sean precisamente vivideras). No obstante hay que advertir que Lisboa no es una ciudad compacta en la que los desplazamientos habituales son no motorizados, sino que una importante parte de éstos se efectúan a través de los ríos, caso de la estación fluvial de Cais do Sodré, que es la que permite expandir la ciudad por la otra margen del río y concentrar las actividades de la población en el centro de la capital a través de la PraÇa do Comércio. Por consiguiente no sólo hay que mirar si la ciudad se hace así misma desde sus posiciones centrales, sino que también hay que considerar las sinergias que este centro tiene con su periferia, la cual permite en muchos casos su cohabitación.

Terminal Fluvial Cais do Sodre. FUENTE: commons.wikimedia.org
Terminal Fluvial Cais do Sodre. FUENTE: commons.wikimedia.org

 El segundo postulado, que versa sobre la identidad, el carácter de los sitios, es algo que por muy manido nunca viene mal recordar. Que los sitios se presenten diferentes a sus semejantes es clave para ejercer de atractivo, por ejemplo ante el turismo, de ahí que los sellos de autor deban ponderarse en un grado siempre menor que el sello del colectivo. Y aunque es cierto que hay determinadas ciudades que se vienen a conocer por algún elemento constructivo singular (Guggenheim en Bilbao), éste no sería lo mismo sin su particular localización (ría del Nervión). Sólo advertir que para ello no hace falta que suceda un accidente, un desastre natural o una guerra, pues a veces basta con pequeñas intervenciones, casi de cirugía urbana, para que una ciudad parezca remodelada en el sentido que traza su devenir.

Museo Guggenheim-Bilbao.FUENTE: guggenheim-bilbao.es
Museo Guggenheim-Bilbao.FUENTE: guggenheim-bilbao.es

El tercer aspecto tratado, la reconversión urbanística de las ciudades integrando los elementos fisonómicos precedentes aunque estos no fueran los idóneos para los nuevos usos, es un hecho ante el que cada vez más hay que ir acostumbrándose. Muchos de estos espacios ocupan lugares privilegiados para los nuevos usos y en consecuencia deben ir trastornándose al son de las crecientes necesidades. Pero uniéndolo con el punto anterior, esto habrá de hacerse sin perder del todo la huella de lo que un día fue la ciudad, pues el ciudadano, así como su visitante, debe ser capaz de leer en todo momento la historia socioeconómica de la ciudad a través de sus elementos (por ejemplo, dejando algún elemento fabril, caso de una antigua chimenea, en mitad de un nuevo parque localizado sobre un antiguo polígono industrial).

Del cuarto punto, aprender de los simples casos de adaptación al medio, que decir. Hoy en día el ser humano es capaz de superar las más adversas condiciones ambientales, pero a largo plazo sus costes lo hacen tan inviable que es preferible seguir una estrategia de adaptación al más puro estilo ancestral. El reto es combinar aquellos modos de habitación con los requerimientos de confort actuales, para lo que ya existe la suficiente técnica aunque no el suficiente bolsillo, de ahí que la mira deba estar puesta en abaratar y perfeccionar dichas técnicas, lo que sólo se puede hacer desde tres frentes: la inversión, la regulación y la concienciación (un caso podría ser la revegetación de las edificaciones de Mónaco para crear una cierta mejora bioclimática en una de las ciudades más densificadas de Europa, lo que se ha logrado mediante la regulación normativa, la concienciación vecinal, aunque también, sea dicho de paso, por la solvencia económica de sus habitantes).

Finalmente, la búsqueda de iconos urbanos parece ser una constante, a camino entre el ego de gobernantes y/o constructores y la necesidad identitaria y orientativa de sus moradores. Y es que el tótemismo está fuertemente arraigado en el ser humano. Por tanto, hay que buscar esos puntos de referencia, crearlos cuando no existan, lo que no quiere decir que haya que hacerlos, que edificarlos, pues puede valer con darlos a conocer y concienciar a la población de su interés. Además habría que contar con el valor que adquiere la cuarta dimensión en la constitución de un icono, el paso del tiempo puede hacer que un elemento en su día abominado resulte comúnmente aceptado al cabo de los años (la Torre Eiffel es el caso paradigmático de lo que se dice). En cualquier caso, creo que antes de crear iconos siempre habría que realzar los existentes, y en caso de poder ser, erigirlos de entre los naturales del entorno (el Pao de AÇucar de Río do Janeiro sería un buen ejemplo a seguir).

Con estas palabras sólo espero haber contribuido a esa intención de crear debate que Wolfe pretende con su tesis. Ahora está en otros continuar con la labor de reflexión y contrastación abierta en este Urbanismo sin Esfuerzo.

Juan Garrido Clavero, Geógrafo de GRarquitectos

“LA INCREIBLE CIUDAD MENGUANTE”

«La Ciudad Comprometida”

Toda la teoría urbanística actual surgida del racionalismo y el zonning en el siglo XX está basada sobre la premisa del crecimiento imparable de las urbes. ¿Qué pasaría si una ciudad decreciera? Dejando de lado zonas rurales con procesos migratorios más complejos y las ciudades abandonadas por catástrofes naturales, ¿cómo puede responder nuestro urbanismo y toda una estructura local ante un crecimiento negativo en una gran ciudad? ¿Es posible la “desurbanización»?

Haciendo el paralelismo con aquella película de serie “B” de los años 60, donde un hombre disminuía de tamaño, la Ciudad de Detroit, en Estados Unidos es un caso paradigmático de “encogimiento” urbano. En poco mas de 60 años ha pasado de casi 2 millones de habitantes a poco mas de 700.000, un 25% en la última década. En la prensa digital hemos encontrado este artículo titulado “No hay manera de encoger una ciudad” que os recomendamos leer:

Centro de Detroit en 1991. FUENTE: elpais.com
Centro de Detroit en 1991. FUENTE: elpais.com
FUENTE: nosoloviajeros.com
FUENTE: nosoloviajeros.com

De megalópolis a jungla semiurbana, desde sus días de gloria automovilística, la ciudad de Detroit ha perdido el 63% de su población. El espacio geográfico sigue siendo el mismo: 359 kilómetros cuadrados que corren una suerte desigual. En algunos puntos, la naturaleza reclama lo que es suyo, y reforesta, salvaje, manzanas enteras. Hay en Detroit 800.000 estructuras vacías, la mayoría en estado ruinoso. Los esfuerzos de recuperación, privados y públicos, se concentran en algunas áreas reducidas, que se hacen atractivas para los residentes, afeando aún más los barrios depauperados. No hay un plan maestro. En la historia del urbanismo, mucho se ha escrito de ampliar centros urbanos, pero poco hay sobre el fenómeno del encogimiento de ciudades.

 “En la reducción de ciudades no hay modelos exitosos en EE UU, en parte porque hemos sido muy lentos a la hora de admitir este desafío, y en parte porque un cambio sustancial llevará mucho tiempo en culminarse”, explica Shetty Sujata, profesora en el Departamento de Geografía y Planificación de la Universidad de Toledo, en el Estado de Ohio. “Siempre se habla de ofrecer incentivos a los ciudadanos para que se muden de áreas menos pobladas de una ciudad, a otras zonas con más densidad de habitantes, para ahorrar en los gastos de servicios municipales”. Esos intentos, sin embargo, han resultado por lo general fallidos. Los ciudadanos que quedan suelen resistirse a mudarse. Y la ley suele estar de su lado.

El descenso de población de una ciudad provoca graves consecuencias sociales y en su gestión. La capacidad de la administración para prestar servicios merma al disminuir los impuestos, su habitabilidad en términos globales disminuye: se convierte en un lugar menos atractivo para vivir, la criminalidad, el desempleo e incluso el analfabetismo aumentan. De este modo el articulo explica que  “Los que se quedan en Detroit lo hacen porque no tienen más remedio que permanecer, gente con pocos recursos”. “Y precisamente son la gente que más depende de unos servicios públicos que la ciudad ya no puede ofrecer. Si no tienen coche, necesitan el transporte público. Si no tienen empleo, pueden depender de subsidios públicos. Si no tienen seguro médico, buscan cobertura básica del Estado. Y cada vez, la ciudad puede ofrecer menos y menos servicios”.

Edificios abandonados. FUENTE: traveler.es
Edificios abandonados. FUENTE: traveler.es

El abandono de hogares es una lacra en la ciudad. Hay quienes venden sus casas por precios simbólicos. Un simbólico dólar es un precio a veces común en determinadas zonas, las más depauperadas. Las familias quieren marcharse sin mirar atrás. Desde luego, hay zonas en las que se concentra la mayoría de nuevos residentes, oasis acaudalados de corte neoyorquino, repletas de modernos lofts, como Midtown. Aun así, el stock vacío en el resto de áreas lastra las ventas medias. Según la inmobiliaria Realcomp, el precio medio de una vivienda en Detroit es de 9.000 dólares (7.000 euros).

Mucho se ha fotografiado últimamente la decadencia de Detroit. A algunos vecinos no les gusta. Tildan la práctica de tomar fotos de las ruinas de pornografía. Hay algo de voyerismo en la fascinación por la decadencia de los formidables edificios de Detroit. Es un turismo en sí mismo. Las ruinas aparecen ya hasta en las guías: la Estación Central de Michigan, la Planta Automotriz Packard, el Edificio Metropolitan. Entrar en ellos, para fotografiar su letárgico derrumbe, es una experiencia abrumadora, como visitar una Acrópolis.

Vergara, residente en Nueva York, es un meticuloso cronista de la decadencia de Detroit. Algunas de sus fotografías se exhiben ahora en el Museo Nacional de Arquitectura de Washington, bajo la rúbrica Detroit is no dry bones (Detroit no es hueso desnudo). “Ahora vemos una nueva generación de jóvenes que ve en Detroit un sitio libre, donde pueden hacer cosas que no se pueden hacer en Nueva York u otras capitales”, explica. “Muchos tienen la sensación de que pueden crear más libremente. ¿Hacer una pintada en la calle? Es poco probable que eso traiga problemas con la policía allí. Para ellos es un lugar ideal para crear”.

Teatro. FUENTE: nosoloviajeros
Teatro. FUENTE: nosoloviajeros
Interior del teatro con vehiculos. FUENTE: nosoloviajeros
Interior del teatro con vehiculos. FUENTE: nosoloviajeros
Estacion de Trenes.  FUENTE: nosoloviajeros
Estacion de Trenes. FUENTE: nosoloviajeros

¿Puede el arte redimir a las ciudades que se encogen? El Proyecto Heidelberg es prueba de ello. El vecindario afroamericano de McDougall-Hunt es ya más rural que urbano. La yedra devora casas enteras. Las construcciones decrépitas dan paso a lo que a todas luces parecen praderas. Cuesta creer que se está a tres kilómetros de la sede mundial de General Motors. Y de repente, un estallido de color. Lienzos se alzan como tumbas al aire libre. Casas enteras han sido pintadas con formas abstractas. Muñecos decoran las farolas. Es un sueño entre vanguardista y naif.

Para acceder al artículo original, pincha aquí

LA CIUDAD DE LOS DESEOS

“La Ciudad Comprometida”

Hoy compartimos un articulo bastante interesante que fue publicado recientemente en “La Ciudad Viva”, iniciativa de la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía, donde se reflexiona sobre la ciudad a través del concepto del urbanismo moderno, su traslación a nuestra legislación urbanística y la aparente ruptura debido a la coyuntura actual.

FUENTE: laciudadviva.org
FUENTE: laciudadviva.org

El origen de la planificación urbanística, tal como hoy la entendemos, tiene su origen en la década de los años 30 con la celebración del Congreso Internacional de Arquitectura Moderna, y la posterior redacción en 1941 de la Carta de Atenas, documento en el que se sientan las bases del urbanismo contemporáneo, basado principalmente en el modelo de ciudad zonificada desarrollado por el arquitecto y urbanista Le Corbusier.

En este documento se plantea una contraposición entre la denominada ciudad tradicional, caracterizada por la mezcla de usos urbanos; y la ciudad moderna donde, para resolver los problemas de salubridad e higiene originados en las ciudades industrializadas, se implantan los principios de la zonificación, que localiza en zonas diferenciadas de la ciudad las cuatro funciones urbanas básicas (habitar, trabajar, esparcimiento y ocio, y movilidad).

Maqueta para una ciudad americana / Plan Voisin de París (Le Corbusier). FUENTE: laciudadviva.org
Maqueta para una ciudad americana / Plan Voisin de París (Le Corbusier). FUENTE: laciudadviva.org

No obstante, a pesar del tiempo transcurrido, casi un siglo, este modelo sigue siendo la base de la planificación urbana actual, que encuentra en el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) su principal herramienta de trabajo.

La planificación urbanística de nuestros municipios ha atendido durante las últimas décadas a intereses productivos y especulativos, que han dado como consecuencia la construcción masiva de viviendas que no se ha visto correspondida con el crecimiento poblacional real, sino más bien, con la imparable ambición de los promotores y especuladores, que han encontrado en el urbanismo un negocio altamente lucrativo.

Este urbanismo expansivo, fundamentado en un modelo económico de crecimiento, se ha visto truncado por la actual crisis económica, hasta quedar obsoleto.

Ante esta nueva situación, consideramos necesario replantear la planificación urbanística desde una apuesta clara y contundente por la calidad de vida de los ciudadanos y de las ciudades, así como por un desarrollo sostenible, objetivos todos ellos contemplados en la exposición de motivos de la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA). Es el momento de resolver los problemas reales de la sociedad actual, que reclama una mayor calidad  de vida en sus ciudades, con mejores viviendas, servicios y equipamientos.

“El urbanismo del siglo XXI tiene, pues, como principal reto atender a la conservación, rehabilitación y recualificación de la ciudad existente, frente a la imperiosa demanda de más suelo para urbanizar que ha sido su rasgo más característico a lo largo del siglo XX” (LOUA. Exposición de motivos. Objetivos de la Ley)

En este nuevo contexto, la figura de PGOU está en entredicho, siendo necesaria su adaptación hacia nuevas fórmulas en consonancia con los nuevos objetivos de la planificación, que viabilicen la intervención sobre la ciudad consolidada, así como la puesta en marcha de mecanismos que permitan trabajar a una escala urbana más cercana en la detección y resolución de problemas.

FUENTE: laciudadviva.org.
FUENTE: laciudadviva.org.

Entre los nuevos objetivos y valores a los que el planeamiento debería dar respuesta, mencionamos a continuación, aquellos que por su importancia directa en la calidad de vida de los ciudadanos, consideramos más relevantes a la hora de intervenir en el diseño y construcción de la ciudad:

  • Ciudad en clave de Igualdad
  • Ciudad ACCESIBLE
  • Ciudad PRÓXIMA
  • Ciudad SEGURA
  • Ciudad PARTICIPATIVA
  • Ciudad CON PERSPECTIVA de GÉNERO

Para ver el articulo completo, PINCHA AQUÍ.