Risk es uno de los pocos juegos de mesa que ha resistido el paso de los años. Hoy se sigue vendiendo en las tiendas como una diversión clásica que se traslada de padres a hijos. Por este motivo era de esperar que más pronto que tarde diera el salto a las plataformas digitales.
Tomando a Risk como base, desde que existen los ordenadores y las videoconsolas se han creado cientos de juegos. Conquist, por ejemplo, es una de las copias que sin salirse mucho del guion ha creado un buen producto para plataformas móviles que se puede adquirir por unos euros.
Pero se echaba de menos una buena reedición de Risk para soportes digitales que guardara la esencia clásica y que aplicara la tecnología al grafismo sin excesiva locura. Esta edición 2015, que se estrena este fin de semana, se mueve poco de las reglas que diseñó su creador el siglo pasado y ofrece tres modos de juego: conquista total, misión secreta y conquistas de capitales.
Uno de los avances de esta edición está en los diferentes niveles de inteligencia artificial, que se pueden adecuar a cada jugador. Puede parecer una obviedad, pero en los últimos años se han visto juegos de estrategia por turnos que se abandonaban en los primeros minutos porque la dificultad del jugador virtual apenas dejaba avanzar.
Los gráficos del juego están adaptados a la actualidad y sumergen al jugador en la batalla sin grandes locuras. Se encuentra lejos, afortunadamente, de anteriores versiones en las que se terminaba viendo una película mientras que se conquistaba el mundo, por la cantidad de accesorios innecesarios con los contaba el título.
Risk, sin embargo, cuenta con la agilidad que requiere la resolución de los dados de este juego de estrategia por turnos que, una vez decidido el paso que se quiere dar se pone en manos del azar para determinar el resultado.