«Buenas Prácticas»
Por Sandra Álvarez. Geógrafa de GRarquitectos
Sobre una hoja en blanco, con mi lápiz, he dibujado una línea ascendente, sin llegar al final del folio, dulcificando el trazo al final del recorrido, perdiéndose en el vacío. Así de fácil puede ser trazar sobre un plano una carretera, pero la realidad nos invita a tener en cuenta que el folio blanco no existe.
Este artículo, pretende señalar los factores relacionados con las exigencias de calidad paisajística y dar unas pinceladas sobre la capacidad de interacción de las carreteras con el paisaje, tanto desde el punto de vista del control de los cambios a que le inducen como de las posibilidades de promover nuevas relaciones entre las personas y el territorio.
Por tanto, es necesario señalar la capacidad de interacción de las carreteras en el paisaje que las contiene, como factor de cambio al que le inducen; y empezar a dar pinceladas y trazos meditados, bajo parámetros de calidad paisajística que conlleven nuevas posibilidades de relación entre el territorio y quién lo habita o disfruta.
Nadie duda, que a lo largo de la historia, las carreteras han tenido un papel destacado en la definición de la forma urbana de muchos núcleos de población. De igual manera, el trazado lineal de las infraestructuras y el gris del asfalto ejercen un fuerte contraste con las líneas orgánicas y el cromatismo del paisaje. Tampoco cabe duda, ya que vamos a contar verdades, de que la segregación urbana, la interrupción de los conectores ecológicos y la desarticulación de los patrones paisajísticos son impactos potenciales de las infraestructuras viarias. La definición del trazado, los sistemas constructivos adoptados y la selección de materiales son factores que determinan la imagen final.
Los factores que condicionan el diseño de las carreteras son varios. Cobran peso los relacionados con las necesidades funcionales, como la conectividad, la seguridad, la comodidad, sin menospreciar las necesidades económicas y ambientales.
Al hablar de la incidencia paisajística de las infraestructuras viarias, tenemos que tener en cuenta dos posiciones como observadores: mirar desde fuera, observar desde dentro, como usuario de la vía y como observador externo a la vía.
Si observamos el paisaje desde la vía, nos convertiremos en observadores de elementos dominantes, que estructuran y definen el paisaje, a la vez que la infraestructura condicionará nuestra percepción, en función de variables como velocidad del vehículo, intensidad de tráfico…
La observación del paisaje hacia la vía nos posiciona en un plano superior horizontal. Esta posición permite percibir el grado de integración de la carretera en el territorio. La visión somete a examen el proyecto; si se ha resuelto con éxito la relación vía-territorio, la carretera formará parte del paisaje. Por el contrario, un diálogo negativo de la vía con el territorio se entenderá como un impacto crítico, y la percepción del observador será de rechazo a la misma.
Esto significa que las carreteras son componente del paisaje y el medio más utilizado para su observación (¿Te gusta conducir?).
Como recomendación de buenas prácticas, debemos de dejar claro que el proyecto de trazado de nuevas vías debe ser realizado desde la reflexión de las dos posiciones del observador: el paisaje desde las vías y desde el paisaje hacia las vías. No podemos obviar las características únicas o concretas de cada ámbito paisajístico que será la base de su recorrido, tanto para paisajes naturales o culturales, así como paisajes urbanos en las proximidades a los núcleos.
La planificación de las vías y el diseño del proyecto, para cumplir con el territorio, debe de evitar las siguientes incidencias negativas sobre el paisaje: la intrusión visual, el efecto barrera, la artificialidad, la fragmentación de unidades funcionales y la pérdida de vegetación.
Propongo un ejercicio de evaluación: pensemos en una carretera o una autovía cercana existente; reflexionemos sobre las incidencias negativas en el paisaje; seamos capaces de aplicar esta recomendación en cada proyecto futuro; seamos capaces de aprender de los errores y no olvidemos integrar al paisaje en el proceso de concepción, construcción y gestión de la infraestructura; aprovechemos la oportunidad para contribuir a la ordenación y mejora, del territorio.
Mi comentario: En Costa Rica tenemos vegetación vegetación todo el año, en general creo que es parte del paisaje de los caminos y carreteras, Sin embargo les comento un caso, una carretera que va al norte de Costa Rica tenía árboles como muestra la foto, los mismos fueron cortados porque los drenajes de las carreteras se nos dijo son para que fluya el agua y los árboles causan problemas de acumulación de agua y deterioro del asfalto. El agua en este país es abundante y también agua mal canalizada propicia deterioro de las vías. Es de mi interés aprender sobre este tema, quizá por la miopia que existe en este campo, la poca sensiiblidad de los diseñadores de vías de y además tengo la posibilidad de corporlo como parte de la tematica de la infraestructura vial.
corrección de correo
Gracias Sandra. Un interesante y oportuno articulo sobre una temática recurrente dn este blog. Como integrar el paisaje en proyectos y planes ha sido preciszmd te el titulo de dos ponencias que hemos presentado recientemente en dos congresos celebrados en Cordoba (Andalucía) y en Toluca (México)
Hola Floribeth, saludos a Costa Rica… Creo que, además de seguir publicando artículos sobre esta temática te vaandanandar una publicación que creo que te ayudara. Yo creo que los arboles nunca deberían ser el problema, No te parece?
Buen artículo, Sandra. Me he sentido un conductor contemplativo. Algo que uno siempre hace cuando conduce pero sin reparar en ello. Este artículo, además, ayuda a posicionarte de forma más crítica. Es decir, enseña. Y eso no es poco. Un abrazo
La importancia del paisaje aumenta cada día a la hora de abordar el diseño de las infraestructuras. La propia protección del paisaje como concepto definidor de los entornos es buena muestra de ello. interesante reflexión, sin duda.
Muy bueno, Sandra. Me gusta conducir y que las carreteras se integren en el paisaje.
mi comentario, es aqui en el peru existen carreteras de penetracion , vias que cruzan las tres regiones (costa ssierra y selva) mi pregunta es ¿cómo incide el factor paisajistico en la evaluacion de la rentabilidad social de una carretera de penetracion?
gracias
Amigo Jhon, le voy a pedir a uno de nuestros mejores especialistas en paisaje de GRarquitectos que te conteste a tu pregunta. Saludos desde Arequipa, ciudad donde me encuentro en este momento
Intentando responder a la pregunta formulada por Jhon Torres, habría que decir que la mayor parte de los gestores de la acción pública territorial consideran, en primer lugar, que la rentabilidad social de toda infraestructura debe ir más allá de la puramente económica y funcional para adquirir otros valores y beneficios sociales, como, precisamente, la posibilidad de descubrir, reconocer y, en su caso, disfrutar de los atributos del territorio en su expresión perceptual o paisaje a través de un medio tan poderoso como es una gran infraestructura viaria, por lo que el \"factor paisajístico\" incide de modo positivo en la rentabilidad social de las carreteras sea cual sea la motivación inicial en el proyecto de trazado, sección, capacidad, etc. En segundo lugar, aquellas carreteras que defines \"de penetración\" y que supongo te referirás a la red principal o de escala nacional e, incluso, trasnacional, como las que tienen capacidad de interconectar las tras grandes regiones peruanas, adquieren mayor valor o rentabilidad social por cuanto que ponen de manifiesto, precisamente, la diversidad geográfica y paisajística de Perú y conectan espacios de diversa complejidad etno-cultural, social, ecoómica, etc., por lo que pueden ayudar a \"hacer país\" (no sé si habré respondido exactamente a la cuestión formulada, pero lo he intentado).
Es muy interesante este post, no todo el mundo habla de la importancia del paisaje y la carretera para disfrutar de la conduccion.
Mi principal duda en estos casos es la de qué hacer con la roca desnuda. siempre queda mal, y rompe el paisaje que la carretera forma con el terreno y suele ser el mayor impacto visual.