Comerciantes, hoteleros y varios propietarios de aparcamientos públicos de la ciudad denunciaron a través de las páginas de IDEAL a los que popularmente se conocían como ‘Los Orejas’ porque, según ellos, explotaban al turista y obligaban a los empresarios a pagarles una comisión para que el visitante pasara por sus establecimientos.
Esto es lo que publicó el periódico en un día del mes de febrero de 1952:
«‘Los orejas están perfectamente organizados. En los puntos principales de acceso a la ciudad se sitúan previamente y esperan el paso de los automóviles que llegan a Granada con turistas. Muchas veces aprovechan incluso la proximidad de los guardias de circulación. Allí se paran y allí ponen su industria.
Al llegar el automóvil de turistas «lo asaltan» con la mayor discreción. Parece incluso que hay orejas que hablan idiomas lo suficiente para acompañar a los extranjeros. En cuanto suben a los coches para indicarles un hotel o una dirección, empiezan a actuar.
Si el turista lleva ya el propósito de alojarse en un hotel y este es de los que no dan comisión al ‘oreja’, le hablan pestes del establecimiento: que si la comida, que si las habitaciones… en ocasiones han llegado a decir hasta que la Alhambra era zona peligrosa.
Luego llega la hora de llevar los automóviles al garaje. ‘Los orejas’ han establecido el precio que han de llevar por comisión y ni que decir tiene que estas condiciones son onerosas. Y ¡hay del garajista si no se aviene a las condiciones que imponen los ‘orejas’! El que una vez los defrauda no ve más un automóvil de turistas por su establecimiento. «
Además exigían sus comisiones a tiendas de artesanía y tiendas de antigüedades, los comercios preferidos por quienes nos visitaban.