El gobierno está tomando medidas, ha encargado un camión que tira a la gente para atrás, con agua, como los de los chinos, pero no en una de sus tiendas, este va a costar casi medio millón de euros. La gente debe obedecer, debe resignarse y no salir a la calle a protestar, a manifestar su opinión, a ofender a aquellos que velan salvo arriesgarse a fuertes multas. No, debe permanecer en su casa, mientras la tenga. Debe callar, y acudir a votar cuando toque, si lo considera preciso. Y callar en las colas del paro, y asumir que los bancos son los amos, y los gobiernos los guardaespaldas de los banqueros. Y los banqueros, que no son esas personas que nos encontramos en las sucursales (esas criaturas solo trabajan, aunque alguno cree que heredará unas cuantas oficinas en su prejubilación), no, los banqueros están en la nube, los consejeros de los bancos, algunos llegados desde la política, intentan subirse a la nube, por eso no cejan de poner sus pies sobre las cabezas y cuerpos de los ciudadanos, para intentar trepar a lo más alto. Y el gobierno, ahora que estamos en crisis, invierte en medidas antidisturbios, y debe ser que piensa que la cosa va a ir a peor. Y toma medidas. Nos están adelgazando, casi espiritualizados que nos tienen, aunque no sé dónde va a ir a parar la tela que sobre de esas medidas, porque no creo que Merkel necesite tanta. Se puede pensar que no los comprendemos, que lo hacen por nuestro bien, porque un manguerazo de ese camión te ahorra el billete del bus o del tranvía hasta tu casa, te manda volando, y llegas duchado para varios días, y relajado, sin ganas de alborotar, con lo que ahorras en tranquimacín. El gobierno lo hace pensando en nuestra economía, pues también ahorrará un montón de policías, y no será precisa oferta pública de empleo para cubrir las plantillas. Un conductor y un auxiliar para que maneje el cañón. Además, las calles quedarán limpias, con lo que también se ahorrará en basureros, barrenderos y regadores. Menos gente a contratar también por ahí. Solo serán precisos unos cuantos policías que vayan multando a los que se escapen del chorro del agua, para recaudar lo preciso con lo que pagar el gasoil y el mantenimiento. Construyendo el futuro sobre un pasado que está siendo desmontado a pasos agigantados. Y nos está colocando donde entiende que debemos estar, otra vez de mano de obra barata, para España y para Europa, con peones en las plazas de los pueblos esperando al señorito que venga a contratar a quienes él quiera. Y Montoro tan contento, y Wert tan feliz, y todos mirando hacia otro lado y alumbrando con sus linternas hacia la nube para distraer la atención sobre lo que verdaderamente importa, como nuestros jóvenes parados, nuestros cincuentones sin trabajo, las empresas cerradas, las oposiciones congeladas…, y Rajoy callado, mientras va tomando medidas.