Mesnadas

Otrora, siglos ha, marchaban las huestes  a uña de caballo o en barcos de madera hacia los confines del mundo. Buscaban tierras ricas, cargadas de oros y diamantes, de nuevos frutos y de mano de obra barata (esclavos los llamaron). Y llegaron, les impusieron su religión, su lengua y sus maneras para que les dieran…

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