Dice Juan García, concejal del ayuntamiento nazarí, que el alcalde trabaja cada día 24 horas por el ayuntamiento, que no es lo económico lo que lo mueve, porque hay funcionarios que pueden cobrar más que él. Es normal que quien se dedica a la cosa pública se mueva precisamente por el bien público, de todos los ciudadanos, incluidos quienes no lo han votado, y no por otros intereses, como los de sus partidos o los dineros. Si es por la pasta, se dedica a otra cosa, o después del servicio público, al abandonar el cargo, puede ser consejero de alguna empresa pública o de esas que hay por ahí que nadie sabe de quienes son, pero que tienen sus consejos de administración llenos de excargos políticos, y ahí sí parece que se ventila bien la pasta. Uno piensa que en este país los políticos están mal pagados, aunque tal y como va la cosa ya se pueden dar con un canto en los dientes. Mal pagados si nos atenemos a las nóminas que les abona el ayuntamiento, o el parlamento o la diputación o el senado, o el congreso (como ven hay muchos espacios laborales para la clase política, y algunos los han recorrido todos). Cosa diferente es que ese debería ser su único salario, y los demás chorrillos que les van cayendo por asistencias a plenos, empresas públicas, actos… deberían ser secados inmediatamente, porque lo que consiguen esos extras es que se peleen entre ellos y se lancen dardos envenenados por estar en unos u otros, que sus ingresos suban de forma espectacular, creando unas diferencias enormes entre ellos cuando en realidad todos iban en las mismas listas para lo mismo. Cosa bien diferente es que desde dentro de una misma institución se utilice el tema de los sueldos de las bancadas como arma arrojadiza, que es lo que desde el gobierno municipal se está haciendo, aunque a la postre esos ataques se vuelven contra el atacante, pues la gente tiende a generalizar, y no los va a distinguir, acabando bajo el estigma de que todos son iguales, y aunque el alcalde se pegue 24 horas trabajando para el ayuntamiento, según dice su concejal, la gente lo verá lo mismo que al que va a leer el periódico. Como la cosa política es voluntaria, quien se acerca a vivir de ella lo que debería plantearse es vivir para ella, el tiempo que esté, y a los ocho años a su casa, a su trabajo original, a otra cosa que no sea empresa pública o consejo de asesoramiento o similar, y así todo el mundo estaría tan contento. Ah, y dando cuenta de lo que se hace, como en todo lo que se cobra y paga con dineros públicos, incluido el alcalde, para que así la ciudadanía le pueda agradecer toda esa dedicación que dice Juan García, concejal.