El alcalde estaba eufórico cuando supo que lo habían exculpado en el caso de terrenos del Cerrillo. Al menos eso aparentaba, alegría desbordada. ¿Sobreactuaba? No es plato gustoso estar en un proceso aun saliendo bendecido con la exculpación. Dice querer seguir siendo alcalde, tomen nota en su partido, el Popular, casi sería alcalde funcionario en el caso de que lo propongan y que volviese a ganar, podría superar los cinco trienios (recuerdo las críticas desde el PP a Chaves por lo mismo), casi tres sexenios entrando como jefe en la Plaza del Carmen, paseando Granada en coche oficial, presidiendo actos, invitado a eventos y festejos, luchando contra la Junta, enemiga número uno de Don José, porque así la posicionó él. Muestra evidente de ese encono contra el gobierno andaluz ha sido el vergonzoso episodio en la entrega del premio Lorca, donde no se tuvo en consideración al premiado, solo la foto y el lustre político municipal, que quedó empochado tras lo sucedido. Don José ha sido incapaz de alcanzar acuerdos con otros que también luchan por la ciudad, lucir sus armas conjuntamente en beneficio de sus gentes, de sus transportes, de sus atenciones a los más desfavorecidos, a jóvenes, a niños, a todos sus niños, a todos sus jóvenes, a todos sus discapacitados, a todos sus ancianos. Don José ha sido incapaz de llegar a acuerdos solidarios y fuertes con otros representantes municipales sobre asuntos importantes para la ciudadanía, y no lo ha sido porque desde su mayoría se invistió de razón absoluta, de toda la razón, y de fustigador de la Junta, aunque supusiera frenar proyectos buenos para esta ciudad. Antes muerto que sencillo. Una cosa es que en un momento los votos lo suban a ese trono y se crea todopoderoso, y otra es que olvide que se le pone para que trabaje más por los de abajo, para que ayude más a quien más lo necesita, para que genere y ejecute proyectos para todos, no solo para quienes cree que lo han votado, seccionando ciudad y barrios en el reparto eso es gobernar, repartir en función de criterios. No es fanfarronear, ni creerse ser más que nadie. Es repartir dinero y actuaciones en la ciudad, y facilitarle la vida a todos, también a quienes tienen menos medios, sobre todo a quienes tienen menos medios. Y ahí Don José ha fallado estrepitosamente. Ni ha sabido llegar a acuerdos para el bien de esta ciudad que aunaran a su alrededor a todos, ni ha sabido o querido repartir con justicia, basta ver cómo están los barrios y las diferencias entre ellos, cómo han ido llegando los dineros a unos lugares y cómo lo han hecho a otros, sin cuidar la población ni las necesidades reales. Pero él estaba eufórico por la decisión judicial y por hablar ante Letizia. Aspira a los cinco trienios, otra cosa es que en su partido piensen lo mismo, aunque quién sabe, puede ser un buen introductor de embajadores futuros.