Todo el mundo habla de ello porque a todos afecta. Los acontecimientos internos del PSOE son tan externos que a todos involucran, aunque se pongan de perfil. El partido más veterano de la escena política española se enfrenta a una situación delicada, en la que sus militantes deben poner pie en pared y adecuarlo a los nuevos tiempos, adaptarlo no a la situación actual del país, que es mutable y evoluciona con los aconteceres que puedan surgir en cada momento. No, su adecuación es a la realidad que desde la izquierda se pretende para España. Las cosas han cambiado mucho en los últimos tiempos, pero las realidades humanas seguirán siendo las mismas. Siempre habrá dominadores, poderosos, regentes, quienes tengan la sartén por el mango, y habrá personas, grupos, colectivos que precisarán de los demás para poder ver respetados sus derechos. Los derechos no son como el sol, hay que luchar cada día por ellos, porque unos aprovecharán siempre la más mínima ocasión para usurpar los ajenos en beneficio propio. La justicia social hay que crearla permanentemente, y la igualdad merece una lucha constante. El mundo no es solidario per se, ni la riqueza se distribuye como la lluvia. En cambio, la miseria y la pobreza brotan como las malas hierbas. La educación no es algo genético, pero es imprescindible como arma para la igualdad; y la salud entiende de privilegios. Las ayudas sociales son derechos por los que hay que pelear, no riegan campos ni barrios, y la soledad acecha a los más descuidados. Estos derechos no son dados voluntariamente por los poderosos, es preciso reclamarlos de forma constante. Cuando el personal llega al poder ha de hacerlo para mejorar a la sociedad que lo ha puesto ahí, pero con más frecuencia de la deseable lo primero que hace es garantizarse su espacio por el máximo tiempo posible, y con el mayor beneficio propio.
Es innegable el papel que el PSOE ha jugado en este país durante los últimos cuarenta años, los grandes avances de España en este tiempo han venido de la mano de la política socialista. Cuando el PSOE ha bajado en la opinión popular ha sido como consecuencia de las acciones de algunos de sus dirigentes o de los cargos puestos por sus dirigentes, nunca por los avances realizados. Y así, ahora que se enfrenta a una situación compleja, debe ser la militancia la que prepare al partido para estos nuevos tiempos, con visión de futuro, en función de las necesidades de un país que precisa de un partido de izquierdas, con políticas de izquierdas, reales y realistas, con la utopía como horizonte, pero con unas formas, medios y proyectos que respondan a estas necesidades. Por eso hay que poner a cada cual en su sitio, de manera adecuada, con respeto, con solidez, con trabajo, sin perder de vista que este es un partido de bases y de acción social, con un rumbo de futuro adecuado a las necesidades de la inmensa mayoría.