Campeones

No se la pierda. Vaya al cine y disfrute, y sienta. Sentir con aspectos de la vida que todos llevamos dentro aunque algunos quieran dejarlos a un lado. Campeones recoge una realidad que forma parte de nosotros, de nuestra sociedad, y mete el dedo en ella, de manera racional, real, con humor y con lágrimas. La discapacidad es una parte del ser humano, de una forma u otra está presente en cada uno de nosotros, tal vez de manera camuflada, pero está ahí. En los casos que nos muestra esta cinta es visible, evidente, y conduce la vida de sus protagonistas, y la de sus familias. Pero no nos llevemos a engaño, son lo más puro de nuestro entorno. Y con ellos, a su lado, en este caso aparecen almas nobles, y también rechazos de quienes a veces han de compartir ámbitos y espacios. Pero se recogen tal cual, sin tapaduras ni manipulaciones. No están sus maestros, quienes estuvieron a su lado hasta llegar a ser adultos. Quede claro que dentro de la profesión docente, aquellos que dedican cada día su labor a trabajar con ellos son los elegidos de la profesión. Y además son quienes más tarde recogen los frutos del trabajo. Porque quien enseña difícilmente ve el resultado de su labor. Aquí un pequeño avance puede tardar una eternidad, y a veces se viene el cielo encima, pero llega la sonrisa, o esa mano que acaricia el rostro con ternura. Y el alma se reconforta y prosigue su camino. Cuando ya estudiando magisterio el alumno elige esta mención adquiere un compromiso especial, un trayecto en el que encontrará lo más puro, y también con quienes más lo van a necesitar. Podrían elegir otras opciones, pero aquí señala la grandeza de su espíritu. Luego están los voluntarios, esas personas que dedican tanto tiempo libre a acompañar a estas otras, sin quienes no podrían realizar tantas actividades, vivir tantas experiencias, sobre todo de socialización, de estar con otros siendo queridos, protegidos y comprendidos; siendo escuchados y orientados. Sí, hay mucha gente en nuestra sociedad que son campeones, auténticos campeones, como los de esta película tan maravillosa. Campeones ellos, quienes han de estar insertados en una sociedad que es su sociedad, ya sean discapacitados intelectuales o físicos; campeonas sus familias, que cada día encuentran en ellos una razón poderosa para vivir; campeones sus maestros, que dedican su profesión a que avancen por los límites máximos de sus posibilidades, unas veces empujando, otras frenando, otras animando, y siempre con el don de la enseñanza, que no lo tenemos todos; y campeones los voluntarios, que ofrecen de la forma más altruista su tiempo libre para mejorar la vida de quienes más los necesitan. Ojalá pudieran ser también campeones los empresarios con sus apoyos, con su esfuerzo, la sociedad de la que forman parte; los políticos con políticas comprometidas en los más débiles; la ciudadanía, que sintiera que forman un todo del que cada cual tenemos una parte. Campeones deberíamos ser todos, pero no es así.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *