Él no podía sacar todo su coeficiente ante una mujer, la habría aplastado. Él lo cree firmemente, por eso se deja ganar un debate que apenas ven poco más de un millón de telespectadores. Él sabe que su superioridad no debe atosigar a las mujeres, porque es un caballero. En su partido miran hacia otro lado y callan a la par que se preguntan a quién ha puesto el silente Rajoy al frente de la lista para las europeas (él lo pronunciaría en masculino). O tal vez sí lo sabía y ha sido coherente, más aún viendo lo que han legislado con su permiso sobre todo aquello que viene referido expresamente a la mujer. No sé si en el Partido Popular las mujeres tienen la misma fuerza en su voz que los varones, porque aunque Rajoy haya puesto a una de vicepresidenta y a otra de secretaria general no parece que las tengan muy en cuenta, sobre todo viendo los encargos que les hacen, por ejemplo el de justificar los pagos al encarcelado Bárcenas, o a ir y venir hasta Sevilla apoyando a un candidato y luego colocando a otro, o adelantando a Wert, ese otro varón que está escribiendo las cosas de la educación y deja sentada a su jefa. Cañete no quiere parecer machista, y a quien dice que le disparó 350 balas la candidata socialista y él solo podía responder con tres o cuatro se le amontonaban los problemas, por eso en estos últimos días le han dicho que diga que él las quiere, y lo han rodeado de ellas, como objetos decorativos. Cañete, el hombre que come yogures caducados, también se comerá marrones en el interior de su partido, el Popular, sobre todo ante las mujeres que lo conforman, quienes estoy seguro de que no aprueban estas posturas, estos envites, estos modos y estas formas. Cañete quiere ser comisario en Europa, donde tendrá que guardarse su coeficiente, el intelectual, porque se va a encontrar a muchas mujeres mucho más inteligentes que él, que tal vez lo pongan en su sitio, aunque no sabemos muy bien cuál es ese sitio, desde luego no parece ser que el de representante público sea el más adecuado. Pero Rajoy ya lo dejó colocado, aunque ya saben ustedes que se lo pensó mucho, como suele hacer las cosas este otro varón. No cabe duda, tal vez dio con el perfil buscado. Y el domingo todas a votar, y todos, y que gane la coherencia, aunque esa es agua de otro costal.
Otra vuelta con lo del machismo. A los socialistas y simpatizantes se les acaban las ideas y solo pueden atacar como los niños lo hacen en los colegios «Buuuuh, ha dicho ‘artículo’, HA DICHO CUULOOO! A manolito le gustan los culooooos» (ahora solo queda repetir la broma 1000 veces hasta que se convierta en realidad y Manolito llegue llorando a casa).
Esperaba una campaña electoral un poco más interesante, pero estos de Psoe se ve que tienen el tarro de las ideas agotado y tienen que recurrir al insulto fácil. Y vaya si lo han exprimido, hasta el punto que la gente está empezando a dudar de si Cañete dijo Digo o dijo Diego.
No tengo claro a quien votar, lo que sí tengo claro es a quien NO hacerlo, a los que me tratan de idiota.