Granada libre de bolardos
Mi amigo Marcos bajaba tranquilamente con su moto por una calle del Realejo. Hombre cabal y poco dado a los estruendos, no es de esos que hacen pinitos sobre dos ruedas. Pero la cera de la Semana Santa y la mala suerte lo hicieron derrapar y caer, con tan mala pata que su casco fue…
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