La siesta del fraile
El sopor se adueña del cuerpo lo justo para que la mente dé un salto desde la realidad al mundo onírico. Ahí el cerebro desconecta y se abre la mano que guarda la llave de la celda, que cae por su propio peso. El golpe en el suelo hace regresar a la realidad al fraile….
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