Estamos en fiestas, como ‘locos’, porque así lo demandó la católica reina, Isabel, después de la entrega, por Boabdil, de la ciudad sin derramamiento de sangre. Los cultivadores de la apócrifa memoria histórica piensan lo contrario y fabulan que corrieron desde la colina roja meandros sangrientos que tiñeron las aguas del Darro y del Genil. Al margen de ello, Isabel y Fernando, en honor y gloria, instituyeron festejos para divertimento del pueblo. «La fiesta ha de ser de tal y tan grande la alegría y contentamiento que parezcáis locos». Según las crónicas, esa fue la frase que pronunció la reina, en relación a cómo debía de celebrarse la festividad del Corpus. Continuar leyendo →