Por mil y una razones, más temprano que tarde, parece de justicia que la Alpujarra sea declarada patrimonio de la Humanidad y que la Unesco, igualmente, tome en consideración histórica a Granada como ciudad de la poesía.
Pero Granada también es ciudad de la gastronomía, alabada por multirraciales paladares, autóctonos y foráneos y forma parte de esa red clientelar de los degustadores de la denominada tapa: pequeña ración o aperitivo que acompaña a una bebida. Continuar leyendo →