Código Rojo

Adoro esas plazas que aparecen como por arte de magia delante de uno cuando pasea por Granada.

Todos tenemos nuestras favoritas.

Que si Bib Rambla, para unos churros en desayuno. Que si Aliatar, para unos caracoles con unas cañas; que si Plaza Nueva, para sentirse en el centro del Mundo; que si el Mirador de San Nicolás, para ponernos incomparables frente a la Alhambra; que si nos ponemos conjurados y secretos en el Lavadero del Sol viendo atardecer sobre la Catedral de Granada; que si…

Suelen ser recoletas, corazones que laten la sangre de los vecinos de los barrios que las habitan y les dan forma y ágora. Tienen el comercio, los ancianos jubilados y los niños que eran que juegan. Mesas y sillas que a la sombra son terrazas. Cigarritos con una columna de humo que indica al mismo tiempo placer y cáncer. Frutas sobre la plaza, naranjas naranjas, limones amarillos, melones y ciruelas verdes, higos rojos frescos como los labios de Kamala en el Siddartha de Hermann Hesse.

Las plazas son vida, pura vida y atesoran una forma de existencia propia. Guardan esencias y describen la sociedad tal y como es, con sus problemas, aspiraciones, sueños y también las vanidades.

Una hora en la plaza Blas Moreno de la Barriada de La Paz de la Zona Norte enseña más sobre Granada, Política, Ciudadanía y Corazón que una licenciatura en Res Pública, Todología o Ciencias Exactas. Te lo prometo.

En esta plaza hasta la malafollá es un lujo y el humor sirve como alimento del alma. El colmado de la esquina rotula sus productos con carteles que indican precios que se adornan con frases. Aquí no llegó el doble etiquetado de la Unión Europea y la balanza de la Justicia se estropeó hace unos cuantos años.

Critican que pagan impuestos de ricos, como si tuvieran sus negocios frente a la Catedral, en Bib Rambla, «pero lo servicios que recibimos son nulos». Y entonces hacen turnos para limpiar la plaza y las calles. Aseguran que les faltan policías, o que les arreglen las aceras porque la gente tiene que ir por el medio de la calle, y mil cosas más que les hacen su rutina diaria un poco más complicada que a los demás.

Supermercados para pobres

Por eso, por todo eso, para luchar juntos por los derechos que ya pagan, han fundado la Asociación de Comerciantes del barrio de La Paz, que quieren que se extienda por toda la Zona Norte, por Cartuja y Almanjáyar.

El trabajo es complicado, pero ellos son perseverantes.

Y, además, merece la pena.

Ponen un ejemplo que  invita al entusiasmo, pero que al mismo tiempo encoge el alma. «Llamé a las aseguradoras por teléfono. Dije que tenía tres coches, una moto, un piso y un negocio. Me respondieron que me aseguraban todo menos el negocio. Pregunté por qué. Me contestaron que la zona estaba marcada como ‘Código Rojo’ y que estaba prohibido asegurar nada en la zona».

Finalmente, y por primera vez, han conseguido que una aseguradora nacional cubra los negocios de la Asociación de Comerciantes del barrio de La Paz, que abarca la Zona Norte, con 40.000 vecinos. Ellos de momento son cuatro socios de tres negocios.

¿Pocos?

Para mí que solo son los primeros.

¡Enhorabuena!

9 comentarios en Código Rojo en la Zona Norte de Granada

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  2. Leer unas palabras con corazón de la zona norte me pone los pelos de punta y hace que merezca la pena trabajar en estos barrios. Gran artículo este. Enhorabuena y gracias!

  3. Me parece fantastico el articulo, merece la pena seguir luchando por ese barrio que tiene y necesita con urgencia un plan de actuación, tienen los mismos derechos o mas que cualquier barrio de nuestra capital: ya sea centro, zona Chana o zona Zaidin,… Los recursos tanto desde nuestro Ayuntamiento deben llegar a todos los rincones de nuestra capital. Enhorabuena y a seguir luchando queda mucho camino por recorrer para la inclusión social. Felicidades y a seguir para adelante. Mª del Mar Saldaña

    • Muchas gracias a ti.
      Cualquier cosa que necesites, por aquí me puedes encontrar para contar las historias de los barrios de Granada.
      Un saludo
      Javier

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