En la última modificación del Gobierno de la Ley de Tráfico no se contempla qué hacer con los avisadores de radar que pueden detectar radares móviles
La mayoría de las leyes tienen resquicios en los que caben interpretaciones de todo tipo. Abogados y jueces se dedican a interpretar y a crear jurisprudencia con ello todos los días. Son ellos los que pueden salirse por la tangente, por ejemplo, en algunas normas de la modificación de la Ley sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial, que el Gobierno central llevó al Consejo de MInistros el día 4 de octubre.
En el capítulo de ‘Detectores de Radar’, el texto publicado por el Ministerio del Interior anuncia que se «prohíbe expresamente el uso de detectores de radar, por su incompatibilidad con las normas sobre limitación de velocidad». También se dice que «se tipifica como infracción grave el quebrantamiento de esta prohibición», con una sanción de 200 euros y la detracción de 3 puntos. Pero lo que más llama la atención del texto es que «se siguen permitiendo los mecanismos que informan de la posición de los radares». Es decir, si los conductores tienen un GPS instalado en el coche, no es necesario que lo escondan por miedo a una multa.
Aunque hay otros aparatos que detectan la posición de un radar, ya sea fijo o móvil, y no son aquellos trastos que se vendían hace unos años con más pinta de reloj despertador. Hace tiempo que se pueden encontrar aplicaciones para teléfonos móviles que avisan de la posición de radares móviles y fijos, y la mayoría de las aplicaciones son gratuitas, al menos en su versión básica. Radardroid, Avisador de Radares, Camsam, M8, o Coyote son algunos de los avisadores más famosos, con diferentes servicios y características. Todas las aplicaciones tienen una base de datos para informar al usuario de la existencia de radares fijos. Pero lo más importante son las que pueden detectar con total fiabilidad un radar móvil. Algunas de ellas muestran radares móviles en los lugares donde se situán asiduamente, aunque este sistema no es muy efectivo. Otros, como la aplicación Coyote, funcionan con un sistema colaborativo, en el que son los usuarios los que pueden avisar rápidamente de la existencia de un radar móvil. Así, la información se actualiza rápidamente y otros conductores pueden frenar a tiempo para no ser ‘cazados’.
Este tipo de aplicaciones móviles podrían ser ilegales, ya que ‘detectan’ de algún modo la existencia de un radar móvil, pero pueden escaparse por un resquicio legal por dos razones. La primera es que la aplicación no puede ser detectada, ya que es algo que se lleva instalado en el teléfono móvil, y a diferencia de un avisador de radares no emite ninguna señal de radiofrecuencia. La segunda es que parece prácticamente imposible que los agentes de la Guardia Civil de Tráfico puedan revisar un teléfono móvil para ver si la aplicación está instalada. Ese registro, en teoría, podría chocar frontalmente con un derecho básico, como es el de la intimidad.
El resquicio existe. ¿Existirá la posibilidad de legislar en contra?