«La Sociedad Comprometida»
El Antiguo imperio Inca ha dejado numerosos vestigios y maravillas arquitectónicas, entre ellas el Camino Inca, un entramado caminos que conformaban el sistema vial incaico, y que se estima, superaba los 30.000 km, todos ellos conectados con la capital.
Hoy en «La Ciudad Comprometida» queremos compartir con nuestros lectores un artículo sobre la maravillosa restauración de uno de los puentes que conformaba esta red, el famoso Q’eswachaka, que permite cruzar el rio Apurimac, a unos 3.700 m.s.n.m. con una longitud aproximada de 28.67 metros y más de, y se dice pronto, 500 años de antigüedad.
«Gracias a la comunidades aledañas Huinchiri, Chaupibanda, Ccollana Quehue y Pelcaro, el puente de Q’eswachaka, el último puente de su género, se encuentra casi en su estado original. Estas comunidades hacen gala de su cultura viva, reviviendo técnicas y ceremonias de origen andino, repitiendo año a año esta ceremonia.
Las diferentes actividades que se llevan a cabo son:
- Primer día: el paqo en compañía del oficiante celebran una ceremonia a favor del Apu tutelar Quinsallallawi, el qoya ichu recolectado con anticipación por las 4 comunidades es apilado y colectado. Las mujeres son las encargadas de tejer la primera soguilla o qheswa. Por la tarde los varones divididos en dos grupos a ambos lados del puente extendiendo soguillas de extremo a extremos en línea recta, las que son trenzadas por el chakaruhac (ingeniero inca) para armar el qheswasca o trenza mayor.
- Segundo día: desamarran las sogas viejas amarradas a unos clavos de piedra a los que amarrarán las sogas nuevas y una vez firmes lanzarán el puente de un lado a otro.
- Tercer día: se concluye con el lanzamiento armando los pasamanos y la superficie del puente.
- Cuarto día: se lleva a cabo un hermoso festival de danzas autóctonas a modo de fin de fiesta.
La renovación del puente de Q’eswachaka no sólo implica el reemplazo físico de sus estructuras es la muestra de la existencia de tradiciones técnicas y ceremonias de los incas, las que han sobrevivido a los años y constituye una muestra clara que nuestra cultura vive.»
Como bien resalta el artículo, lo importante no es tanto la restauración material del puente, que por supuesto lo es, sino la confluencia de las diferentes comunidades de la zona y la pervivencia de las formas constructivas históricas, que juegan un papel de nexo de unión cultural y territorial. Este tipo de muestras sin duda son un éxito, en un mundo cada vez más globalizado en el que muchas veces tendemos a perder nuestras raíces y nuestra cultura, en el que cada vez buscamos más diferencias y nos olvidamos de los lazos que unen…nuestro deseo de que los Huinchiri, Chaupibanda, Ccollana Quehue y Pelcaro sigan alimentando su ser comunitario, y nos sigan dejando disfrutar, gracias a su trabajo, de esta ruta histórica e impresionante.