«La Ciudad Comprometida»
El día previo al Corpus Christi, como cada año desde hace muchos años, hicimos equipo al andar. Por eso ayer, todos los componentes de GRarquitectos (cara andaluza de Desarrollo de Ciudades Comprometidas), cambiamos el ordenador y los planos por las botas de montaña y los bocatas para realizar una caminata “sorpresa” que como cada año les organicé.
Y allí estaban todos preparados a primera hora de la mañana, con sus mochilas, cuando les desvelé el destino elegido: visitaríamos la DEHESA DE SAN JUAN, en pleno Parque Nacional de Sierra Nevada, en una exigente ruta que nos llevaría hasta el Mirador del Hornillo, justo al pie de los mayores nevados españoles (Mulhacén y Alcazaba), y una de las rutas de alta montaña más alucinantes que puedan recorrerse… Y como cada año, como en cada ocasión anterior, se trató de una maravillosa excusa para consolidar criterios de respeto y sensibilidad, imprescindibles para seguir desempeñando con rigor y con pedagogía social nuestra actividad profesional.
Por eso la ruta incorporó la visita a LAS CASAS DE LA HORTICHUELA, cuyo proyecto de rehabilitación realizamos hace una década y que al visitarlo de nuevo nos hizo sentirnos muy orgullosos por su belleza, la sencillez y el equilibrio que rezuman de este refugio de montaña, en el que su historia, el paisaje y los usos tradicionales están magníficamente impostados en uno de los entornos más bellos y exquisitos del Espacio Natural Protegido de Sierra Nevada. Como también el trayecto elegido nos permitió repasar las diferentes huellas humanas en la naturaleza a lo largo de los años, así como las bondades derivadas de algo más de 25 años de una gestión ambiental rigurosa y profesional: las antiguas canteras de serpentina reconvertidas en un práctico aprisco para el ganado; los cortijo del Hoyo y de Cabañas Viejas convertidos en didácticas referencias a otros modos de vida ancestrales que perduraron hasta hace apenas unas décadas; el caserío del Hornillo, rehabilitado para refugio de montaña al pie de las grandes cumbres del parque; la regeneración de los bosques de robles; la recuperación de las fuentes naturales; la recuperación de las acequias tradicionales; la señalización de los senderos de mayor interés, o la señalética sutil a lo largo del trayecto…
Este trayecto también nos hizo recordar que a lo largo de los últimos años hemos proyectado o planificado en la mayor parte de los municipios de Sierra Nevada, sintiéndonos muy orgullosos de haber podido contribuir –como de seguir haciéndolo- con nuestros aportes profesionales a que este inigualable Espacio Natural Protegido andaluz y español constituya hoy uno de los mejores referentes internacionales sobre gestión territorial y sobre las políticas de conservación y regeneración en zonas de montaña. Así, tuvimos recuerdos para nuestras intervenciones en los municipios de Alboloduý, Aldeire, Alquife, Bérchules, Bubión, Capileira, Dílar, Ferreira, Gójar, Huéneja, Jéres del Marquesado, Juviles, La Tahá, Lanjarón, Laroles, Laujar de Andaráx, Órgiva, Pampaneira, Pórtugos… O nuestras intervenciones en otros Parques Naturales andaluces (Alhama, Tejeda y Almijara; Baza; Castril; Huétor)…
Fueron en total 5 horas de caminata exigente y placentera, de bocatas, de risas, de agua cristalina, de autoestima, de solidaridad, de camaradería y de reencuentro personal y colectivo. Acopiando fuerzas y razones para proseguir nuestra senda para el desarrollo de ciudades comprometidas, como también de ciudadanía comprometida…
En definitiva, haciendo equipo al andar…