El paisaje de referencia como modelo de desarrollo

«El Territorio Comprometido»

Por Mathieu Lèbre. Arquitecto paisajista

Hoy en día no hay duda de que Las Alpujarras son un ejemplo e incluso un manifiesto de la justa integración del hombre en el territorio, con respeto y humildad. La búsqueda de las soluciones más sencillas, adaptándose al medio y sacando provecho de los hechos naturales, ha conferido a este paisaje una singular belleza reconocida por diferentes figuras de protección tanto a nivel ambiental como cultural. Continuar leyendo →

Paisaje y hábitat

«El Territorio Comprometido» 

El paisaje constituye, sin duda, uno de los elementos más significativos de la Alpujarra – Sierra Nevada. El paisaje de éste ámbito se caracteriza por la intensa humanización y el equilibrio que tradicionalmente ha existido entre el aprovechamiento del medio y la conservación de los recursos ambientales existentes. De esta simbiosis surge un ámbito peculiar, donde tanto valor e interés tienen los núcleos de población como el propio medio natural en el que se inscriben. Continuar leyendo →

La recuperación de las acequias

«El Territorio Comprometido»

Por Sandra Álvarez Muñoz. Geógrafa ambientalista

Como venas para el cuerpo humano, son las acequias para La Alpujarra: transportan la vida a todas sus extremidades. Sin riego, sin venas, sin acequias, no hay vida. Y sin embargo, probablemente, las acequias han sido uno de los elementos patrimoniales más agredidos, menos respetados, cercenando con ello una parte de la vida de la Alpujarra, quitándole el riego a buena parte de su cuerpo. Continuar leyendo →

La aglomeración metropolitana de Granada y el espacio de la Vega: dos realidades territoriales obligadas a coexistir (y III)

«El Territorio Comprometido»

Por Miguel Ángel Sánchez del Árbol. Geógrafo 

A tenor de los hechos y procesos constatados, pareciese que no son suficientemente reconocidos los valores de la Vega de Granada ni por el conjunto de la ciudadanía –tal vez sea precisos más esfuerzos de difusión y pedagogía– ni por las Administraciones; no, al menos, todo lo necesario en aras a la sostenibilidad medioambiental, a la eficiencia del sistema, a la calidad de vida, a la garantía en el mantenimiento de lugares y vistas irremplazables, etc., que una buena parte de la sociedad reclama junto a la demanda de soluciones a las pequeñas y grandes complicaciones para la vida cotidiana que conlleva habitar en una ciudad discontinua y con severas dificultades para moverse de modo fluido entre sus piezas urbanas e industriales, sus centros de trabajo y residencia, sus centros sanitarios, educativos, comerciales, de ocio, etc.. y sus viviendas; o donde la cultura y hábitos de carácter mediterráneo, así como el excesivo peso de las iniciativas particulares inconexas en la organización territorial,  no resuelven satisfactoriamente un modelo de asentamiento casi rururbano, pues no cumple adecuadamente con las premisas de este modelo (de inspiración anglosajona y en gran medida ajeno a una cultura mediterránea de concentración poblacional en pueblos y ciudades) a causa del subequipamiento crónico, déficit viario y de transporte público, escasa calidad urbanística de innumerables zonas residenciales, entornos ambiental y paisajístico dañados, etc., hechos que son presentes, a veces de modo sangrante, en la Vega de Granada y entorno próximo. Así las cosas, es precisa una intervención pública decidida que canalice soluciones a esas deficiencias, que han de recoger la sensibilidad y necesidad social al respecto con una participación ciudadana real y efectiva, bien asesorada por profesionales en estas materias y bien interpretada por los representantes políticos. Continuar leyendo →