Susana, Pedro…

Susana ha salido a la luz federal como candidata, anunciada al día siguiente a la de María. Se ha hecho rogar, o mejor, ha seguido una planificación exacta y rigurosa en sus pasos. Ella es ahora, ya, la tercera en liza por una carrera para la Secretaría General del PSOE. Y lo es con el respaldo de casi todos aquellos que lo fueron. Ahora Juanma reivindica a Susana solo para Andalucía. Él quiere que Susana se dedique en cuerpo y alma a esta tierra, que para eso es su presidenta, y eso de ir por tierras manchegas, catalanas, vascas y riojanas no beneficia, dice el dirigente de la derecha andaluza, a los intereses andalusíes. Pero Susana lo tiene claro. Creo que siempre lo tuvo, que este país no puede seguir con un socialismo descabezado y pusilánime ni un día más, que en Europa están cayendo, que los neoliberales y la derecha más extrema están cogiendo unos aires que inundan las cordilleras y planicies, y que los germanos y los hispanos, como en una final de champions, se la pueden jugar en próximos eventos para frenar esa tendencia, cada vez más real, y retomar un equilibrio que garantice una estabilidad que ahora mismo está más frágil que nunca, y son ya 60 años los que tiene esta estructura que nació para ser económica, cual es la UE.

Tal vez el PSOE se está jugando mucho más que la persona que sea la próxima responsable de este partido, está tal vez jugándose a sí mismo en un futuro que puede ser muy incierto según reaccione quien no gane, si lo hace como persona perdedora o como quien ha de sumar sus fuerzas a quien ha vencido. Esa respuesta dará señal inequívoca del camino que esto seguirá en un futuro inmediato. Hay muchas dudas, aunque parezca que todo es seguro, como seguro parecía tenerlo Bono ante Zapatero. Y es que las bases socialistas son de todo menos predecibles, la libertad de pensamiento y de voto son manifiestas en un partido centenario cuya meta es el gobierno, es llevar el balón, y todo lo que no sea eso lo desgasta, le hace sufrir, y acaba deteriorando hasta los pilares más firmes. Por eso, ahora es el momento de volver a tomar las riendas del progreso en un país en el que la izquierda viene de demostrar en los últimos tiempos lo que siempre demostró, que está fracturada de forma inquebrantable, y que el único camino para llegar a alcanzar sus metas es que una parte de ella alcance una mayoría razonable no sobre la derecha, sino sobre la misma izquierda. Lo hemos tenido claro tras la negativa de Podemos a apoyar a Pedro Sánchez, y ahí está el resultado: Rajoy de nuevo, sin renovación ni nada posible. Ahora, los candidatos socialistas toman la palabra. Escuchemos lo que cada cual tiene que decir, sobre el resultado nada hay escrito, aunque se llenarán miles de páginas con las quinielas.

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