La militancia socialista granadina ha hablado, y en su discurso ha señalado a Pepe Entrena como secretario general del Partido Socialista. Sencillamente, sosegadamente, sin grandes estruendos, sin descalificaciones, sin nada que no sea aplicar la tranquilidad, pero también la claridad a lo que se pretende para el futuro del PSOE granadino. Pepe es un hombre tranquilo, es un maestro dialogante. Sí, un maestro que fue alcalde de su pueblo durante muchos años, los suficientes como para conocer cómo piensa la gente humilde, quienes van al campo a trabajar cada día para luego obtener la cosecha. Quienes dejan el sudor en su labor para poder vivir y ofrecer a sus hijos un futuro amable, más amable, pero impregnado de una continuidad en el trabajo, quienes suben la persiana de su negocio, los que van a la escuela o al hospital, o se ponen el mono y cogen las herramientas cada mañana. Directo, dialogante, sencillo. Y con las ideas claras, con una claridad en su exposición, y la capacidad de escuchar con la sonrisa en el rostro. Y eso es hoy imprescindible para el futuro de una provincia que, como él mismo ha dicho, se encuentra en la última posición en demasiadas cosas.
Pepe lo tiene muy difícil en este reto, demasiadas quejas sin soluciones en nuestra historia. Lamentos y quebrantos. Es difícil pero no imposible. Él no se esperará a verlas venir. Irá labrando poco a poco, paso a paso, y se irán viendo los resultados sin grandes fuegos artificiales ni alharacas. Y los resultados llegarán, deben llegar. Seguramente no tendrá todas las soluciones en su mente, pero sabe que el conjunto de todas las mentes generan más que una sola, por muy brillante que esta sea. Los retos más complejos no los tiene dentro del PSOE, como en otros casos pudiera suceder. No, están aquí, a nuestro alrededor, en los adentros de la provincia, en los pueblos, en la inmensa cantidad de personas en paro, en la desamortización que se está produciendo en sus campos y en sus gentes; en las comunicaciones, imprescindibles hoy para el desarrollo; en la cultura, elemento fundamental de supervivencia, porque en ella está impregnado el pasado y dibujado el futuro; en los derechos de las personas, sean del sexo que sean, que parecen aquí tener cualidades en función de un pedigrí o de una posición ganada por otros tiempos. Pepe sabe que hablando se entiende la gente, que escuchando al otro es como se acuerda y consensúa. Él no es una estrella, por eso es habitable, porque es uno más entre todos. No, no es la panacea que pueda sacar con un chasquido a esta provincia de su situación, pero pondrá todo su esfuerzo en ir marcando nuevos caminos, sin denigrar a quien piense diferente, sin dar patadas en los tobillos, con trabajo, en equipo, consultando, sin lastre en las alforjas. Y con la confianza de que si algún día llega a su límite, sencilla y silenciosamente volverá a Villanueva Mesía.