Papel higiénico        

 

Como en las películas de ciencia ficción, el mundo se arruga ante la amenaza que llegó desde Asia. El humor va dejando paso al miedo, y de ahí a un estado de nervios para el que no estamos preparados. Creímos que era cosa de películas, y ahora lo tenemos aquí, en y entre nosotros. Sabemos que pasará, y que de nuevo regresaremos a una normalidad que hoy es ficticia. Ahora cada cual da su talla, a sí mismo y a los otros, incluida la clase política, una parte de la cual sigue enseñando la patita de su coeficiente (el que usted quiera).  El papel higiénico desaparece de las estanterías, y la carne. Debe existir alguna relación entre el miedo, la voracidad y los desechos humanos.  Y todo el mundo habla, y opina; pareciese que hablando se reforzaran las teorías, o se esfumaran los temores. Y los más mayores se quedan en casa esperando que esta no sea su hora mientras la economía se derrumba, porque en el fondo es mucho más frágil de lo que aparenta en sus ostentosos y poderosos reflejos. Alguien se está haciendo rico, muy rico con esta pandemia, y algunos aprovechan para sacudir las alfombras, pero siempre fue así. Pensábamos que el virus que atemorizaría al mundo llegaría por Internet, y he aquí que es de los de toda la vida, mezcla de murciélago y humano. Y es que igual no hemos evolucionado tanto, porque el miedo sigue siendo irracional.

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