El apretón de Pompeya
Esta vez tronó el Vesubio, pero los resultados no llevaron cenizas. El buen hombre se iba por las patas abajo, y a sus 80 años había pocas cosas que le importaran. Pidió a su mujer que guardara la puerta, que nadie entrase bajo ningún concepto. Presto, buscó un habitáculo cómodo y seguro, y pronto se…
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