Desde que el TSJA aprobase la solicitud mucho está tardado el Ayuntamiento en activar un puñado de cámaras de vídeovigilancia en el entorno de algunos monumentos albaicineros atacados por el maligno spray grafitero. Lamentablemente desde hace años el vandalismo de pintureros desaprensivos ha conseguido que el más típico y popular barrio granadino se haya convertido en ‘Espantoso Patrimonio de la Humanidad’ para disgusto de residentes, visitantes y turistas que no alcanzan a explicarse la falta de decoro y de respeto por rincones, fachadas y lugares que forman parte de nuestra historia.Lo cierto es que el grafismo que enmarrana y espanta, con siglas de perversa comprensión, se ha extendido con mucha virulencia por toda la ciudad y no sólo en históricos sitios, la antiestética moda infecta ataca a farolas, semáforos, comercios, mobiliario urbano, jardines, fuentes, esculturas, paradas de autobuses…
Parece que la sensibilidad de la corporación municipal, no sé si de todo el concejo, ha despertado la imaginación responsable y pretende que las cámaras que controlan la circulación de vehículos en la ciudad no sólo visualicen el mayor o menor flujo de vehículos en el circuito urbano, sino que presten un servicio de vigilancia detectando las incidencias que se puedan producir. Por supuesto las grabaciones de estas cámaras tendrían solo la temporalidad de medio mes y solo podrían acceder a ella los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Considero una buena noticia la propuesta que será expuesta, como es lógico, tanto al Tribunal Superior de Justicia como a la Subdelegación del Gobierno.
En muchas ciudades se viene experimentado con este nuevo procedimiento que es muy útil no solo para controlar el tráfico rodado, sino como elemento esencial para la Policía en caso de producirse la comisión de un delito o acto terrorista. De modo que, a mi juicio, si se aprueba la idea como medida disuasoria y de seguridad, no debe molestar lo más mínimo ni en la privacidad, ni en la intimidad al buen ciudadano.
Vergüenza he sentido como granadino con el vandalismo velocipédico. ¿Qué me dicen de los bárbaros del norte, del sur, del este y del oeste que han dañado la imagen de la ciudad y han destrozado cerca de un centenar de las amarillas bicicletas, diseñadas como transporte ecológico alternativo? Incluso algún ratero inconsciente puso una de ellas en venta a través de Internet. ¿De qué cueva carnal prehistórica habrán salido estos humanoides?
Las cámaras de videovigilancia suelen intimidar o preocupar a los que pretenden delinquir. Por lo que supongo que habrá quienes –sospecho que minorías– se opongan a esta iniciativa del ayuntamiento de Granada, pero debemos valorar los beneficios que comportará la medida al general colectivo ciudadano, que es lo que hay que proteger y cuidar, para una mejor y civilizada convivencia.