Está claro que Juanma Moreno Bonilla ya ha pasado a la historia política de Andalucía, España y la Humanidad como el primer presidente de los andaluces del Partido Popular, lo cual casi después de cuarenta años de sucesivos gobiernos socialistas, no deja de ser una excepción. El hecho merecería quizá la quema de un castillo de fuegos artificiales a las puertas del Hospital de las Cinco Llagas pero para no provocar convulsas reacciones sí, al menos, procedería el disparo de una docena de cohetes en honor de Santa Rita, abogada de los imposibles.
Sea o no una ‘carambola’ –como dijo Susana Díaz en la sesión de investidura– lo cierto es que Moreno Bonilla se sitúa en primera línea, controlando el timón de la nao capitana (como suele decir un buen amigo), dejando el lastre de complejidades que le reprocha la izquierda e incluso alguno de los suyos que no apostaban un euro por él.
Me congratula, cómo no, que un malagueño, casado con una pauleña, haya roto la inercia política y se disponga, con apasionada ilusión, a gobernar Andalucía. Y lo que sospecho es que la ciudadanía, al margen de sentimientos ideológicos, abriga la esperanza de que los principales problemas que venimos padeciendo, fundamentalmente el desempleo, sea un elemento al que se le preste el máximo interés por parte del nuevo Ejecutivo que, precisamente mañana, será dado a conocer.
Días amargos y de mal encaje de la ex presidenta Susana Díaz. Por una parte ante el inesperado vuelco político y de otra por algunos comentarios de miembros del gobierno de Pedro Sánchez que han puesto en cuestión su continuidad al frente de la secretaría general del partido en Andalucía. Pese a ello, Díaz, se reafirma en su actitud personal de seguir al frente de sus responsabilidades en su formación política y como líder de la oposición en el Parlamento. No sé si acierta haciendo oídos sordos al aviso a navegantes porque el mantenella y no enmendalla, en los partidos políticos, no suele ser muy aconsejable.
La semana nos ha brindado otra sorpresa política, que por supuesto no es una excepción, protagonizada por el pequeño Errejón que, sin encomendarse a sus disciplinados órganos podemitas, ha anunciado aliarse con Carmena para arrasar en la capital del Reino en las próximas municipales. Pablo Iglesias, que ha interrumpido, unos minutos, su permiso de paternidad, expresó su sorpresa y consternación deseándole buen viaje. Como la imaginación y el buen humor, por fortuna, no faltan a pesar de todo en nuestro país me llega un ‘meme’ en el que Iñigo Errejón le explica a Pablo Iglesias: «Papá, tienes que entender que ya soy mayor, que tú ya no me mandas, que yo vivo mi vida y que me voy a vivir con la abuela».