Simple curiosidad. Yo quisiera saber que ha ocurrido en los últimos años, prácticamente con la ascensión de José Luis Rodriguez Zapatero a la secretaría general del PSOE y al Gobierno de la nación, para que este partido histórico y clave en la instauración democrática del 78 esté perdiendo su identidad y el favor de su leal electorado, salvo honrosas excepciones.
En estos días resacones de futuros pactos -algunos de ellos pintorescos-, para la constitución de gobiernos regionales, ayuntamientos y diputaciones, desde Ferraz, se señala como apestado al Partido Popular. Los populares por activa y sobre todo por pasiva, igualmente, pierden aceite del primer prensado aunque hay que reconocer que sigue siendo, en general, la formación más votada y por lo tanto con mayor representación social. El PSOE obvia esta circunstancia objetiva y se abraza a la conjunción de partidos minoritarios, por su presumible «pedigrí» de izquierdas para obtener el poder y el control de dichas instituciones. Yo quisiera saber si es que la actual dirección socialista, entremezclándose en ese oportunista escenario de ambigüedades y confusos juegos malabares ideológicos, va a conseguir liderar una izquierda democrática, constitucional y europeísta y sobre todo convencer y acertar con su electorado.
Porque, Pedro Sánchez, actual secretario general socialista, no debe olvidar que hasta el rabo todo es toro y que, contra muchos vientos y mareas, hay que navegar hasta noviembre. Ya recordé, en otro comentario, que en el mes de difuntos nos veamos, de nuevo, frente a frente con la urna de los comicios generales. Y las urnas pueden recoger con gran probabilidad la confusión socio política a la que algunos partidos, como el PSOE, podría auspiciar si se adentra en el popurrí recurrente. En ese sentido nuestra Susana, la del embarazoso parto, la presidenta aún en funciones, no coincide demasiado con los criterios imperantes y en ocasiones trashumantes del actual secretario general. De hecho, entre otras razones, ella sufrió en sus carnes el adelanto de las elecciones andaluzas porque estaba de IU y sus exigentes propuestas sorpresa hasta el toto (lazo o moña que suele lucirse en la cabeza de las féminas).
En cuanto al futuro del Partido Popular, que aún padece los efectos del estado de shock producido por los pésimos resultados que le impiden gobernar en las distintas instituciones con mayorías absolutas, es más que evidente que, al margen de la toma de decisiones, unas impuestas y otras de propia cosecha, especialmente, para la activación y recuperación económica han sido altamente impopulares, aunque estén dando sus frutos, con el añadido de escandalosos episodios de corrupciones que el votante de derechas no suele olvidar. Si ello se salpimienta con una catastrófica acción en comunicación y cierto autismo de sus máximos dirigentes, tanto con las demandas internas de partido como las planteadas por la ciudadanía, es explicable el castigo a la marca y la alta abstención.
Con esta situación han explotado algunas reflexiones, en voz alta, como la del barón Juan Vicente Herrera que ha recomendado, respetuosamente, a su amigo y compañero Mariano Rajoy que se mire al espejo de cara al futuro. Claro que, si lo hace, puede ocurrirle como a la vanidosa Reina Grimhilde que cuando consultó con su espejo mágico descubrió que existía Blancanieves más guapa y hermosa que ella.