Me he acordado estos días de los pantalanes, barrizales y lodazales rocieros, que han sufrido este año, ¡válgame el cielo!, los devotos romeros para cumplir la emotiva promesa, con una enjaezada indumentaria insólita de botas de pescador y chubasqueros. Esta fiesta, anual, de tamboril y flauta, para «saltar la reja», en honor de la Blanca Paloma, le ha faltado el polvo del camino y las moscas pero, quizás, haya aumentado la fe a la Virgen de las Marismas. Porque la gente, creyente, se crece ante las adversidades.
También me he acordado del vasco Samaniego y una de sus fábulas, a propósito de los comicios generales de junio: «A un panal de rica miel dos mil moscas acudieron, que por golosas murieron presas de patas en él…» Frente al inmovilismo del Partido Popular de presentarse con el mismo menú –el que ofreció en la cena de navidad– por entender que las viandas están, suculentamente, elaboradas para quienes deseen degustarlas, otras formaciones políticas como PSOE, Podemos e IU, están cambiando sus principios para intentar conquistar electores. Y Ciudadanos se me antoja, por sus hechos los conoceréis, como veleta que gira según sopla el viento. El problema puede ser que, en junio, no se mueva una hoja y tengamos un tiempo anticiclónico.
En cuanto a Pedro Sánchez, cautivo y desarmado, juega con requiebros y guiños estrábicos al pasado y se acerca al panal de, Margarita Robles y José Borrell, dos pesos pesados, con prestigio y solvencia, para un amplio sector ‘conservador’ socialista. Especialmente interesante la repesca de Borrell que –recordemos– fue víctima de unas primarias y más tarde presidente del Parlamento Europeo. Estas incorporaciones, sin duda, fortalecen a la marca pero dudo que sean un seguro para remontar por el sector más ‘izquierdista’. Sánchez se ha vuelto a equivocar diciendo –antes de conocer el resultado de las elecciones bis– que no habrá acuerdo con el Partido Popular.
Menos mal que hay personajes sensatos, dentro de la formación socialdemócrata, como Ángel Gabilondo y otros destacados miembros del partido, que han manifestado que hay que hablar con todo el mundo.
Mientras la insensatez da balón de oxígeno a la extremada izquierda, el joven Iglesias lleva al huerto al bisoño Garzón, lo sitúa mirando para Antequera y le ofrece el quinto por Madrid. Aunque no hay quinto malo es una humillación, para IU, que sólo se explica por la ambición de conseguir el panal de rica miel. Pero está meridianamente claro que en este cuento el lobo se come a los cabritillos sin solución de continuidad.
Me ha dejado perplejo que el señor Matarán –que debería cambiar su apellido por Matarife–, secretario general de Podemos en Granada, propusiera esta semana al PSOE hacer una lista conjunta al Senado por la provincia para ‘guillotinar’ –políticamente– a Sebastián Pérez, rival político democrático que, por haber ganado elecciones y trabajar con dignidad y prudencia por Granada, a la luz y a la sombra,
se ha convertido en la bestia negra de maledicentes energúmenos, y enemigos gratuitos que, como las moscas luchan, desesperadamente, por volar hacia el panal de rica miel…
«…Otra, (mosca), dentro de un pastel, enterró su golosina. Así, si bien se examina, los humanos corazones perecen en las prisiones del vicio que los domina».