Recuerdo que hace tiempo escribí sobre sobre “el camino hacia el liderazgo” a raíz de un foro de debate que dirigió mi querida amiga en el municipalismo latinoamericano Daisy Alvarado (Coordinadora de la Red de Conocimiento de Recursos Humanos de la UIM). Y de sus interesantes, cautivadoras y didácticas reflexiones aprendí el ABC del liderazgo, que sin embargo rara vez vi reflejado en las personas relevantes de nuestra sociedad. Os trascribo algunas de mis anotaciones:
- Un líder debe saber mantener su postura sin ambigüedades, de manera firme y constante. Y paralelamente tener en cuenta las opiniones de los demás para a partir de ahí tomar las propias, pero su responsabilidad le debe llevar a ser consecuente para saber decir que no cuando lo estime necesario aunque sea una tarea difícil y nada agradable.
- Pero sobre todo, ha de ser humilde. La humildad no está reñida con el ejercicio del liderazgo. Es más, el respeto, la obediencia y la eficacia, se obtienen de una manera natural obrando con modestia y paciencia. Todos antes de dirigir, hemos sido dirigidos.
- En su liderazgo debe ser alegre y optimista, cumplir las promesas, escuchar atentamente, ser siempre compasivo y, lo más importante…decir siempre la verdad.
- Y por último, el líder debe tener un proyecto en común, del que debe conseguir que todos sean partícipes y lo asuman como propio.
Y todo esto viene a colación porque mañana miércoles llega a Bogotá, desde donde hoy os escribo, un verdadero líder: el PAPA FRANCISCO… El cada vez más querido Papa Francisco, a quien este humilde blog, que semana tras semana aboga por el desarrollo de ciudades comprometidas, hace un tiempo tuvo el inmenso honor, lleno de gratitud, de incorporarle a su selecta nómina de CIUDADANOS COMPROMETIDOS.
Y fue sobre todo a raíz de la publicación de una de sus encíclicas (“Laudatio Si”) con la que “me sentí muy reconfortado, hasta el punto de que le mandé un abrazo inmenso por su valentía, por su sentido de la oportunidad, por haber sabido mirar hacia una de las mayores injusticias que hoy consentimos por doquier: que nuestras ciudades sigan siendo espacios que dificultan no sólo el desarrollo personal, sino algo tan básico como la propia dignidad, ante la apatía y la desidia de unos y otros.”Bogotá al amanecer desde el Santuario de Monserrate (JCGR)
“Y tuvo que llegar el Papa Francisco, autoridad excepcional pero mejor ciudadano, para decir con fuerza que no es justo que en el s.XXI nuestro desarrollo se siga basando en un crecimiento desmesurado, en un consumo de recursos excesivo e insostenible y en unas ciudades desiguales y poco habitables… que le dan la espalda a las personas. Y es por ello que la encíclica está repleta de referencias a lo más importante, al ser humano. A la indignidad que supone la desigualdad en la ciudad, a la exclusión de las personas por deficiencias en las infraestructuras o el trasporte, a la perdida de la identidad colectiva que emana del no mantenimiento de nuestro patrimonio, o a lo difícil que es relacionarnos con el otro en una ciudad deshumanizada«.
Pero volviendo al principio, creo que es fácil encontrar en el Papa Francisco todas esas virtudes que caracterizan a un buen líder… hasta el punto de que en apenas unos años millones de personas, creyentes o no, nos hemos encariñado enormemente con su discurso directo y sincero, lleno de humanidad y de compromiso, valiente y necesario…
Por eso FRANCISCO, Ciudadano Comprometido, desde este humilde blog, te damos la bienvenida a Bogotá y a Colombia, en la seguridad de que traerás mensajes oportunos que calarán hondo en sus bellas gentes y en sus autoridades.